Uno de los instintos más naturales que tenemos es huir o pelear. Nuestra decisión con respecto a uno u otro, nos puede cambiar la vida para siempre.
Durante la independencia de Venezuela, exactamente el 6 de julio de 1814, unas veinte mil personas salieron de Caracas hacia Barcelona, estado Anzoátegui, con Simón Bolívar, huyendo del español José Tomás Boves. Las cuatro mil personas que decidieron quedarse y “pelear” se enfrentaron a un líder totalmente rudo, inmoral y sin piedad, quien además de permitir ejecuciones sin previo juicio, también permitió violaciones y torturas.
Me pregunto en este caso, ¿a quiénes podemos llamar más inteligentes? ¿A los que huyeron con Bolívar, o a los que se quedaron para enfrentar una muerte segura por la ira de Boves?
Esta como otras decisiones, marcan la existencia de todos. La historia está repleta de acontecimientos donde los habitantes de algún lugar tuvieron que decidir entre huir de una situación que no podían soportar, o quedarse a pelear por lo que creían ser correcto.
Algunos podrían decir que los que huyen son cobardes porque no se quedan luchando por sus derechos. Otros podrían decir que los que se quedan son simplemente tontos porque no eligen superarse.
Hemos visto en la actualidad algo muy parecido en países como Siria, Cuba y Venezuela, entre otros. El “huir” a otro lugar representa la oportunidad de comenzar una nueva vida. Por otra parte, el rol que juegan los que se quedan para “pelear” ha sido fundamental para generar cambios positivos.
No todas las personas tienen el deseo o la capacidad económica para emigrar y comenzar una nueva vida en otro lugar. Para algunos, la única opción que creen tener es quedarse, aunque les diría que si bien no siempre son decisiones fáciles, igualmente tenemos la posibilidad de escoger.
Cualquiera que sea el caso, lo más importante no es la decisión de huir o pelear como tal, sino las razones que nos llevan a tomar esas decisiones. Para muchos, no tomar la decisión, asegura que sea la decisión quien los “toma” a ellos. Tanto huir como pelear son elecciones válidas.
Como ocurre en el reino animal, en algunos casos vale la pena quedarse y pelear, mientras que en otros, quedarse es una receta segura para la muerte. La supervivencia de un animal, o en nuestro caso del ser humano, frecuentemente depende de lo que escojamos en momentos claves.Los que huyen tienen la oportunidad de comenzar en otro lugar con un lienzo en blanco que puede ser pintado con los colores que sean de su agrado. Para los que se quedan luchando, frecuentemente el lienzo que ya les queda está manchado, lo cual presenta un gran reto para pintar de libertad.
De poder hacerlo, antes de tomar una decisión de pelear o huir, es importante analizar a fondo cada uno de los factores que intervienen en la situación. Con la decisión ya tomada, hay que hacer lo mejor posible, donde estemos y como estemos, para alcanzar nuestros sueños y lograr lo que más queremos. Hagamos lo que está en nuestras manos para tomar las riendas de nuestra vida y no dejar que sea otro que tome la decisión por nosotros.
∞ Rob McBride ∞
LL IV 25