Permíteme hacerte una pregunta:
¿Cuánto equipaje llevas contigo en la aventura de la vida?
Algunos parecen llevar consigo, de casi todo lo que se puede conseguir en el planeta, otros van más livianos, apenas con la ropa que llevan puesta. La mayoría de nosotros estamos en uno de esos dos extremos. Pero adicional al equipaje material, llevamos el más pesado equipaje de todos, que puede ser el emocional.
El peso de esas maletas emocionales depende del momento por el cual atravesamos. Cuando ellas están llenas de aplausos y halagos, la carga es ligera, como si lleváramos plumas, y en momentos puede parecer que se convierten en alas que nos llevan de un lugar a otro. Con menos peso en nuestro equipaje emocional, nuestra postura es más erguida, nuestros pasos son más ligeros y tenemos más confianza en nosotros mismos.
Cuando un entorno negativo predomina, el ser ignorados o una mirada fea hacia nosotros, puede aumentar considerablemente el peso de nuestro equipaje en un instante. Es entonces cuando puede comenzar un proceso negativo dentro de nosotros, al repetirnos una y otra vez mentalmente acusaciones, por las malas o desfavorables decisiones tomadas, preguntándonos ¿por qué hicimos tal cosa? o ¿por qué tal persona reaccionó de la manera que lo hizo? A veces el peso es tan brutal que impide que demos aunque sea un solo paso.
Es importante saber que el equipaje que llevamos depende de nosotros. Podemos elegir, cuáles maletas conservar y cuáles desechar. Emociones como la alegría, el entusiasmo, la felicidad y una excelente actitud, merecen ser llevadas. Aunque no queramos, otras emociones tales como: la tristeza, la angustia, el odio y el desánimo también se colaran en nuestro equipaje. La idea es preservar las primeras y desechar a las segundas cuanto antes.
¿Es acaso fácil deshacernos del peso que no queremos?
¡Ojalá fuera así de sencillo, simplemente decirlo y está hecho! sin embargo, la verdad es que a veces no resulta para nada fácil deslastrarnos de aquello que nos hace daño. El hacernos conscientes y analizar eso que nos pesa, nos ayuda liberarnos de lo que no queremos. Propongo un ejercicio que puede resultar efectivo para poner las emociones que sentimos en su lugar.
- Toma por un momento una emoción de esas pesadas que estás sintiendo en este momento
- Puede ser odio, rabia, celos, egoísmo, o cualquier otra como resultado de una circunstancia puntual en tu vida
- Imagina la situación como si fuera una película en la que estás en el escenario y tienes una maleta en tus espalda, llena de la emoción que sientes
- Viéndolo desde afuera, desde otra perspectiva, puedes llegar a encontrar respuestas que te ayuden a hacer más ligero el trance
Cuando tomamos una situación y la examinamos, nos daremos cuenta de lo innecesario e ilógico que resulta cargar con un pesado equipaje emocional. Para comenzar a aliviar el peso, podemos desechar de nuestras maletas todo lo que no nos proporciona felicidad.
La vida es un dinámico camino y es natural sentir emociones. Lejos de ignorarlas o pretender que no existen, podemos revisar a cada una y decidir cuanto dejaremos que sea su peso dentro de nuestro equipaje. Con el tiempo aprenderemos que andar más ligero, sin tanto peso emocional permite que el viaje sea más agradable.
∞ Rob McBride ∞
LL IV 31