¿Por qué estamos en este mundo?
¿Cuál es el significado de la vida?
¿Hacia dónde vamos?
¿Cuándo llegamos?
¿Cuál es el camino?
Tanto estas, como otras preguntas existenciales, suelen pensarse con el objeto de descubrir nuestro propósito de vida, y plantearnos las respuestas que quizás nos permitan determinar ¿hacia dónde y cómo vamos?
A veces pareciera que todo se trata de ser “exitoso” y es entonces cuando entra en el juego lo que concebimos como éxito, para así determinar nuestro propósito. Comúnmente se relaciona el éxito con tener cierta cantidad de dinero y así llegar a lo que por fin queremos. Muchas veces pensamos que ese anhelo se concentra en “no hacer nada” teniendo como imagen del éxito la de permanecer tumbados en una playa paradisiaca, tomando un rico trago de nuestra preferencia. Mientras que eso pudiera parecer un disfrute real durante algunos días, o quizás para unas semanas, si se prolonga es hasta aburrido. ¿Qué significado tendría una vida en la que no hiciéramos nada?
¿Sabes porqué resultaría cansón y aburrido al final?
Todo ser está diseñado para tener una vida “útil”. Todo tiene su propósito. Basta ver a las abejas e insectos, que aún ellos aportan un beneficio dentro de la cadena alimenticia su propia manera.
¿Qué tal si con nosotros ocurriera lo mismo?
A lo largo de la historia podemos ver ejemplos de personas que se unieron a otras con el fin de impulsar un proceso, establecer un cambio y simplemente, ser útiles. Cuando se trata de supervivencia, todos tenemos que hacer nuestra parte.
Entonces valdría la pena preguntarte:
¿Cuánto servicio provees?
¿Cuál es tu propósito de vida?
¿Cuál es tu rol en este gran todo?
¿Para quién o quiénes eres importante?
¿Quiénes se benefician con lo que tu haces?
¿Qué puedes hacer para mejorar lo que ya haces bien?
Más importante que las respuestas que podamos tener, son las preguntas que nos podamos hacer. La vida funciona naturalmente y de forma muy sencilla sin tantas complicaciones. La clave es ser útil y que cada quien haga su parte, solo eso. Cuando esto ocurre y servimos a los demás, logramos disfrutar plenamente de nuestra existencia. Recibimos lo que damos, tarde o temprano.
Conseguir nuestro propósito de vida no siempre es fácil y puede tomarnos toda la vida; pero al hacerlo, nos sentiremos como una parte importante del gran todo. Eso nos llevará a compartir de ese algo especial que todos tenemos lo que será una de las más ricas experiencias que podamos tener.
Si aún no sabes cuál es tu propósito, descúbrelo y compártelo con el mundo. La vida no consiste en trabajar para no hacer nada algún día, sino en encontrar ese algo que nos permite estar vivo y en el presente cada día dando lo mejor que tenemos para ofrecer al mundo.
Es nuestro propósito lo que a la vida le da sentido.
∞ Rob McBride ∞
LL IV 20