¿Cuántas vidas se han acabado antes de haber comenzado?
¿Cuántos sueños se han quedado en el olvido por una falta de implementación?
Mientras que hay muchas razones del porqué podemos quedarnos cortos al momento de alcanzar nuestros sueños, uno de los más comunes y letales es una falta de acción. Una persona que implementa un plan medio pensado vale más que 100 personas que no implementan un sueño bien pensado. Los que actúan en el teatro de la vida son los que logran los premios más grandes…
Son los que logran hablar con la persona que más desean
Son los que logran tener las mejores relaciones con sus seres queridos
Son los que compran los mejores autos y las casas en los mejores lugares
Son los que dan su opinión y escuchan a los demás para llegar a mejores acuerdos
Todos tenemos una capacidad increíble para soñar y querer cualquier cantidad de cosas…
Queremos una nueva nevera
Soñamos con una mejor relación
Queremos que nuestro jefe nos respete
Soñamos con una familia saludable y feliz
Los que logran obtener estos objetivos son los que aterrizan después de haber volado por un bello viaje soñado con un plan contundente para lograr lo que más desean.
El juego de la vida es igual para todos. Mientras que el lugar y las circunstancias son diferentes, las reglas son iguales para todos. Tenemos el mismo aire para respirar, el mismo cielo para mirar y las mismas 24 horas al día para vivir.
¿Por qué algunas personas logran mucho mientras que otros logran poco?
En pocas palabras, es porque algunos implementan su intención y otros se quedan en el “intento” sin tomar acción. Imaginar y desear lo que más queremos no es suficiente, tenemos que tomar acción creativa en pro de lo que más deseamos tener.
Veamos un ejemplo:
Dos muchachos creen que una muchacha en su colegio es bella e interesante. Los dos desean salir con ella en una cita para conocerla mejor. Los dos imaginan todas las posibilidades que podrían generarse al estar cerca de ella. Uno pregunta a una de sus amigas lo que le gusta y el otro simplemente la admira desde lejos. Uno le compra una flor y el otro observa mientras que el primero entrega la flor a la muchacha. Uno celebra que va a salir en una cita con ella, el otro maldice su mala suerte.
No es la suerte o las circunstancias lo que hace la diferencia en la vida. Los que logran mucho crean su propia suerte y se amoldan a sus circunstancias. La vida no tiene favoritos y las posibilidades que ella nos ofrece están disponibles para todos. Cuando dirigimos nuestra intención e implementamos un plan de acción logramos mucha satisfacción.
∞ Rob McBride ∞
LL III 16