Lunar Letter / Parte de la Solución

En cualquier circunstancia, podemos ser parte de la solución o parte del problema.  Los que son parte de la solución suelen ser más buscados y respetados mientras que los que son parte del problema suelen ser abandonados y denigrados.

Ser parte de la solución en vez de parte del problema es…

  • Dar otra opción en vez de decir, “¡No hay más!”
  • Combinar dos cosas que no funcionan en vez de botar las dos.
  • Cultivar un ambiente de amor y respeto en vez de uno de odio y cuentos.
  • Ofrecer alternativas y apoyo en vez de simplemente decir que todo va a estar bien.
  • Decir lo que vamos a hacer y luego hacerlo en vez de mantenernos al margen sin hacer nada.
  • Culminar lo que comenzamos en vez de iniciar muchas actividades sin llevar a cabo ninguno.
  • Definir objetivos y crear un plan para lograrlos en vez de dejar que la vida nos lleve a su libre albedrío.
  • Decir, “¡A ver qué puedo hacer para resolver?” en vez de, “¡Disculpa no hay nada que puedo hacer!”
  • Saber que mientras la política influye sobre nuestro entorno, no debería determinar nuestra felicidad.
  • Ver un día lluvioso y decir, “Vamos a bailar bajo la lluvia,” en vez de, “La lluvia ha estropeado nuestro día.”
  • Tomar el timón de la vida durante una tempestad en vez de dejar que el barco se queda a la potestad de la tormenta.
  • Escuchar y hacer lo mejor para comprender a los demás en vez de imaginar que ya sabemos lo que quieren decir.
  • Crear un plan de incentivos para premiar nuestros mejores empleados en vez de verlos renunciar e ir a la competencia.
  • Crear caminos contundentes con lo que tenemos a la mano en vez de tirar la toalla y rezar que mágicamente aparezca lo que queramos.

Piensa en tu actividad económica, tu relación con tus amigos y tus seres queridos.  ¿Estás siendo parte del problema o parte de la solución?

No es suficiente “ser amable”, ¡hay que dar soluciones!  Cuando damos un poco más de los demás y ofrecemos soluciones a los desafíos del día a día podemos lograr mucho más que los demás.  Los que son parte de la solución en vez de parte del problema son los que determinan su propia dirección y dirigen su propio destino.  Podemos ser parte del problema creando obstáculos que inhiben el paso o parte de la solución construyendo puentes que facilitan el camino.

∞ Rob McBride ∞
LL III 17

Lunar Letter / Intención + Implementación = Satisfacción

¿Cuántas vidas se han acabado antes de haber comenzado?

¿Cuántos sueños se han quedado en el olvido por una falta de implementación?

Mientras que hay muchas razones del porqué podemos quedarnos cortos al momento de alcanzar nuestros sueños, uno de los más comunes y letales es una falta de acción. Una persona que implementa un plan medio pensado vale más que 100 personas que no implementan un sueño bien pensado. Los que actúan en el teatro de la vida son los que logran los premios más grandes…

Son los que logran hablar con la persona que más desean
Son los que logran tener las mejores relaciones con sus seres queridos
Son los que compran los mejores autos y las casas en los mejores lugares
Son los que dan su opinión y escuchan a los demás para llegar a mejores acuerdos

Todos tenemos una capacidad increíble para soñar y querer cualquier cantidad de cosas…

Queremos una nueva nevera
Soñamos con una mejor relación
Queremos que nuestro jefe nos respete
Soñamos con una familia saludable y feliz

Los que logran obtener estos objetivos son los que aterrizan después de haber volado por un bello viaje soñado con un plan contundente para lograr lo que más desean.

El juego de la vida es igual para todos. Mientras que el lugar y las circunstancias son diferentes, las reglas son iguales para todos. Tenemos el mismo aire para respirar, el mismo cielo para mirar y las mismas 24 horas al día para vivir.

¿Por qué algunas personas logran mucho mientras que otros logran poco?

En pocas palabras, es porque algunos implementan su intención y otros se quedan en el “intento” sin tomar acción. Imaginar y desear lo que más queremos no es suficiente, tenemos que tomar acción creativa en pro de lo que más deseamos tener.

Veamos un ejemplo:

Dos muchachos creen que una muchacha en su colegio es bella e interesante. Los dos desean salir con ella en una cita para conocerla mejor. Los dos imaginan todas las posibilidades que podrían generarse al estar cerca de ella. Uno pregunta a una de sus amigas lo que le gusta y el otro simplemente la admira desde lejos. Uno le compra una flor y el otro observa mientras que el primero entrega la flor a la muchacha. Uno celebra que va a salir en una cita con ella, el otro maldice su mala suerte.

No es la suerte o las circunstancias lo que hace la diferencia en la vida. Los que logran mucho crean su propia suerte y se amoldan a sus circunstancias. La vida no tiene favoritos y las posibilidades que ella nos ofrece están disponibles para todos. Cuando dirigimos nuestra intención e implementamos un plan de acción logramos mucha satisfacción.

∞ Rob McBride ∞
LL III 16

Lunar Letter / Volver a Vivir

Todo tiene un comienzo y todo tiene un fin… Aun sabiendo que la vida es así, nos tambalea cuando un ser querido se nos va.

¿Por qué lamentar un hecho al cual nadie puede escapar?

¿Por qué llorar por algo tan natural?

Estamos acostumbrados a escuchar:

“Todo va a estar bien”

“Mañana será otro día”

“Al final todo se arregla”

“Después de la tormenta sale el sol”

Sin embargo, estas palabras de aliento frecuentemente caen cortos al momento de hacernos sentir bien frente a la pérdida de alguien especial.

¿Hay algo que nos pueda alentar y despertar de lo que parece una pesadilla?

Las intenciones de las personas que nos quieren son nobles y las palabras que nos dan suelen ser sinceras. No obstante, llenar el vacío que sentimos al perder a alguien no es nada fácil.

Las religiones del mundo nos prometen que si vivimos de cierta manera, podemos llegar al cielo, tener un buen karma, despertar nuestra alma o inclusive llegar a la reencarnación…

¿Será así?

¿Será que algo nos espera por allí?

¡Por mi parte espero que sí!

Aun así, siento que la reencarnación es un hecho. Lo único que tenemos que hacer es cerrar nuestros ojos y en un instante podemos traer a cualquier persona que hemos conocido y perdido a nuestra mente. Su manera de hablar, su sonrisa e inclusive forma en que se movía. Nos podemos reencontrar en cualquier momento con las personas que ya no están físicamente con nosotros.

¿Será esto volver a vivir?

Perdemos tanto tiempo y hasta dejamos de vivir por el miedo a morir. Una parte importante del vivir debería incluir el compartir y contribuir al bienestar de los demás. Entre más podemos influir positivamente a los demás, mayor será nuestro impacto en el mundo.

¿Qué hacemos cuando necesitamos el apoyo de un ser querido que ya no está cuando tenemos que tomar una decisión importante?

Con toda seguridad ya tenemos la respuesta. Sabemos cuáles eran sus opiniones y valores. Han sido inculcados en nosotros en muchos casos desde una temprana edad. Podemos lamentar el pasar de un ser querido o simplemente saber que allí están con sus consejos cuando los necesitemos.

Aunque no estarán físicamente para darnos dinero o su apoyo cuando más los requerimos, cada conversación que hemos tenido con ellos y cada sensación que nos han dado siguen siendo parte de nuestro ser. Su sonrisa, su calidez y sus opiniones viven para siempre dentro de nosotros.

La vida se trata de dar para luego recibir. Cuando invertimos nuestro tiempo en dar y en ser útiles a los demás, volveremos a vivir en los demás cuando llegue nuestro momento de pasar. En vez de vivir a medias esperando que algo bueno nos pase… ¿Qué tal si vivimos al máximo, dando lo mejor de nosotros en cada instante a los demás?

Al vivir así, podemos estar seguros de volver a vivir mucho más en los demás aun cuando no estemos. La vida sigue en su ciclo sin fin con o sin nosotros. Aunque no es fácil estar sin aquellos que han significado tanto para nosotros, es posible que vuelvan a vivir en nuestra alma y nuestro corazón a donde vayamos y en donde nos encontremos.

∞ Rob McBride ∞
LL III 15

 

Lunar Letter / Sé Tu Propio Jefe

Aunque podría sonar un poco extraño, puedes ser tu propio jefe. Mientras que en muchos casos es otra persona quien firma el cheque que cobras para sobrevivir, puedes ser jefe de tus propias acciones, emociones y percepciones.

El entorno no te crea sino que eres creado y moldeado en conjunto con tu entorno. En el mismo lugar puedes ver algunas personas que son prósperas y felices; y a otras que son pobres y miserables. Una de las grandes verdades de la vida es que a donde vayas en este mundo maravilloso, siempre estarás contigo mismo. No hay otra opción. A donde vayas, allí estarás.

En cualquier país, barrio o trabajo te encontrarás en compañía de ti mismo. Aunque tienes colegas, amigos y familia que te acompañan, al final siempre estarás con tus propios pensamientos. Algunas personas piensan y actúan como si fueran su propio jefe, y otras como empleados. Propongo que tú siempre puedes actuar como tu propio jefe.

Supongamos que te contraten para entregar pizza. La descripción del trabajo a ser realizado no es extensa y es muy básica. Aun así, hay diferentes maneras en que puedas entregar una pizza. Siendo empleado, tomas la pizza, buscas la dirección, entregas la pizza, la cobras y regresas.

Siendo Tu Propio Jefe el resultado es el mismo pero la forma es muy diferente. Siendo Tu Propio Jefe, colocas servilletas, cubiertos, queso parmesano y picante en una bolsa aparte. Cuando sales del local, si ves un papel en el camino, lo recoges y lo tiras en el basurero. Aseguras que tu vehículo o moto está impecable y limpio. Todo lo que haces lo haces con respeto y cortesía porque sabes que eres la imagen de la empresa. Llegas con una sonrisa grande y les preguntas si quieren servilletas, cubiertos, queso parmesano y picante. Eres cordial y esperas una buena propina. Si no lo recibes, agradeces al cliente de todas maneras porque sabes que podría ser diferente la próxima vez y además eres tu propio jefe.

Aunque sea una empresa que te contrate, tú marcas la pauta de tu propio camino. Entre más proactivo seas, más oportunidades tendrás. Si cumples sólo con lo estrictamente necesario eventualmente serás descartable cuando haya turbulencia económica. Cuando vas más allá de lo necesario te conviertes en un aliado importante cuando surjan dificultades.

Cuando eres parte de la solución en vez de parte del problema, estás Siendo Tu Propio Jefe. Los que fundan compañías y organizaciones no son los que quejan diciendo, “¡Qué lástima que estamos viviendo momentos tan difíciles,” sino los que dicen, “¡Tenemos un reto importante y al resolverlo daremos un paso positivo e importante!”

No siempre puedes amar lo que haces pero siempre puedes hacerlo con amor. Lo ves en todas partes. Una persona cumple con lo más básico, mientras que otra va un poco más allá agregando una sonrisa y gratitud sincera. Una persona toma nuestro dinero y tira el vuelto en el mostrador gritando “¡Próximo!” y otra nos da el cambio en la mano, nos ve en los ojos y nos dice, “¡Gracias por su compra, espero que vuelva pronto!

Cuando haces un excelente trabajo y das un buen servicio eventualmente tendrás la oportunidad de avanzar dentro de la empresa y probablemente llegar a tener tu propia empresa u organización. Al ser tu propio jefe, marcas tu camino, diriges tu destino y creas tu propia felicidad.

∞ Rob McBride ∞
LL III 14

Lunar Letter / El Lente de la Mente

El mundo que vemos depende del lente que tengamos. Si nuestro lente está sucio y desenfocado, el mundo será un lugar nublado e incierto. Si nuestro lente está limpio y enfocado, el mundo será un lugar brillante y bello. Es una cuestión de enfoque…

¿Qué podemos hacer para darle un “lavado y engrase” a nuestro lente de vida?

Juan Carlos Jiménez ofrece una analogía interesante en su libro, Amplia tus Oportunidades – Paradigmas de la Motivación Personal, que nos permite clarificar nuestro lente de vida. Utiliza una frase del francés Marcel Proust para abarcar el tema:

“El verdadero acto de descubrimiento no consiste en hallar nuevas tierras, sino en mirar con nuevos ojos.”

Jiménez sugiere que podemos “Predecir el Futuro” cuando soñamos con lo que más deseamos y tomamos acción positiva para lograrlo. Confieso haber estado escéptico cuando primero leí su propuesta aunque ¡ahora estoy convencido que tiene mucha razón!

Una teoría de motivación examina de dos tipos de motivadores externos. El primero es una “zanahoria” que se ofrece como premio o beneficio para un trabajo bien hecho. El segundo es un “palo” que se da como castigo o reprimenda para un trabajo mal hecho. Mientras que los dos funcionan a corto plazo, más importante es crear una motivación interna a largo plazo. Para aumentar la auto-motivación, Jiménez explica:

“… sueños son las fuentes de motivación más importantes para ti, porque están totalmente a tu alcance. Dependen únicamente de ti. Son tu propia zanahoria, tu zanahoria interior.”

Entre más específico y vívido sea nuestro sueño, más crece nuestra “zanahoria” interior que nos impulsa hacia el logro de nuestros objetivos. Mientras leía el concepto, se me ocurrió que las zanahorias tienen mucha Vitamina A que influye positivamente sobre nuestra visión y así también sobre nuestra “lente de vida”.

Esta claridad nos estimula a ver los obstáculos y los problemas de una manera distinta. Aunque no los desaparece mágicamente, nos ayuda a verlos desde otra percepción y perspectiva. Nuestra motivación interna y experiencia comienza a generar soluciones en vez de levantar barreras. Con esta visión optimizada podemos comenzar a “Predecir el Futuro” con más certeza. Las inconveniencias de la vida se convierten en un sucio que momentáneamente estorba nuestra visión pero que logramos quitar con acciones que nos mantienen enfocados en nuestro sueño.

En realidad, no es tan difícil acertar el futuro. Es el resultado de las acciones que tomamos hoy y, aunque no es una ciencia exacta, podemos predecir el futuro con precisión en muchos casos. Si saludamos a una persona con una sonrisa, tenemos más probabilidad que nos devuelva una sonrisa que si lo saludamos con cara de perro. Si tomamos la iniciativa y levantamos el teléfono para llamar a un posible cliente, tenemos más oportunidad de que compre lo que estamos vendiendo a que si esperamos que nos llame.

Los acontecimientos de la vida son muy parecidos para la gran mayoría de nosotros. Las personas que se destacan tienen un lente en su mente que enfoca en soluciones en vez de problemas; tienen sueños y objetivos cristalinos que sirven como una zanahoria interior. Ellos toman acciones congruentes con la obtención de su sueño dorado y se convierten en los “afortunados” que logran dar dirección a su destino y vivir la vida que más desean.

∞ Rob McBride ∞
LL III 13

 

Lunar Letter / Aparece y Lúcete

Todos queremos lo mejor que ofrece el mundo. Una pareja que nos agrada y nos consiente. Un trabajo que nos rete y que nos brinde oportunidades. Una vida llena de alegría y ausente de tristeza.

Mientras que la vida no siempre es “bella, bonita y barata”, nosotros podemos dar lo mejor de nosotros para aprovechar al máximo esta realidad que llamamos vida. Mientras que todos queremos “más y mejor”, no siempre estamos dispuestos a dar más de nosotros para recibirlo.

Recientemente fui contactado por una compañía que quería establecer una relación comercial y ofrecer mis servicios como autor y conferencista. Mientras que creo que la oportunidad podría ser interesante, me parece que ellos se beneficiarían más en el negocio que yo, así que si voy a invertir el dinero que sugieren pero de otra manera. No obstante su interés me hizo reflexionar en cuánto deseamos ser “encontrados”. Como autor he soñado con el día que alguien “me encuentre” y que me diga…

“¿Dónde has estado toda mi vida Rob? ¡Menos mal que te encontré!”

En esa espera de ser “encontrado” podemos esperar toda una vida. Queremos que nos encuentre una pareja ideal, una compañía que nos valore y que nos pague bien o alguien que simplemente nos quiera de la manera como queremos ser queridos.

¿Pero es realista pensar que alguien nos va a “encontrar” si no hacemos nada para ser “descubiertos”?

¿Es lógico pensar que nuestro príncipe azul nos va a encontrar mientras que estamos en la casa viendo televisión?

¿Es lógico imaginar que nuestro jefe se va a dar cuenta que somos empleados dignos de más responsabilidad y remuneración si no hacemos nada para merecerlo?

¡Obviamente la respuesta en los tres casos es un contundente NO!

Para ser encontrados tenemos que Aparecer y Lucirnos…

No queda otra opción. Si queremos encontrar al amor de nuestra vida, tenemos que estar dispuestos a estar en un lugar apropiado para que nos encuentren. Si no vamos al baile, no vamos a bailar. Si no damos lo mejor de nosotros en el trabajo seguiremos siendo simplemente uno más del montón.

Tampoco es suficiente simplemente “Aparecer.” Si vamos al baile pero nos sentamos en un rincón sin hablar con nadie, iremos solitos a casa tal cual como vinimos. Si no nos destacamos en el trabajo, puede ser que recibamos el “quince y último” durante un tiempo; pero cuando se den cuenta que no estamos aportando nada especial, seremos de los primeros en irnos cuando las cosas se pongan difíciles. Por eso es mejor ser parte de la solución que del problema.

El que nunca se atreve a hacer nada, nunca tendrá nada…

Si no nos atrevemos a conocer a alguien que nos parezca interesante, nuestra posibilidad de conocerlo será nada más de un sueño dorado. Si no tenemos el valor de opinar y agregar valor a nuestro trabajo, quedaremos como un mueble que puede ser descartado en cualquier momento.

Cuando el temor de fracasar sea menor a la alegría de vencer, podemos ir más allá de lo que hemos imaginado que es posible. La vida no escoge quien va a vivir feliz, somos nosotros mismos los que determinamos nuestra felicidad. Cuando aparecemos y lucimos somos tomados en cuenta para poder aprovechar todo lo bello que ofrece la vida.

∞ Rob McBride ∞
LL III 12

Lunar Letter / Rompecabezas

La vida es como un rompecabezas…

Desde que nacemos, vamos armando nuestra obra de arte. Al principio somos un conjunto de piezas sin sentido y sin dirección. Nuestra familia, nuestros amigos y nuestro entorno van formando los límites y los bordes.

Cada situación y cada circunstancia que vivimos forma parte del rompecabezas, todas las piezas van encajando poco a poco. Los colores se componen de los participantes y los acontecimientos del día a día. El resultado final va cambiando, dependiendo de cada pieza que se coloca a diario en el cuadro. Los que tienen más importancia y presencia en nuestras vidas aumentan en tamaño y se convierten en protagonistas de nuestro cuadro de vida.

El progreso de algunas áreas puede quedarse estancado por mucho tiempo. Por ejemplo, alguien que entró a nuestra vida puede quedarse distante y aislado de todos los demás. Con el tiempo formará parte del fondo o se destacará como actor principal. Entre más atención prestemos a cada persona y a cada aspecto de nuestra vida, más resaltará en nuestra obra de arte.

Parte por parte vamos armando nuestro cuadro. Nuestro lienzo comienza en blanco cuando nacemos y la última pieza se coloca el día que partimos de esta realidad que conocemos a otra realidad aún desconocida.

Pensamientos y acciones llenos de rencor y odio plasman colores oscuros y opacos.

Pensamientos y acciones llenos de amistad y alegría plasman colores bellos y brillantes.

Nosotros determinamos cuáles serán las personas y las actividades que tomarán un rol más significativo en nuestra obra de arte. Estos pueden ser familia, amigos, colegas, vecinos, trabajo y diversión. Todos están allí en nuestro cuadro.

¿Cómo te gustaría que sea tu obra de arte?

¿Cuáles serían los colores y las imágenes que le den vida?

¿Cuáles serían las personas y las situaciones que tomen un rol principal?

Lo más bello de la vida es que nosotros vamos creando nuestra obra de arte todos los días con nuestros pensamientos y nuestras acciones.

Es importante saber que las personas que predominan en nuestra reflexión y atención no necesariamente tienen que estar con nosotros físicamente. Tomemos un ejemplo…

Piensa por un momento en una persona que amas con todo tu alma pero que no está contigo en este instante. Ahora, cierra tus ojos y piensa en su sonrisa, sus gestos y su risa…

En un milisegundo traemos esta persona a nuestra realidad. Sus consejos, su amor y su presencia están con nosotros cuando queramos. Estas personas también forman parte de nuestra existencia.

Creamos nuestra propia realidad armando nuestro rompecabezas. Procuremos armarlo con las mejores piezas posibles. En nuestro día a día podemos dar nuestro mejor esfuerzo para pintar colores bellos y brillantes. Podemos asegurar que las personas y los elementos que queremos que predominen en nuestro cuadro sean las piezas recipientes de nuestro tiempo, energía y esfuerzo.

∞ Rob McBride ∞
LL III 11

 

Lunar Letter / Hacer lo que Decimos

¿Qué tal si viviéramos en un mundo donde la gente cumpliera con su palabra?

¿Qué tal si viviéramos en un mundo donde la gente dijera lo que va a hacer y luego hiciera lo que dice?

¿Cómo podemos lograr que la gente cumple con su palabra cuando es un principio que se viola con tanta frecuencia?

Solemos decirle a la gente, “Vale, te llamo la semana que viene.”

Y nunca lo hacemos…

Pero generalmente no es por maldad, sino por conveniencia. En vez de tomar el tiempo de explicar nuestras verdaderas intenciones, tomamos el camino más fácil y hacemos promesas que no tenemos intenciones de cumplir.

Seamos claros y sinceros. No siempre queremos llamar a todos las personas “la semana que viene”. A nuestros amigos y a las personas que nos agradan, sí. Pero no siempre a todo el mundo. Así que para salir de esa conversación elegantemente, solemos decir, “Te llamo después.”

Aunque esto pueda considerarse una pequeñez, es justamente de estas pequeñeces que viene luego incumplir nuestra palabra en casos más grandes e importantes.

Si realmente no queremos ver o llamar a la otra persona, simplemente dejemos de decirlo o busquemos una manera diferente de responder. Así no prometemos lo que no estamos dispuestos a cumplir.

La vida está hecha de acuerdos. Y si constantemente los estamos rompiendo, nuestras posibilidades de avanzar en la vida serán limitadas. Además, la mejor manera de aumentar nuestro autoestima es cumpliendo con nuestra palabra. Cada vez que cumplimos con nuestra palabra tenemos más confianza en nosotros mismos y los demás también confiarán en nosotros.

  • Cuando decimos que vamos a ir, iremos
  • Cuando prometemos que vamos a llamar, llamemos
  • Cuando damos nuestra palabra de hacer algo, hagámoslo

Es mejor desilusionar a alguien en el momento que decepcionarlo en el futuro.

Existe todo tipo de situaciones y siempre habrá algo que nos impida cumplir 100% con nuestra palabra. En el caso de no poder cumplir, nos disculpamos, ofrecemos una alternativa y seguimos. Basta de excusas para defendernos. Se dice que los amigos no necesitan excusas y los demás no los creerán. En vez de ofrecer una excusa podemos simplemente decir:

Discúlpame, no pude cumplir con lo que te prometí. ¿Qué tal si nos vemos mañana para un café?”

Si la persona acepta, perfecto.

Si no, también.

Los que cumplen con su palabra son actores en el juego de la vida. Al cumplir con nuestra palabra y rodearnos de gente que cumple con su palabra, comenzamos a vivir en un mundo donde las personas dicen lo que van a hacer y hacen lo que dicen.

∞ Rob McBride ∞
LL III 10