Lunar Letter / Incomódate

Toma un momento y reflexiona sobre lo siguiente:

En este instante, ¿Estás dónde quieres estar y cómo quieres estar?

Si la respuesta es positiva, Felicitaciones no tienes que hacer absolutamente nada, ¡sigue haciendo lo que estás haciendo!

Si por el contrario, como suele ser el caso para la gran mayoría de nosotros, sientes que falta algo y que puedes mejorar algunos aspectos de tu vida…

¡Incomódate!

Si bien es cierto que a todos nos encanta estar en un capullo sabroso de confort, es una receta segura para seguir recibiendo más de lo mismo. En muchos casos es justo eso, lo que nos puede llevar al borde del abismo.

Los acontecimientos más importantes del ser humano han venido después de momentos de incomodidad. Adicionalmente, muchos de nosotros hemos obtenido nuestros logros más grandes después de sentirnos inconformes e incómodos con una situación o resultado.

La incomodidad nos da impulso para buscar otras soluciones y tomar acciones alternas que nos llevan a una dirección distinta. Frente a la incomodidad podemos tener una de dos reacciones: La primera es aguantar la presión y hacernos los locos frente a ella. La segunda es levantarnos y buscar otro camino para lograr lo que más deseamos.

El progreso más poderoso suele venir después de los acontecimientos que nos mueven el piso como si fueran un terremoto. Por ejemplo: el matrimonio, el nacimiento de un hijo, el asumir un compromiso mayor del que pensamos que sería posible o inclusive la muerte de un ser querido. La presión y la incomodidad pueden estimular o apagar nuestro poder de establecer nuevas formas de trabajar y actuar.

A continuación una anécdota sobre la incomodidad: Un señor mayor reposa en una mecedora en su porche de madera. Llega un viajero que está perdido y requiere asistencia. Nota que el perro que está acostado al lado del señor está visiblemente molesto; se queja y aúlla con agonía. Le pregunta al señor, “¿Qué pasa con su perro, está enfermo?”

El señor se ríe levemente y dice: “No está enfermo. Lo que pasa es que está sentado sobre un clavo que sobresale por la madera y le está pinchando un testículo.”

“¿Por qué no se mueve?” pregunta el viajero.

“Porque le duele lo suficiente para quejarse, pero no para moverse,” responde el señor.

Esto mismo pasa frecuentemente en la vida, estamos suficientemente inconformes para quejarnos más no para movernos. Si este es el caso, podemos incomodarnos un poco más con respecto a nuestra situación actual, levantarnos y tomar acción para realizar cambios.

“Es fácil sentarse y darse cuenta, lo difícil es levantarnos y tomar acción.” ~ Al Batt

Incomodarnos con metas y objetivos que van más allá de lo que es cómodo y conveniente nos permite llegar más allá de lo que jamás pensamos sería posible.

∞ Rob McBride ∞
LL II 37

 

Lunar Letter / El Éxito es una Sensación

El éxito es un tema que nos interesa y algo que todos deseamos alcanzar. Los libros en los estantes de las librerías “gritan” con sus títulos promesas de éxito para las personas que siguen los consejos de las palabras escritas en sus páginas.

¿Cuáles son las características del éxito y cómo podemos asegurarnos que toque nuestras puertas con más frecuencia?

Todos hemos sentido la euforia del éxito en algún momento de nuestras vidas. Generalmente viene después de un acontecimiento importante o después de alcanzar una meta u objetivo.
Lo que sentimos suele ser el resultado de varias cosas que en su conjunto, nos hacen “sentir” exitosos. Siendo este el caso, el éxito es una sensación, no una situación. No es lo que ocurre lo que nos hace sentir exitosos, sino la forma en que percibimos lo acontecido.

Por ejemplo, un alumno que saca un 20 (en una escala de 1 a 20) en un examen tiene un buen motivo para sentirse “exitoso.” ¿Esto significa entonces, que una persona que saca un 12 es un fracasado?

La respuesta no es tan fácil. Si el alumno tiene dificultades en el aprendizaje o si la calificación más alta que dio el profesor en el examen es un 12, es posible que ellos también se sientan exitosos. Por otra parte hay alumnos que se dan un “Harakiri” por recibir un 18 y otros que celebran la misma calificación por varios días seguidos.

No es el acontecimiento o el logro como tal lo que define si somos exitosos o no. Es lo que nosotros percibimos de lo acontecido lo que le da contexto y significado. El éxito no es alcanzar un puesto determinado o una cantidad de dinero. El éxito proviene del valor que le demos a cualquiera de estos eventos.

¿Cómo podemos llegar a ésta sensación de éxito y éxtasis con más frecuencia?

Solemos ser nuestros peores críticos. Nuestro diálogo interno puede ser brutal cuando no logramos lo que queremos. En vez de golpearnos mentalmente, podemos darnos cuenta que nadie es “perfecto.” Mientras que todos tenemos buenas características, todos cometemos errores e inclusive “horrores.”

En vez de concentrarnos en lo que está “mal” en nuestras vidas, podemos concentrarnos en lo que está “bien.” Si percibimos que no hay nada que está “bien” en este instante, podemos viajar con nuestra mente maravillosa a otros momentos donde hemos sentido la sensación del éxito.

El éxito no depende de lo que hemos alcanzado o perdido sino de nuestra interpretación de lo que ha acontecido. El simple hecho de levantarse por la mañana es “un éxito” para muchos. Podemos ampliar nuestra definición del éxito dándonos el permiso de caer de vez en cuando. El éxito es una sensación y lo podemos sentir en cualquier instante.

∞ Rob McBride ∞
LL II 36

Lunar Letter / Sano, Sabio, Próspero y Feliz

Todos queremos ser felices.

Aunque este “gran” descubrimiento podría parecer obvio, lo que no es tan obvio es cómo llegar a este estado ideal.

Todo lo que hacemos se relaciona con nuestra búsqueda de la felicidad. La pareja que escogemos, el trabajo que elegimos, nuestra decisión de tener o no hijos e inclusive las personas con quienes nos relacionamos. En el camino estas decisiones frecuentemente parecen ser equivocadas y en vez de traer felicidad, traen angustia y agonía.

¿Qué pasó?

¿Realmente fue una elección errada o hay algo más allá que ha ocurrido? No son “las cosas” o “las personas” que provocan “infelicidad”, sino nuestra percepción sobre lo que está aconteciendo. No obstante, hay tres características que nos permiten ser más felices en cualquier situación. Procuremos tener las siguientes características.

SALUD: Una persona saludable tiene mucha más posibilidad de ser feliz. Esto no implica que una persona con mala salud no sea capaz de ser feliz, sino que ser sano propicia la felicidad. Cuando comemos bien y realizamos ejercicio físico con regularidad, nuestra energía y ánimo cambian inmediatamente de una manera positiva. Para lograr metas y objetivos es imprescindible contar con los recursos necesarios para su obtención. Mientras que algunos de estos elementos están “fuera” de nuestro control, muchos están “dentro” de nuestro control. Cuidar nuestro cuerpo como si fuera un templo sagrado y no una ruina destruida nos da fuerza, vigor y valor para lograr lo que más deseamos.

SABIDURÍA: El sabio tiene problemas como cualquier otra persona. Lo que le hace diferente a los demás es que logra ver el mundo desde otra perspectiva. Los desafíos son constantes desde nuestra primera respiración. Los que logran ver los obstáculos como una parte normal y corriente de la vida logran fluir en vez de resistir. El que continuamente se entrega a saber más sobre su mundo y su persona descubre rápidamente que es una búsqueda sin fin. Aquello que desconocemos siempre supera a lo que conocemos. Aún así, el poder y valor de una idea no tiene límite. Cuando estamos dispuestos a crecer constantemente, la vida se convierte en una aventura a disfrutar en vez de un cargo a cumplir.

PROSPERIDAD: Si podemos elegir entre ser “próspero” o “pobre,” no cabe duda que escogeríamos la prosperidad. Veamos diferentes tipos de prosperidad. A pesar de lo que muchos piensan, la prosperidad material es importante. Cualquier persona que diga que el dinero “no es importante,” no ha ido recientemente al supermercado. Necesitamos la prosperidad material para asegurar que nuestro tiempo en este camino maravilloso sea más placentero. También hay prosperidad interna y ésta no tiene límites. En este instante todos podemos ser más “prósperos” simplemente dando gracias por todo lo que tenemos en vez de lamentar todo de lo que no tenemos. La prosperidad se mide tanto en nuestra cuenta bancaria como también en nuestra cuenta emocional.

Ser feliz es una decisión mas no una obligación. Cuando logramos ser sanos, sabios y prósperos nuestra felicidad fluye y no obstruye.

∞ Rob McBride ∞
LL II 35

Lunar Letter / Viva Imaginación

Todos poseemos una mente mágica con una imaginación increíble. Todo comienza en la mente. Todo lo que tenemos y sabemos hoy fue en alguna oportunidad una mera semilla de un pensamiento. Napoleon Hill dijo:

“Lo que la mente pueda concebir y creer, puede alcanzar.”

Cuando miramos a nuestro alrededor, vemos que los pensamientos efectivamente se convierten en realidades. Mientras meditamos sobre nuestras posibilidades, ayuda reflexionar sobre las investigaciones del Dr. Maxwell Maltz. Él descubrió que la mente no puede diferenciar entre algo real y algo imaginado intensamente.

Una viva imaginación puede precisar nuevos caminos a distintos destinos.

Una viva imaginación puede llevarnos a diferentes espacios en lugares lejanos.

Una viva imaginación puede crear nuevas verdades ante creencias preconcebidas.

Una viva imaginación puede generar distintas respuestas para desafíos cotidianos.

Una viva imaginación puede aliviar dolores punzantes en circunstancias incómodas.

Una viva imaginación puede plantar la semilla de un pensamiento para nuevas posibilidades.

Una viva imaginación puede permitirnos experimentar éxtasis existencial.

Una viva imaginación puede originar ideas serenas en tiempos turbulentos.

Una viva imaginación puede construir una fortaleza de paz y serenidad.

Una viva imaginación puede dar pie para alcanzar la excelencia.

Cuando permitimos dar vuelo a nuestra imaginación, ampliamos nuestras propias posibilidades y comenzamos a aprovechar nuestro verdadero potencial.

Durante tanto tiempo nos han dicho: “¡No puedes hacer eso!” y “¡Ni lo pienses!”. Como consecuencia, hemos sido condicionados a rechazar nuevas ideas y dejar de lado nuestra imaginación.

Nuestra mente crea nuestra propia realidad. Si queremos cambiar nuestras circunstancias, simplemente debemos cambiar nuestros pensamientos. Potenciando el pensamiento creativo y la viva imaginación es el primer paso para crear las experiencias y la vida que deseamos.

∞ Rob McBride ∞
LL II 34

Lunar Letter / Sobreviviré

Nacemos como resultado de una serie de eventos increíbles y comenzamos a vivir con un propósito que es difícil de comprender.Nuestro cuerpo es una máquina maravillosa que funciona bien con una combinación de agua, comida y ejercicio. Desde el momento que comenzamos este viaje estupendo, hay una sola verdad absoluta… Algún día pasaremos a otro plano aún desconocido.

Las maneras de cómo puede pasar son numerosas y nadie sabe con seguridad si va a vivir 8 minutos o 80 años. Lo que es cierto es que nuestro cuerpo actual llegará a un fin en su presente forma. El cuerpo es increíble y sobrevive un sin fin de circunstancias que lo reta todos los días. Pensemos por un momento en todos los desafíos que nos hemos enfrentado hasta este momento. Desafíos económicos, de salud y demás. Por más fuerte y desagradable que pudieron haber sido, hemos sobrevivido hasta este instante. Si no fuera el caso, ¡no estarías leyendo estas palabras!

Es común crear una laguna de lástima y desesperación al enfrentar los desafíos del día a día. Nuestras vidas están llenas de circunstancias que son los granos de arena que componen nuestra playa de vida. Algunas de ellas agradables y otras desagradables. Por más difíciles que sean en el momento, normalmente no son factores determinantes sobre cuánto tiempo vamos a vivir.

Podemos pensar en un desafío que tuvimos hace tiempo y que de alguna manera ya se resolvió. Durante el acontecimiento, nos jalamos los pelos, imaginamos todo lo malo que puede pasar y en general nos descuadramos a nivel emocional. Luego de alguna forma u otra, todo se resuelve aunque no siempre de la forma que queramos.

Lo que determina si sobrevivimos o no generalmente no radica en un problema específico que tengamos en un momento determinado. Nuestra expectativa de vida depende de muchos factores y si bien uno de ellos es nuestro estado emocional, éste es un factor que puede ser influenciado positivamente o negativamente dependiendo de nuestra actitud.

El período entre nuestro nacimiento y nuestra muerte está lleno de momentos. Depende de nosotros si estos serán momentos mágicos o momentos malignos. Al enfrentar un desafío podemos simplemente decir, ¡Sobreviviré!

Friedrich Nietzsche lo dijo de esta manera:

“Lo que no nos mata, nos hace más fuerte.”

Esto no significa que nos tiene que gustar todo lo que nos acontece. Al contrario, habrá situaciones que pasan que serán muy desagradables. Saber que vamos a sobrevivir es un punto de partida para crear nuevas soluciones.

No todo en la vida es bello, bonito y barato. Saber que estos “obstáculos” que frecuentemente nos estorban no nos van a matar, nos permite fluir con ellos para buscar nuevos caminos en vez de resistirlos y estancarnos en un pozo podrido de pensamiento. Sobreviviremos todo en la vida menos un solo acontecimiento que vendrá cuando tiene que venir. Mientras tanto a los problemas, desafíos e inconvenientes de la vida podremos simplemente sonreír y decir…

¡Sobreviviré!

∞ Rob McBride ∞
LL II 33

 

Lunar Letter / El Motor de la Vida

Los hábitos son el aceite del el motor de la vida.

¿Hace cuánto tiempo cambiaste el aceite de tu motor?

Se recomienda cambiar el aceite de su auto periódicamente. Mientras cambiemos el aceite con mayor frecuencia, más durará el motor. Si nunca cambiamos el aceite, el motor suele “morir” antes de tiempo por la mugre que obstaculiza su buen funcionamiento.

Podemos relacionar la vida con el motor. Los hábitos y las rutinas son el aceite en nuestro propio motor de la vida. Cuando cambiamos nuestros hábitos y rutinas, extendemos la vida de nuestros motores, produciendo resultados sorprendentes. Mientras que cualquier camino nos lleva por el sendero de la vida, son nuestros hábitos y nuestras rutinas lo que le dan poder al camino.

Al acercarse el fin de año, pensamos en lo que queremos cambiar para el próximo. Genera un periodo de análisis. Reflexionamos sobre lo que fue y lo que puede ser. Algo que todos podemos hacer es darnos cuenta de cuánto tiempo ha pasado desde nuestro último cambio de aceite. “Si seguimos haciendo lo mismo, obtendremos los mismos resultados.” En términos de computación lo llamamos, “Basura dentro, basura fuera.”

Si estamos logrando lo que deseamos, no hay necesidad de grandes cambios. Sin embargo, inclusive cuando vamos bien encaminados, ¡hace falta ver el retrovisor de vez en cuando para asegurar que no encontraremos alguna sorpresa desagradable!

Comenzamos el año con buenas intenciones. Nuestras resoluciones para el próximo año pueden incluir:

Perder peso

Dejar de fumar

Ganar más dinero

Ser más productivo

Realizar más ejercicio

Mejorar nuestra comunicación

Mientras que todos son buenos objetivos, con frecuencia el día a día retoma el control de nuestras vidas después de la euforia de las fiestas y dejamos a un lado nuestras buenas intenciones para atender asuntos más “importantes.”

Para realizar cambios significativos tenemos que cambiar el aceite y revisar que estemos bien lubricados y así asegurar que nuestro motor de la vida está funcionando como debe ser. Podemos analizar lo que estamos haciendo cada día. Una queja común es, “¡No tengo suficiente tiempo!” Mientras que el tiempo es un recurso limitado para todos, sí tenemos tiempo para realizar las tareas a los que le demos prioridad. Lo que falta no es “el tiempo” sino una falta de enfoque.

También hace falta tener una buena razón por el cual cambiar. La mayoría de nosotros cuidamos mejor nuestros carros que a nosotros mismos. ¿Por qué hacemos esto? La respuesta es muy sencilla, nuestros autos representan una inversión importante y queremos cuidar esa inversión.

¿Cuánto vale nuestro cuerpo?

Independientemente del valor que le demos a nuestro cuerpo, para mantenerlo en óptimas condiciones, tenemos que cambiar nuestro aceite de vez en cuando y darle su merecida importancia. Lamentablemente, lo que suele impulsar estos tipos de cambios son circunstancias de vida que nos obligan a adoptar nuevos hábitos y costumbres. Hábitos pueden darnos poder o nos pueden destruir.

¿Qué tal si de una vez escogemos hábitos poderosos en vez de destructivos?

¿Imagina lo que podemos lograr si nuestras acciones y pensamientos son congruentes con nuestros sueños y deseos?

No hay límites. Los únicos límites son aquellos que ponemos nosotros mismos. Nuestra salud, nuestro ingreso y nuestro bienestar están en nuestras manos.

¿Cómo podemos cambiar nuestros hábitos para dirigir nuestra dirección y determinar nuestro destino?

La vida no es como debería ser; es como es. No existe varita mágica que pueda cambiar los hábitos de toda una vida de un día para otro. Lo que sí podemos hacer es realizar pequeños cambios asegurar que nuestro motor de la vida está funcionando como debe ser.

Podemos preguntarnos lo siguiente:

¿Qué efecto tendrá lo que voy a hacer sobre el “aceite de mi motor”?

¿La comida que comeré permitirá que mi “motor” funcione mejor o peor?

¿Este cigarro que me quiero fumar va a influir positivamente o negativamente en mi “motor”?

¿Qué tal si hago algo más que cumplir solo con los requerimientos mínimos de mi trabajo?

¿Cuál es el uso más valioso que le puedo dar a mi tiempo en este instante?

¿En vez de tomar el ascensor, qué tal si tomo las escaleras esta vez?

¿Qué puedo hacer para escuchar más y hablar menos?

Cambios dramáticos en nuestras vidas no son una fórmula secreta que mágicamente resuelve todos nuestros desafíos. Son las cosas pequeñas hechas constantemente lo que hace la diferencia con el tiempo. No tenemos sobrepeso porque comimos “una” barra de chocolate. No estamos fuera de forma porque tomamos el ascensor “una” vez. Nuestros hábitos y rutinas cotidianas son los que crean nuestras realidades.

Nuestros cuerpos son máquinas bien afinadas que en la mayoría de los casos siguen funcionando a pesar del abuso y la negligencia. Con este año que va cerrando y el que viene que acecha en el horizonte, tenemos el poder para tomar acción hoy, cambiar nuestro aceite y asegurar que nuestro motor de la vida ande suave y sabroso para los días, meses y años que vienen.

∞ Rob McBride ∞
LL II 31

 

Lunar Letter / ¿Te Acuerdas Cuándo?

Aunque soy un fiel creyente en vivir en el aquí y el ahora, hay situaciones cuando vale la pena viajar con nuestra mente a otro momento. Nuestra mente es una máquina maravillosa que nos permite volar a otra realidad en un instante. Tenemos una “biblioteca” de recuerdos al que podemos acudir para crear otras emociones cuando sea conveniente.

En un momento u otro todos tendremos que enfrentar situaciones difíciles y desagradables. Tal vez uno de los acontecimientos más dolorosos de manejar sería la enfermedad terminal de un ser querido.

¿Qué decimos?

¿Qué podemos hacer?

En estas circunstancias lo más probable es que ya sepamos el diagnóstico y lo que vendrá después. Lo más natural es preguntar:

¿Cómo comenzó todo esto?

¿Qué sentiste?

¿Qué hiciste?

Son preguntas naturales y si bien podrían satisfacer nuestra curiosidad, no es un camino que conlleva a un diálogo positivo, ni retributivo para el paciente.

¿Qué valor tiene para el paciente reiterar la enfermedad y circunstancias que perjudican su vida?

En la mayoría de los casos, ¡absolutamente nada! Otra manera de manejar la situación es mirar atrás y revivir momentos más agradables y deseables. Por ejemplo, podemos preguntar, “¿Te acuerdas cuando tomamos ese viaje a la playa durante Semana Santa cuando estábamos en la universidad?” Ésta y cualquier otra pregunta que comienza con la frase, “¿Te Acuerdas Cuando…?” nos lleva a otro espacio en el tiempo. Nuestra mente comienza a recordar aquellos instantes bellos cuando compartimos momentos mágicos.

Se puede decir que, “¡Esto es simplemente obviando lo inevitable!” Es cierto. Ir al pasado es una manera de olvidar el presente. Mi respuesta sería, “¿Qué tiene de malo?”

No todo en este mundo es, “bello, bonito y barato.” Hay instantes que son desafiantes y desagradables. Durante estos momentos inevitables de la vida, es mejor volar y viajar a otro momento que nos permita sonreír y recordar lo bello que hemos vivido en vez de martillar lo que vendrá con seguridad.

Cuando tenemos que enfrentar una situación de muerte con un ser querido podemos tomar uno de dos caminos. Uno es entrar en una conversación filosófica de lo que viene y la otra es entrar en un cuadro de recuerdo. Mientras que todo tiene su momento y es necesario enfrentar lo inevitable, en otras circunstancias podemos servir de apoyo y ayuda creando imágenes de lo lindo que ha sido su viaje espectacular que llamamos vida en vez de fomentar la angustia de lo que va a acontecer.

∞ Rob McBride ∞
LL II 30

 

Lunar Letter / Luces, Cámara, ¡Acción!

Viene un momento cuando tenemos que decir, “Luces, Cámara, ¡Acción!” Todos somos actores en la vida. William Shakespeare lo expresó de esta manera:

“Todo el mundo es un escenario,
Y todos los hombres y mujeres meros actores:
Tienen sus salidas y sus entradas;
Y un hombre en su vida juega muchos roles…”

Cada día que salimos de nuestras casas por la mañana somos actores. Aunque nuestros roles sean diferentes, todos estamos en la mira de los demás. Algunos somos vendedores, otros doctores, abogados, ingenieros, docentes o un sin fin de otras ocupaciones y profesiones. Mientras que es sano e importante ser en armonía con lo que sentimos y hacemos, al mundo no le importa si nos sentimos bien o mal. Lo esencial es nuestra “actuación” en un momento determinado.

Veamos un ejemplo. Cuando un paciente entra a una intervención quirúrgica, no le importa si el cirujano está bravo con su esposa, tiene un desafío económico y le duele el estómago. ¡Lo único importante para el paciente es que haga bien su trabajo! Obviamente el rendimiento del doctor va a ser distinto dependiendo del día y las circunstancias. No obstante, más vale que se levante de su vaivén emocional para cumplir con su paciente.

Lo mismo ocurre con todos nuestros trabajos. Mientras que nuestros seres queridos y amigos más cercanos pueden ser de gran apoyo en un momento de dificultad, al resto del mundo no le importa lo que estamos sintiendo o experimentando. Imaginemos la siguiente situación. Un cliente entra a un concesionario de autos y le pregunta al vendedor, “¿Cómo estás?” Imagina si el vendedor respondiera, “A mi hijo le va mal en el colegio, no me han pagado mis comisiones desde el mes pasado, el dueño de mi apartamento me lo ha pedido y estoy deprimido.” ¿Realmente nos interesa saber tantos detalles?

Aunque esta es una exageración, es frecuente mostrar estas mismas palabras a través de nuestro lenguaje corporal y actitud hacía la vida. No hace falta que preguntemos a una persona, “¿Cómo te sientes?” En la gran mayoría de los casos, es obvio por su comportamiento y forma de ser cómo se está sintiendo. Incluso para las personas que más conocemos, sabemos inmediatamente como se sienten.

Como todos, he aprendido muchísimo de mis padres. Mi linda mamá falleció en paz y tranquilidad el 18 de octubre. Como resultado, he reflexionado sobre lo que he aprendido de ella. Mientras que fueron muchas cosas, la más valiosa es aprender que viene un momento cuando tenemos que levantarnos diciendo, “Luces, Cámara, ¡Acción!” y salir al escenario con brío y confianza.

Todos somos actores en la vida. No siempre vamos a sentirnos bien. No todo en el mundo es, “bello, bonito y barato.” No es realista pensar que siempre vamos a estar motivados y energizados. Sin embargo, los que logran sacudirse y salir al escenario con una sonrisa y una excelente actitud los que van a lograr hazañas extraordinarias. Seamos super estrellas cuando salimos al escenario con un esfuerzo constante de dar nuestro mejor trabajo en este maravilloso teatro que llamamos vida.

∞ Rob McBride ∞
LL II 29