Lunar Letter / Los Años Dorados

Muchos los anhelamos y no todos llegamos a disfrutarlos…

¿Qué son los años dorados y cómo podemos llegar a ellos sin tener que esperar tanto?

El pensamiento tradicional contempla trabajar por un lapso de 40 a 50 años en una empresa para poder tener una jubilación que nos permita vivir los últimos años de nuestra vida en paz y tranquilidad. Sin embargo, en la historia de la humanidad este concepto es relativamente nuevo, guardando similitud al cuento del tesoro que se encuentra al final del arco iris. Durante nuestra vida laboral muchos deseamos llegar a ese lugar deseado, en el que vamos a estar bien sin necesidad de trabajar, pero entre más avanzamos en años, más lejos parece estar, y cuando pensamos que al fin llegamos, frecuentemente se va.

Aunque podría sonar poco probable y difícil de hacer, ¿qué tal jubilarse desde ya? La palabra “jubilación” viene del verbo en latín “jubilare” que significa “gritar de alegría”. Propongo que comencemos a expresar nuestra alegría desde ahora mismo, en vez de esperar tantos años para hacerlo.

Tradicionalmente, las personas trabajaban hasta que la salud les permitía hacerlo. Cuando ya no podían más, por alguna enfermedad o limitación física, sus familiares o amigos les ayudaban a subsistir. No fue hasta el siglo XVIII cuando surge la idea de dar un estipendio mensual a las personas que ya contaban con cierta edad. En el siglo XIX varias compañías comenzaron a dar una pensión a sus empleados después de haber cumplido con un número determinado de años de servicio.

En el año 1883, el canciller de Alemania, Otto Von Bismarck anunció el pago de una pensión a sus ciudadanos cuando llegasen a la edad de 65 años. Fue una respuesta populista en respuesta directa contra los Marxistas, quienes en aquél momento estaban ganando poder y popularidad en su país. Y así fue que Alemania se convierte en el país pionero en ofrecer un pago que permitiera a las personas vivir bien en sus años dorados.

¿Acaso es necesario esperar a los 65 años para expresar nuestra alegría y disfrutar el resto de la vida?

¿Qué podemos a hacer para que nuestras expresiones sean gritos alegría antes de llegar a esa edad, que para muchos es cuando sus años se vuelven dorados?

Lo principal es disfrutar lo que uno está haciendo ahora, y eso no es poca cosa. Durante 17 años, como asesor financiero, ayudé a muchas personas planificar sus años dorados partiendo de una buena base económica. En todo ese tiempo, me pareció curioso que la felicidad de mis clientes no se determinaba por su profesión, trabajo y ni siquiera de la cantidad de dinero que ganaban, sino por su actitud hacia lo que hacían. Conocí personas con muchos títulos, profesionales muy codiciados y que ganaban mucho dinero, pero que de la misma manera eran miserables. También conocí personas sin títulos universitarios, con trabajos humildes y ganando poco dinero que eran de los seres más felices que he conocido.

¿Cuál es entonces la respuesta?

Nuestros “Años Dorados” pueden comenzar desde ya con una buena actitud hacia nuestro trabajo, nuestros colegas, nosotros mismos y nuestro entorno. Nuestra actitud hacia lo que hacemos es fundamental. Si no te gusta lo que estás haciendo o dónde estás ahora, comienza a planificar para hacer algo diferente. Me parece que Facundo Cabral resume este concepto:

“Haz solo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser, será y llegará naturalmente.”

Disfrutar cada momento puede convertirte en una persona llena de júbilo constantemente. Eso te permitirá llegar a “jubilarte” y podrás darle el brillo a tus años, convirtiéndolos en dorados, sin necesidad de esperar tanto tiempo.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 32

Lunar Letter / Equipaje

Permíteme hacerte una pregunta:

¿Cuánto equipaje llevas contigo en la aventura de la vida?

Algunos parecen llevar consigo, de casi todo lo que se puede conseguir en el planeta, otros van más livianos, apenas con la ropa que llevan puesta. La mayoría de nosotros estamos en uno de esos dos extremos. Pero adicional al equipaje material, llevamos el más pesado equipaje de todos, que puede ser el emocional.

El peso de esas maletas emocionales depende del momento por el cual atravesamos. Cuando ellas están llenas de aplausos y halagos, la carga es ligera, como si lleváramos plumas, y en momentos puede parecer que se convierten en alas que nos llevan de un lugar a otro. Con menos peso en nuestro equipaje emocional, nuestra postura es más erguida, nuestros pasos son más ligeros y tenemos más confianza en nosotros mismos.

Cuando un entorno negativo predomina, el ser ignorados o una mirada fea hacia nosotros, puede aumentar considerablemente el peso de nuestro equipaje en un instante. Es entonces cuando puede comenzar un proceso negativo dentro de nosotros, al repetirnos una y otra vez mentalmente acusaciones, por las malas o desfavorables decisiones tomadas, preguntándonos ¿por qué hicimos tal cosa? o ¿por qué tal persona reaccionó de la manera que lo hizo? A veces el peso es tan brutal que impide que demos aunque sea un solo paso.

Es importante saber que el equipaje que llevamos depende de nosotros. Podemos elegir, cuáles maletas conservar y cuáles desechar. Emociones como la alegría, el entusiasmo, la felicidad y una excelente actitud, merecen ser llevadas. Aunque no queramos, otras emociones tales como: la tristeza, la angustia, el odio y el desánimo también se colaran en nuestro equipaje. La idea es preservar las primeras y desechar a las segundas cuanto antes.

¿Es acaso fácil deshacernos del peso que no queremos?

¡Ojalá fuera así de sencillo, simplemente decirlo y está hecho! sin embargo, la verdad es que a veces no resulta para nada fácil deslastrarnos de aquello que nos hace daño. El hacernos conscientes y analizar eso que nos pesa, nos ayuda liberarnos de lo que no queremos. Propongo un ejercicio que puede resultar efectivo para poner las emociones que sentimos en su lugar.

  • Toma por un momento una emoción de esas pesadas que estás sintiendo en este momento
  • Puede ser odio, rabia, celos, egoísmo, o cualquier otra como resultado de una circunstancia puntual en tu vida
  • Imagina la situación como si fuera una película en la que estás en el escenario y tienes una maleta en tus espalda, llena de la emoción que sientes
  • Viéndolo desde afuera, desde otra perspectiva, puedes llegar a encontrar respuestas que te ayuden a hacer más ligero el trance

Cuando tomamos una situación y la examinamos, nos daremos cuenta de lo innecesario e ilógico que resulta cargar con un pesado equipaje emocional. Para comenzar a aliviar el peso, podemos desechar de nuestras maletas todo lo que no nos proporciona felicidad.

La vida es un dinámico camino y es natural sentir emociones. Lejos de ignorarlas o pretender que no existen, podemos revisar a cada una y decidir cuanto dejaremos que sea su peso dentro de nuestro equipaje. Con el tiempo aprenderemos que andar más ligero, sin tanto peso emocional permite que el viaje sea más agradable.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 31

Lunar Letter / La Brújula de la Vida

¿Hacia dónde apunta una brújula?

Bajo circunstancias normales apunta hacia el norte, pero si tiene algún imán, metal o corriente eléctrica cerca, puede alterarse significativamente en un instante, indicando una falsa dirección.

¿Alguna vez te has dirigido hacia tu “norte” u objetivo principal, y de repente cambia todo? Recibes una llamada o alguna otra interrupción, y en un instante aquello que parecía tu meta principal se ve relegada por completo. A veces ocurre de manera muy sutil, casi imperceptible, sin embargo, puede ocurrir con más frecuencia de lo que pensamos dependiendo de nuestro trabajo o actividades. Quizás las interrupciones en un día sean tantas, que ni siquiera tengamos un momento para dedicarnos a lo que considerábamos importante, eso que denominamos nuestro norte.

Ahora viene una pregunta que por obvia, no deja de ser difícil:

Si tu “norte” es importante para ti, ¿por qué dejas que otras personas te desvíen con tanta facilidad de tu objetivo principal?

También es cierto que no somos dueños del 100% de nuestro tiempo y queramos o no, hay necesidades que tenemos que atender. Siendo este el caso, ¿no deberíamos planificar algún tiempo en el día para hacer lo que realmente calificamos como importante, y no solamente dedicarnos a las demandas de los demás? Si por lo menos lo incorporamos a nuestro objetivo principal como plan del día, tenemos una mejor oportunidad de lograrlo.

Si queremos lograr algo, ya sea de índole personal o laboral, debemos cuidar nuestro preciado tiempo e invertirlo de la mejor manera. Todos disponemos de la misma cantidad de horas en un día, algunos las aprovechan al máximo, otros las desperdician en nada.

¿Cómo entonces, llegar a nuestro norte?

Mientras que podemos crear un gran esquema contemplando cada paso que debe ser tomado para lograr nuestro objetivo, ¿qué tal establecer cuál es el próximo paso necesario a dar y simplemente sin esperar más, darlo? No tiene que ser obligatoriamente algo de grandes dimensiones; toda meta grande puede ser dividido en pequeños pedazos que pueden ser realizados uno a uno.

El ganarse la vida no debería ser una misión titánica. Llegar al final de cada día no siempre es fácil, pero no está sujeto a ningún talento o habilidad especial. Apuntar nuestra brújula hacia ganarnos la vida ejerciendo lo que hacemos bien y sobre todo lo que nos gusta, es una buena idea; además, es mucho más agradable y placentero vivir así. Cuando el trabajo se convierte en una diversión, cada día es una fiesta, pero por supuesto, para llegar a esta celebración, a veces es necesario pasar por otros momentos no tan agradables.

Con nuestro “norte” bien marcado, podemos dar nuestro mejor esfuerzo para mantener nuestra brújula libre de obstáculos que puedan alterar la exactitud de su señal. Cuando situaciones de la vida nos desvían, que seguro lo harán, debemos ocuparnos en eliminar las distracciones lo más pronto posible sin perder de vista lo más importante.

Tal y como las brújulas, nosotros podemos apuntar y mantener nuestro norte al tener claridad en las ideas que hemos concebido para el logro de nuestros objetivos y deseos. De manera natural esto nos llevará a dar los pasos necesarios para conseguirlos. El secreto está en mantener nuestra brújula libre de interferencias y así dar dirección a nuestro destino.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 30

Lunar Letter / La Oportunidad Existe

Es común pensar que no tenemos opciones u oportunidades. Somos seres de hábitos y llegado el momento de salir de nuestra zona de confort, es fácil encerrarnos en la “imposibilidad” de lo que no sabemos, en vez de motivarnos con la “posibilidad” de lo que puede ser.

Veamos estas dos frases:

Opportunity Is Nowhere (No hay oportunidad en ninguna parte)
Opportunity Is Now Here (La oportunidad ahora está aquí)

En inglés las letras son exactamente iguales pero dependiendo de dónde colocamos los espacios, su significado es totalmente diferente. En el primer caso, no hay oportunidad en ninguna parte; mientras que en el segundo la oportunidad está en todas partes. Totalmente excluyente una frase de la otra.

Esto me hace recordar que hay un excelente ejemplo referente al alcance del conocimiento. Imaginemos que estamos dentro de un bosque en una noche oscura, con una fogata. El fuego y la luz, representan todo aquello que sabemos y la oscuridad eso que a simple vista no podemos percibir, aún estando ahí, todo aquello que aún no hemos aprendido.
Igual pasa con la posibilidad y la oportunidad, no las vemos hasta descubrirlas. Las opciones posibles u oportunidades por aprovechar, se alojan en nuestra mente por diversos motivos, quízas porque:

Tuvimos que aprender algo por circunstancias de la vida
Tomamos una decisión para conocer más de ello
Un desafío nos hizo crecer en valor al asumirlo

La persona que sabe pescar para sobrevivir no encuentra mucha dificultad en hacerlo. Alguien más, en diferente situación, quizás pensaría que es algo muy difícil, no porque lo sea, sino por una falta de conocimiento o por no tener la necesidad. Como bien dice el refrán: “No le des el pescado, sino enséñale a pescar”. Con lo primero le resuelves un problema puntual, con lo segundo le garantizas oportunidad de alimentarse toda la vida.

Perder un trabajo o pasar por una dificultad económica pueden parecer el fin del mundo, pero no tiene que ser así ya que son coyunturas propias de la vida que pueden ser solventadas. Es muy importante saber que en cualquier momento podemos “aprender a pescar”, mientras haya vida. La posibilidad está a la vuelta de la esquina esperando ser descubierta, para convertirla en una oportunidad.

Generar recursos materiales en nuestra vida, no requiere necesariamente de un alto coeficiente intelectual, de hecho, hay muchos que logran hacerlo sin poseer mucha educación. Pero el reto más grande, el tesoro al final del arcoiris, es poder generar lo que necesitamos para vivir, por medio de hacer aquello que nos encanta, eso que da real sentido a nuestra vida.

¿Qué harías si perdieras el trabajo o te quedaras sin dinero?

¿Te echarías a morir o sería mejor buscar otra alternativa?

Por supuesto, todos somos diferentes y por tanto tendremos disímiles maneras de abordar estas situaciones. Aunque parezca insólito, hay quienes prefieren rendirse y tirar la toalla ante la dificultad, sin descubrir ninguna otra posibilidad. Los obstáculos más grandes a vencer en nuestra vida suelen ser los que están en nuestro interior, en nuestra mente y no en el entorno.

En vez de sentirte mal por la pérdida de un trabajo o alguna dificultad económica, descubre la posibilidad y aprovecha la oportunidad entendiendo que ambas existen cuando estás dispuesto a utilizar al mente, llevando el pensamiento a la acción con inteligencia.  Descubre lo que más te gusta hacer y en ello encuentra la posibilidad de ganarte la vida y así construir y disfrutar la vida que siempre has soñado.  Entiende la posibilidad, aprovecha la oportunidad.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 29

Lunar Letter / Cerebro vs. Mente

Recientemente leí algo que me pareció intrigante sobre la diferencia entre tomar una decisión con el cerebro o con la mente. Aunque tal vez no sea 100% cierto desde el punto de vista biológico, es interesante analizar el ejemplo para mejorar nuestra capacidad de toma de decisiones.

Todos nacemos con un cerebro capaz de realizar un sinfín de tareas y desde que somos pequeños, se encarga de ayudarnos a sobrevivir. Por ejemplo, el cerebro nos indica que debemos comer cuando tenemos hambre, y cuando hay peligro debemos pelear o en su defecto huir. De esta manera nos acompaña en toda nuestra vida constantemente analizando cualquier situación y dándonos “sugerencias” que podemos seguir o no. No siempre comemos cuando tenemos hambre, ni tampoco huimos o peleamos ante todos los peligros, pero al menos el cerebro nos da estas opciones continuamente.

La mente, según dice lo que leía, trabaja de una manera distinta. Ella es influida por lo que hemos aprendido de nuestro mundo y sus “sugerencias” vienen como resultado de los que están a nuestro alrededor; por ejemplo nuestros padres, familiares, vecinos y profesores. Del mismo modo, cada uno de ellos y la información que nos comparten también han sido influenciados por su entorno. Aunque podemos reconocer que dicha información ha sido compartida para nuestro beneficio, no siempre es la más adecuada para tomar una buena decisión.

Por ejemplo, es posible que de nuestros padres oigamos lo siguiente: “¡No dejes que nadie te intimide!” El mensaje es claro, si encuentras un “bully” en la escuela o la calle, no huyas, sino quédate luchando por tus derechos. Sin embargo, la realidad puede ser otra y habrá momentos cuando es más recomendable huir que quedarnos y luchar, en particular si la persona que nos está intimidando es mucho más grande que nosotros y además tiene algo con lo cual puede hacernos daño. Mientras que la mente considera lo que nos dicen nuestros padres de no huir, la sugerencia del cerebro es rápida, contundente y sin titubeo. Nos dice, “¡Corre lo más rápido posible!” Si dudamos en un instante como este, puede que cuando tomemos la decisión de huir, ya sea peligrosamente muy tarde.

Si bien hay algunos casos cuando la mente nos puede ayudar a tomar una mejor decisión, en otras oportunidades en vez de ayudar, estorba. Veamos otro ejemplo. Puede ocurrir que estemos en una relación tóxica e inclusive violenta. El cerebro nos dice, “¡Huye lo más rápido posible, sal de ahí!” Mientras tanto la mente nos indica que “no todos somos perfectos” y que debemos “perdonar a aquellos que nos han perjudicado”, además en muchos casos amamos a esa persona que nos hace daño. En vez de tomar la decisión de salir en busca de otra relación más sana, nos quedamos en una relación tóxica.

Mientras que casi siempre hay excepciones a toda regla, una vida carente de emoción que nos da la mente sería desabrida como comida sin sal.  Es importante prestar atención a lo que nos dice nuestro cerebro, quien por definición analiza cada situación en frío.  Es también importante escuchar a la mente que lo hace desde la perspectiva de la experiencia y la emoción.

Llegado el momento de tomar una decisión importante, podemos filtrar todas las opciones a través de ambos. Primero podemos analizarla con la mente, dejando que los prejuicios y la información recibida de otros sea considerada. De la misma manera, para tomar una buena decisión es necesario también analizar la decisión desde una posición más fría, tal como si fuéramos el CPU de un ordenador.  Demos peso tanto nuestra experiencia y la parte emocional como también la analítica, sopesando cada elemento. Así podemos tener una decisión equilibrada, lo que elevará la posibilidad de lograr un óptimo resultado.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 28

Lunar Letter / Como un Pájaro

Como un pájaro volamos día tras día. A veces el vuelo es agitado y otras de una manera más calmada. En algunos momentos apurados para llegar a algún lugar, otros como si fuera un paseo de placer en un domingo.

Algunos pájaros parecieran ir angustiados en la constante búsqueda de alimento, mientras que otros vuelan con calma disfrutando su momento, bajando como una flecha veloz para alcanzar su objetivo en un instante, lo que le significa alimento para varios días.

Un pájaro instintivamente se levanta con el sol y sale en vuelo en busca de lo necesario para su supervivencia. Podría ser ramas para su nido, alimento para si mismo o para su cría. Comienza con la luz del día para lograr lo que puede en las horas que ésta dure. No saben de reloj, sino de que la luz viene y se va. Algunos de sus días están llenos de peligro, donde la probabilidad de la muerte también esta implícita. En otros quizás no alcanzan a obtener lo buscado o salen premiados y obtienen una gran bonanza. En ambos casos el cielo por donde transitan es el mismo.

De la misma manera, ocurre con los humanos. Algunos días somos como el colibrí, quien en movimiento incesante va de flor en flor buscando recargarse de la energía que tanto necesita para llegar al final del día. Otros días somos como el águila que va sobre volando todo, observando cada detalle con calma hasta obtener su objetivo.

A pesar del agite en que pasan los días algunos pájaros, su vida irónicamente es más corta. Quizás esa certeza es la que hace querer aprovechar el tiempo que aún no queriendo, se va. Los que viven más años parecen tener un ritmo de vida más calmado, ya que la supervivencia no se convierte en la principal meta del día, sino en una parte del gran todo que deben atender y disfrutar.

Pensando en todo esto, te pregunto:

¿Cómo vas tú en tu día a día?

¿Como un colibrí que no tiene descanso ni tranquilidad, o cómo un águila que esta por encima de todo majestuosamente?

Generalmente y aún sin darnos cuenta, las respuestas a las preguntas más importantes de la vida suelen estar dentro de nuestro ser. En muchos casos basta con abrir los ojos, sacudir la cabeza y dejarla libre de telarañas mentales para encontrarla. Buscar en otro lado lo que ya tenemos dentro es una acción que quizás no dará el mejor fruto. Dirigir la atención hacia nuestro interior nos puede llevar a encontrar lo que siempre ha estado allí. Seamos como ese pájaro majestuoso que vuela tranquilamente sabiendo que más que con sus alas, vuela desde su interior y eso le hace estar en paz.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 27

Lunar Letter / Alimento para el Alma

Como todo árbol que necesita nutrientes para crecer y prosperar, nosotros también necesitamos alimento para el alma. Durante algunas épocas de la vida, lo único que necesitamos es sol, lluvia y viento. En otras, el exceso de estos mismos elementos podría quemarnos, inundarnos o derribarnos.

Por ejemplo, el sol, que es vital para el buen crecimiento de todo, también puede quemarnos, si no nos protegemos de su intenso poder. La lluvia que nutre y nos mantiene hidratados, también puede en un momento determinado ahogarnos con su intensidad. Del mismo modo, ocurre con el viento que puede incentivar el fortalecimiento de nuestras raíces y sin embargo también azotarnos con ráfagas de huracán, arrasando todo en su paso.

El árbol cuando sobrevive a estos procesos, es marcado por ellos, llegando a cambiar su forma en algunos casos de manera importante. Cuando nacemos y mientras somos pequeños, son nuestros padres u otros quienes propician todas las condiciones favorables para nuestro crecimiento, y luego cuando podemos valernos por nosotros mismos, igualmente nos esforzamos por alcanzar las mejores condiciones para nuestro desarrollo.

Nuestra mente es el cofre donde guardamos nuestros más importantes tesoros. El contenido define quienes somos. Si la alimentamos con alegría y buena disposición, lograremos que nuestro propio árbol crezca de manera increíble. De no poder hacerlo, o ante la ausencia de los recursos necesarios para ello, lo más probable es que nuestro tronco o base presente debilidad por falta de nutrientes.

Podemos preguntarnos…

¿Dónde podemos encontrar este alimento para la mente que tanto necesitamos?

Tengo una propuesta y a través de ella puedes tener a tu alcance muchos de esos nutrientes que alimentan la mente y el alma.

-¿Como hacerlo?

¡Sencillo!

Tan solo te sugiero, que vengas diariamente por este lado. Aquí mismo, y me comprometo a compartir ideas que te pueden ser de utilidad. Más aún, si aceptas mi propuesta, puedo enviarte un audio diariamente, que estoy seguro te podría interesar. Sólo tienes que expresar tu interés y te lo haré llegar.

De la misma manera, te recomiendo que si lo que quieres es alimentar tu alma, busques y encuentres en los estantes de la historia importantes escritos dejados como legado de mentes brillantes, tales como: Sócrates, Platón, Marco Aurelio, Maquiavelli, Dostoevsky, James, Benedetti y Mandino, entre muchos otros.

Son pocos los problemas que cualquiera de nosotros podemos enfrentar que no hayan sido manejado de alguna manera por alguien más anteriormente. Actualmente hay muchas personas que nos ofrecen sus servicios como coaches u orientadores, dándonos consejo de cómo salir del hueco donde algunas veces nos encontramos. Sin embargo, y no dejando de reconocer el mérito que muchas de estas personas tienen, la respuesta que precisamos no necesariamente está tan lejos, o escondida en la percepción de otro.

En la mayoría de los casos, dentro de nuestro ser tenemos las respuestas que necesitamos. Así como el árbol que ya tiene raíces nutridas y puede desarrollarse y crecer; si prestamos atención y vamos a nuestro interior, podemos encontrar la llave para abrir ese candado que hasta ahora había permanecido cerrado, obstruyendo el paso en el camino de nuestro andar.

Busca en ti mismo. Encuentra el secreto y la luz que tienes por dentro, permitiendo que salgan, bailen, jueguen y brillen. Al hacerlo, tendrás el alma bien alimentada con una nueva y especial energía, abriéndose a tu paso un nuevo mundo de oportunidades para que seas como un árbol grande y fuerte.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 26

Lunar Letter / Huir o Pelear

Uno de los instintos más naturales que tenemos es huir o pelear. Nuestra decisión con respecto a uno u otro, nos puede cambiar la vida para siempre.

Durante la independencia de Venezuela, exactamente el 6 de julio de 1814, unas veinte mil personas salieron de Caracas hacia Barcelona, estado Anzoátegui, con Simón Bolívar, huyendo del español José Tomás Boves. Las cuatro mil personas que decidieron quedarse y “pelear” se enfrentaron a un líder totalmente rudo, inmoral y sin piedad, quien además de permitir ejecuciones sin previo juicio, también permitió violaciones y torturas.

Me pregunto en este caso, ¿a quiénes podemos llamar más inteligentes? ¿A los que huyeron con Bolívar, o a los que se quedaron para enfrentar una muerte segura por la ira de Boves?

Esta como otras decisiones, marcan la existencia de todos. La historia está repleta de acontecimientos donde los habitantes de algún lugar tuvieron que decidir entre huir de una situación que no podían soportar, o quedarse a pelear por lo que creían ser correcto.

Algunos podrían decir que los que huyen son cobardes porque no se quedan luchando por sus derechos. Otros podrían decir que los que se quedan son simplemente tontos porque no eligen superarse.

Hemos visto en la actualidad algo muy parecido en países como Siria, Cuba y Venezuela, entre otros. El “huir” a otro lugar representa la oportunidad de comenzar una nueva vida. Por otra parte, el rol que juegan los que se quedan para “pelear” ha sido fundamental para generar cambios positivos.

No todas las personas tienen el deseo o la capacidad económica para emigrar y comenzar una nueva vida en otro lugar. Para algunos, la única opción que creen tener es quedarse, aunque les diría que si bien no siempre son decisiones fáciles, igualmente tenemos la posibilidad de escoger.

Cualquiera que sea el caso, lo más importante no es la decisión de huir o pelear como tal, sino las razones que nos llevan a tomar esas decisiones. Para muchos, no tomar la decisión, asegura que sea la decisión quien los “toma” a ellos. Tanto huir como pelear son elecciones válidas.

Como ocurre en el reino animal, en algunos casos vale la pena quedarse y pelear, mientras que en otros, quedarse es una receta segura para la muerte. La supervivencia de un animal, o en nuestro caso del ser humano, frecuentemente depende de lo que escojamos en momentos claves.Los que huyen tienen la oportunidad de comenzar en otro lugar con un lienzo en blanco que puede ser pintado con los colores que sean de su agrado. Para los que se quedan luchando, frecuentemente el lienzo que ya les queda está manchado, lo cual presenta un gran reto para pintar de libertad.

De poder hacerlo, antes de tomar una decisión de pelear o huir, es importante analizar a fondo cada uno de los factores que intervienen en la situación. Con la decisión ya tomada, hay que hacer lo mejor posible, donde estemos y como estemos, para alcanzar nuestros sueños y lograr lo que más queremos. Hagamos lo que está en nuestras manos para tomar las riendas de nuestra vida y no dejar que sea otro que tome la decisión por nosotros.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 25