Lunar Letter / Una Lucha por el Poder

La lucha que en estos momentos se libra por el poder en Venezuela, es la misma lucha que ha ocurrido desde el comienzo del tiempo en el reino de la naturaleza.

El poder suele ser algo que nosotros, los seres humanos, en algún momento codiciamos. Puede que no haya entre nosotros alguno lo suficientemente maduro para aceptarlo, o quizás seamos más bien muy temerosos para admitirlo; pero todos hemos querido tenerlo y/o usarlo aunque sea por un rato.

No es común que la persona que tiene el control decida soltarlo sin pelear. Es sabroso ser el que manda. Que todos brinquen cuando digas, “Brinca” y canten cuando digas, “Canta” suena sabroso. Un estilo de liderazgo autoritario puede que logre los objetivos deseados a corto plazo, e inclusive consolide el control, pero a la larga suele dejar muchos descontentos con el proceso. Hay también otras maneras de ejercer el control y poder, de una forma más sutil, pero el resultado en todos los casos es igual. A la hora del cambio de poder, hay resistencia pero la ley natural elige el ganador sin piedad o perjuicio. El que sea más fuerte y adaptable al cambio gana y el perdedor huye buscando refugio, si es que puede.

Los cambios en el poder han sido frecuentes y constantes históricamente. Ningún imperio ha permanecido para siempre. El más joven y ambicioso reta al más experimentado y poderoso hasta lograr su cometido. Mientras que el que tiene el poder logra combatir a sus enemigos con la fuerza y el apoyo de sus aliados, mantiene el control. Cuando ya no puede más con la arremetida de su rival, bien sea a través de una grieta en su armadura o por una gran batalla, simplemente lo pierde, y entonces el poder reposa en el más fuerte y adaptable.

La lucha por el poder en Venezuela acapara el interés del mundo en este momento y tal como suena el río, lo que ocurra promete ser histórico. Debido al avance de las comunicaciones modernas, ahora millones de personas están pendientes en todas partes, y pueden ser testigos de primera mano de los acontecimientos diarios que mantienen al país al filo del punto de quiebre.

Las preguntas en la mente de tantas personas ahora son:

¿Logrará el régimen actual consolidar su poder y seguir, o habrá una fisura que permita derrumbarlo y cambiarlo por una nueva vanguardia?

¿El pueblo estará ganado a la idea de dejar su cómoda posición y a su vez luchar trabajando honestamente por un país que nos necesita?

¿Si se logra un cambio en el poder, los nuevos estarán preparados para manejar un país donde hay tanta división?

Éstas y otras preguntas surgirán en el camino. Sin duda veremos como la naturaleza toma su cause, dejando que el más fuerte y el que mejor se adapte sea quien resulte vencedor en esta lucha por el poder.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 24

Lunar Letter / Una Realidad Aparte

Todos podemos vivir <<realidades apartes>> producto de diferentes puntos de vista, expectativas y experiencias. Las mismas pueden ser buenas y otras no tanto.

Hace casi 25 años, en agosto de 1992, entre <<golpe y golpe>>, arribé a Venezuela. Por la diferencia tanto del idioma como de la cultura, me encontré inicialmente en una realidad aparte, ya que poco entendía de mucho de lo que pasaba en mi entorno. Mi forma de pensar y manera de expresarme seguían un ritmo diferente al resto de los habitantes en mi nuevo hogar. Sin embargo, con el paso del tiempo, me acostumbré a esa nueva realidad, que a pesar de todas sus locuras me fue gustando, y así he permanecido aquí después de tantos años.

En aquella época, me di cuenta de otra realidad aparte. Observé que muchos, a pesar de no poseer todas las cosas que me habían enseñado como importantes para ser felices, sí lo eran. De la misma manera, pensaba en personas que eran infelices en los Estados Unidos de América, mi país natal, a pesar de tener cumplido el <<Sueño Americano>> con todos los juguetes que el dinero puede comprar.

En 1999, me mudé a Argentina donde presencié otra realidad aparte, un proceso que culminó en el 2001 cuando el gobierno perdió el control sobre la paridad ficticia que mantenía el peso argentino con respecto al dólar de USA. El resultado fue un <<ajuste económico>> que desencadenó en un <<corralito>> devaluando de un día para otro el valor de las inversiones que los argentinos mantenían en el banco y además restringiendo considerablemente el acceso a su dinero. Hubo pánico colectivo, lo que llevó a manifestaciones en contra del gobierno, saqueos y disconformidad en la sociedad.

En los últimos años, he vivido otra realidad aparte en Venezuela, donde por un lado, el gobierno ve una realidad y la oposición otra. Vivimos ahora en una <<realidad verdadera>> donde un mismo acontecimiento tiene dos versiones distintas, dependiendo de quien la cuenta. Prestar atención únicamente a un bando o al otro nos puede llevar a la conclusión de que cada uno tiene la razón. Del mismo modo, escuchar los argumentos de ambos, nos lleva a la confusión y a la desconfianza, sin saber en muchos casos en quien creer.

Vivir en una realidad aparte puede ser conveniente de manera puntual, para no dejarnos arrastrar por la corriente del entorno. Sin embargo, llega un momento cuando es necesario aterrizar a la realidad verdadera que nos embarga, aceptar aquello que no podemos cambiar y modificar lo que sí está bajo nuestro control.

La realidad hoy en día en Venezuela es que ya no es tan fácil ser feliz porque predomina el odio, la rabia y la división en la sociedad. Por tanto, el país necesita de otra realidad. Precisa de una que contemple la unificación de un país dividido. Sería más viable y hasta práctico, acatar las leyes existentes antes de crear nuevas; del mismo modo deberíamos generar más productividad, bienestar y tranquilidad.

Para esto, cada una de las <<realidades apartes>> deben confluir en un punto importante: en lugar de hablar de <<ellos>> y <<nosotros>> debemos comenzar a trabajar en función de un <<todos>> que nos arrope en un ambiente que provoque una gran sonrisa colectiva.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 23

Lunar Letter / Hasta la Próxima Curva

¿Has sentido alguna vez la sensación de que todo el peso del mundo está sobre tus hombros?

Creo que todos hemos experimentado eso de vez en cuando. Problemas a nivel político y socio-económicos abundan en las noticias locales y a nivel mundial. Una inflación galopante, disturbios sociales y desacuerdos políticos que parecen irreconciliables suelen ser el pan de cada día para muchos.

Frente a estos múltiples desafíos, ¿qué podemos hacer?

Mientras que cada circunstancia es diferente, y no hay una sola respuesta que sirva para sanar todos los males; podemos comenzar con enfocarnos en llegar hasta la próxima curva. La vida es como un camino con rectas interminables, curvas peligrosas, subidas pronunciadas y bajadas profundas. Cada tramo que nos toca andar puede parecernos un sueño dorado o una pesada pesadilla.

Ante esto, lo mejor que podemos hacer cuando la dificultad se presente en el camino es enfocarnos en llegar hasta la próxima curva. Aunque decirlo resulta ser muy fácil, a veces puede ser sumamente difícil lograrlo. Sin embargo, consideremos que el recorrido de mil kilómetros comenzó con un solo paso en el camino y la única parte en la que podemos dejar nuestra huella es aquella que está directamente debajo de cada pisada.

Podemos añorar y hasta obsesionarnos con el hermoso final del camino y solo vivir para imaginar como sería llegar allá, pero insisto, lo único que podemos realmente vivir es lo que está aconteciendo en este momento, ahora. Es común angustiarnos por lo que ya pasó y preocuparnos por lo que viene, pero la verdad es que la única acción que podemos realizar es la de este momento. Ninguna angustia podrá cambiar lo que ya está hecho, y preocuparnos por algo que no ha llegado es un vano ejercicio que nos lleva directo a la frustración.

Al concentrarnos en llegar a la próxima curva en el camino, andaremos más livianos, comprendiendo que podemos dejar hecho lo que hecho está y reservar el mañana para mañana. Cada día con su afán. Dediquemos nuestro esfuerzo a lo que tenemos en nuestras manos, nuestro hoy. Vendrán días de esos en los que solo daremos uno o dos pasos, y habrá otros cuando sintamos que vamos en reversa. Pero luego tendremos de esos días cuando todo va “viento en popa” y podremos avanzar más en el camino, casi sin tocar el suelo.

Mantenernos de pie, viendo hacia el frente, dando un paso a la vez, perseverando uno tras otro es la mejor manera de llegar más lejos. ¿Has pensado alguna vez en la cantidad de gotas necesarias para llenar un río? Cada una, por si sola e individualmente, no tiene mucho impacto pero al unirse, crean ríos majestuosos y lagos magníficos.

Concentra tu esfuerzo en lo que puedes hacer hoy para llegar a donde quieres estar mañana, tomando cada día los pasos necesarios para llegar. Recuerda que Roma no se construyó en un día y la vida no es un evento aislado, sino un conjunto de hechos que conforman el camino. Haz lo que está dentro de tu poder para manejar cada situación que surge y al dar tu mejor esfuerzo a diario. Llegaremos de manera más placentera y menos cansados a donde queremos estar, al enfocar nuestro presente en llegar hasta la próxima curva en el camino.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 22

Lunar Letter / Juega la Vida

La vida es como un juego de mesa…

Como en todo juego, es requerido que sean lanzados primero los dados para poder comenzar. Al hacerlo, obtenemos el lugar de partida, es decir, el lugar de nacimiento dentro de este mundo. Algunos tenemos la suerte de tener ambos padres presentes en el evento inicial, otros ni siquiera los ven a lo largo de su camino. Algunos llegan al mundo con una cuchara de plata en la boca y otros tienen suerte si es que logran comer algo en cualquier lado. Algunos gozan de buena salud y otros luchan por cada respiración. De esta manera comenzamos el juego de la vida.

Así el trayecto de nuestra vida toma diferentes direcciones, dependiendo de una serie de decisiones. La decisión, o la circunstancia, que reune a nuestros padres y su posterior unión. Del mismo modo, la decisión de cuidar el embarazo dejando así el camino libre para nuestro lugar en este juego. Luego otras decisiones determinan dónde viviremos y qué estudiaremos.

Terminada esta etapa inicial, somos nosotros quienes mayormente tomamos las decisiones venideras.

¿Quienes serán nuestros amigos?

¿Cuáles serán nuestras diversiones?

¿Cuál será nuestro oficio u ocupación?

Los fracasos y éxitos de nuestros primeros años dependen en gran parte de nuestro entorno, pero luego serán determinados por nosotros mismos. Aunque no seamos nosotros quienes decidimos donde inicia este juego mágico de la vida, somos quienes elegimos hacia y hasta dónde estamos dispuestos a llegar.

En el camino habrán pautas y peligros a ser considerados, luego aparecerán nuevas veredas a ser tomadas. Algunas serán divertidas, otras no tanto. Algunas de nuestras decisiones darán mucha satisfacción, otras serán el motivo de gran consternación. Seres queridos quedarán en el camino y nuestros tesoros más preciados perderán su brillo con el tiempo.

Algunos acontecimientos nos darán una buena razón para contemplar nuestra parte en el gran todo y otros simplemente vendrán y se irán sin más…

En el juego debemos escoger el rol a jugar. Podemos jugar la víctima, buscando algún responsable a quien culpar; o reconocer que somos nosotros los responsables de nuestras fallas, haciendo lo mejor para corregirlas y seguir adelante en este increíble viaje.

Independiente de la jugada que la vida nos da, ¿qué tal jugar el rol principal, en lugar de ser simple relleno en la escena? Debemos ser nosotros los que tomamos las riendas de nuestro destino para no quedar como los que ya se han quedado echados a un lado del camino.

Levantémonos cada día agradecidos por el nuevo día que se presenta ante nosotros y por ser parte de tan maravillosa creación. Subamos y sigamos con energía y entusiasmo, tomando el nuevo día de la mejor manera a pesar de la circunstancias que el juego hoy nos presente.

Juega la vida, sé parte de ella. Si la tomamos como un juego divertido podemos superar las dificultades que vienen con calma, como una simple jugada más, sabiendo que aunque perdamos o ganemos, lo que importa es disfrutar el juego. Podemos dar nuestro mejor esfuerzo a diario y con ello asegurar nuestro lugar, en este tiempo y espacio, de aquí a la eternidad.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 21

Lunar Letter / Propósito

¿Por qué estamos en este mundo?

¿Cuál es el significado de la vida?

¿Hacia dónde vamos?

¿Cuándo llegamos?

¿Cuál es el camino?

Tanto estas, como otras preguntas existenciales, suelen pensarse con el objeto de descubrir nuestro propósito de vida, y plantearnos las respuestas que quizás nos permitan determinar ¿hacia dónde y cómo vamos?

A veces pareciera que todo se trata de ser “exitoso” y es entonces cuando entra en el juego lo que concebimos como éxito, para así determinar nuestro propósito. Comúnmente se relaciona el éxito con tener cierta cantidad de dinero y así llegar a lo que por fin queremos. Muchas veces pensamos que ese anhelo se concentra en “no hacer nada” teniendo como imagen del éxito la de permanecer tumbados en una playa paradisiaca, tomando un rico trago de nuestra preferencia. Mientras que eso pudiera parecer un disfrute real durante algunos días, o quizás para unas semanas, si se prolonga es hasta aburrido. ¿Qué significado tendría una vida en la que no hiciéramos nada?

¿Sabes porqué resultaría cansón y aburrido al final?

Todo ser está diseñado para tener una vida “útil”.  Todo tiene su propósito. Basta ver a las abejas e insectos, que aún ellos aportan un beneficio dentro de la cadena alimenticia su propia manera.

¿Qué tal si con nosotros ocurriera lo mismo?

A lo largo de la historia podemos ver ejemplos de personas que se unieron a otras con el fin de impulsar un proceso, establecer un cambio y simplemente, ser útiles. Cuando se trata de supervivencia, todos tenemos que hacer nuestra parte.

Entonces valdría la pena preguntarte:

¿Para qué sirves?

¿Cuánto servicio provees?

¿Cuál es tu propósito de vida?

¿Cuál es tu rol en este gran todo?

¿Para quién o quiénes eres importante?

¿Quiénes se benefician con lo que tu haces?

¿Qué puedes hacer para mejorar lo que ya haces bien?

Más importante que las respuestas que podamos tener, son las preguntas que nos podamos hacer. La vida funciona naturalmente y de forma muy sencilla sin tantas complicaciones. La clave es ser útil y que cada quien haga su parte, solo eso. Cuando esto ocurre y servimos a los demás, logramos disfrutar plenamente de nuestra existencia. Recibimos lo que damos, tarde o temprano.

Conseguir nuestro propósito de vida no siempre es fácil y puede tomarnos toda la vida; pero al hacerlo, nos sentiremos como una parte importante del gran todo. Eso nos llevará a compartir de ese algo especial que todos tenemos lo que será una de las más ricas experiencias que podamos tener.

Si aún no sabes cuál es tu propósito, descúbrelo y compártelo con el mundo. La vida no consiste en trabajar para no hacer nada algún día, sino en encontrar ese algo que nos permite estar vivo y en el presente cada día dando lo mejor que tenemos para ofrecer al mundo.

Es nuestro propósito lo que a la vida le da sentido.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 20

Lunar Letter / Sé Congruente

Dentro de los desafíos que cada uno de nosotros tenemos, quizás uno de los más importantes es el de ser congruentes entre lo que sentimos y lo que somos. Desde muy pequeños se nos han inculcado ideas acerca de las normas y reglas que debemos seguir; sobre lo que es correcto e incorrecto, lo que debemos y no debemos hacer.

De niño continuamente oímos decir que: “Los hombres no lloran” y “las muchachas siempre tienen que estar lindas”. Sin embargo, el dolor que produce lágrimas no distingue género y todos tenemos un mal día de vez en cuando, aunque tengamos belleza. Nos instruyeron en el colegio para ser el mejor estudiante, en lugar de promover en nosotros el deseo de aprender y ser sabios. Nos premiaron cuando acatábamos las reglas y nos castigaron cuando salimos de sus límites. Nos enseñaron a abrazar el modelo de lo que significa ser un padre responsable y una madre cariñosa.

En la medida que fuimos creciendo, aprendimos también que debíamos estar siempre motivados porque eso de estar deprimido se veía mal, por tanto no estaba permitido. Hemos sido entrenados en vestir de forma impecable para poder salir a la calle y de paso, con una sonrisa de oreja a oreja. Hemos sido educados para estar contentos aún cuando nos sentimos mal y para decir: “gracias” y “por favor” hasta cuando nos parezca ilógico. Hemos sido condicionados a guardar silencio, aún cuando este no tuviera sentido.

Vale la pena entonces, preguntarnos:

¿Por qué hemos sido entrenados de esa forma y quién es responsable de llenarnos con tantos prejuicios sobre el bien y el mal?

Más que la sociedad, quien sirve como nuestro chivo expiatorio más usual, han sido nuestros propios padres, y sus padres. Con las mejores de intenciones, nos transmitieron una serie de ideales acerca de las características que una persona perfecta debía poseer, y dicho sea de paso, son casi imposibles de alcanzar.

¿Ha existido sobre esta tierra alguien cuyo comportamiento pueda decirse que fue impecable en todo momento, sin excepción alguna?

¿Existe alguien que no caído en la debilidad para pronunciar aunque sea una “mentira piadosa” con la justificación de no hacer sentir mal a quien está a su lado?

Es muy fácil hablar de honor, de honestidad e inclusive de integridad, sin embargo es difícil (por no decir imposible) experimentar una vida carente de cualquier error o nube negra que cubra nuestro cielo.

¿Es realista y loable querer ser esa persona perfecta, como meta que hay que lograr?

¿Hay algo peor que ir a un trabajo que odiamos; o acaso vivir repitiendo el mismo drama con la misma persona una y otra vez?

En lugar de buscar ser perfecto de acuerdo a alguna sugestiva definición, podemos dar lo mejor de nosotros mismos para ser congruentes con lo que sentimos, pensamos y hacemos, tomando en cuenta que:

No siempre nos sentimos bien

No siempre queremos andar de “punta en blanco” y salir con una sonrisa al mundo

No siempre queremos estar laborando en un trabajo en el que no vamos a llegar a ningún lado

No siempre queremos tener las mismas discusiones, por las mismas razones, con las mismas personas

Cuando comprendemos que lo realmente correcto e incorrecto tiene que ver con lo que sentimos por dentro, comenzamos a entender que no tenemos por que conformarnos o estar doblegados a todas las normativas que han sido parte de nuestra vida. Por otra parte, reconocemos que nuestros padres, maestros y otras personas que han marcado nuestra vida, no han querido hacernos daño intencionalmente, y por el contrario, han querido ayudarnos; sin embargo algunos de los patrones impartidos no concuerdan con la realidad.

¿Qué podemos hacer al respeto?

Podemos:

Ser congruentes dando nuestro mejor esfuerzo aunque no nos sintamos bien

Ser congruentes diciendo que “no puedo” cuando el cuerpo nos avisa y dice: ¡ya va!

Ser congruente desempeñándonos al máximo en el trabajo que tenemos sabiendo que es lo que nos sustenta y que nos puede hacer llegar a donde queremos estar

Ser congruente es decir: -¡ya basta! a la persona que sigue como un disco rayado, diciendo las mismas cosas que no queremos escuchar, una y otra vez hasta el infinito.

En la vida no todo lleva las tres “b” (bello, bonito y barato) y es entonces cuando podemos hundirnos en un pozo de lástima generado por nosotros mismos. Es en esos momentos cuando podremos fluir con lo que tenemos, donde estamos y como estamos. Ser congruente es saber que aunque no somos perfectos, somos perfectos en nuestra misma imperfección.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 19

Lunar Letter / Libertad Financiera

La tan nombrada “libertad financiera” es un objetivo que muchos anhelan y pocos logran.

¿Por qué hay tan pocas personas que logran este gran objetivo?

El problema no suele ser el nivel educativo, o la capacidad de generar dinero, sino más bien, guarda una estrecha relación con la falta de planificación. Si no planificamos nuestra salud financiera est
amos a la deriva en cuanto a las circunstancias de la vida. En cambio, cuando tenemos un plan y alcanzamos la libertad financiera, los inconvenientes que suelen hacer tambalear a otros se convierten en apenas piedras en el camino para nosotros.

Mientras que hay muchas definiciones para la libertad financiera, vamos a utilizar la siguiente:

“La libertad financiera es la habilidad de hacer lo que quieres hacer, donde quieres hacerlo y con quienes lo quieres hacer.”

Considerando esta definición, es sencillo lograr la libertad financiera, pero no es nada fácil. Toma determinación, perseverancia y tiempo. No es común lograrse de un día para otro, aunque por supuesto, siempre hay excepciones.

A continuación, tres pasos hacia tu libertad financiera:

Paso 1: Págate a ti mismo. Antes de pagar a los demás, págate a ti mismo. Lo normal es pagar los servicios básicos (electricidad, teléfono, agua, gas) así como otros pagos que hacemos sin pensarlo dos veces, sin embargo el pago que no es considerado por muchas personas, aún cuando es muy importante, es el pago a uno mismo. La sugerencia es, que dicho pago corresponda al 10% de todo lo que has generado. ¿No crees merecerlo? O ¿piensas que es muy poco? Si eres muy bueno en lo que haces, ¡págate un poco más! Al principio puede parecer imposible, pero una vez establecido el hábito de apartar para ti mismo 10% de cada pago recibido, pronto verás que podrás manejar las otras obligaciones, ya sea reduciéndolas o ganando más dinero. Es así de sencillo.

Paso 2: Utiliza un Profesional. Cuando se trata de invertir tu dinero, elige a un profesional adecuado para apoyarte en el proceso. Debe ser un experto, no cualquier persona. Para verlo mejor, hazte la siguiente pregunta: ¿Pedirías que tu mejor amigo te solucionara un problema de plomería si él no es plomero?  ¡Por supuesto que no! Entonces ¿por qué le pedirás consejo acerca de cómo manejar tu dinero, si él no es un profesional? Cuando estés listo para invertir tu dinero, busca un experto en el área en la que quieras incursionar. Es decir, si quieres invertir en diamantes, encuentra alguien que tenga amplios conocimientos en joyas y piedras preciosas; si quieres comprar bienes raíces, busca un experto en el sector inmobiliario; si quieres adquirir acciones, busca un profesional especialista en inversiones, en la bolsa o similares. Tomar consejo de una persona indebida con el dinero que has ahorrado con tanto esfuerzo, puede ser un error muy costoso.

Paso 3: Invierte en ti mismo. Después de ahorrar lo suficiente para cubrir una emergencia inesperada, comienza a invertir en ti mismo. ¿Cómo hacerlo? Adquiere tu propia vivienda, dispón recursos para educación y superación personal. Selecciona entre varias, la mejor oportunidad para mejorar tu capacidad de hacer lo que amas, ya que cuando amas lo que haces, serás feliz. Una cosa viene con la otra, así que encuentra lo que amas y luego invierte tu tiempo y dinero para ser la mejor versión que puedes ser de ti haciendo lo que amas. Al lograrlo, jamás tendrás que volver trabajar otro día en tu vida; ya que el dinero vendrá de forma natural a través de lo que consideras placentero.

La mayoría de las personas no planifican fracasar, más bien fracasan en no planificar. Lograr libertad financiera no se trata de tener un monto acumulado de dinero en el banco. Se trata de utilizar tus recursos financieros para manejar necesidades a corto y largo plazo. Pagarte a ti mismo, utilizar profesionales e invertir en ti mismo te permite hacer lo que quieres hacer, donde lo quieres hacer y con quienes lo quieres hacer y esa es la libertad financiera.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 18

Lunar Letter / Causa y Efecto

Lo que somos y tenemos es el resultado de lo que hemos resuelto hacer o simplemente de lo que no hemos hecho con todo eso que nos fue dado. Aunque esto parece una verdad muy sencilla y hasta clara, no siempre es tan fácil darnos cuenta que para cada causa hay un efecto. Algunas veces estos resultados serán positivos, otras no tanto.

La Tercera Ley de Isaac Newton nos dice:

“Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria”.

Aunque esto es comprobable a nivel de objetos como es planteado por la física, no resulta tan exacto en el caso de las relaciones humanas y en las emociones que vienen implícitas en estas. Mientras que parece obvio que hay un efecto como resultado de cada cosa que hacemos, no necesariamente siempre es igual y opuesto. Más bien, a veces el efecto puede ser más intensa o suave; y la dirección, igual u opuesto.  

Veamos uno ejemplo. Tenemos dos empleados trabajando en la misma compañía, ambos con el mismo cargo a desempeñar y con el mismo sueldo. Uno de ellos llega siempre antes de la hora estipulada, hace su mejor esfuerzo para cumplir con cada requisito de su trabajo y lleva a cabo sus actividades con agrado, quedándose tarde cuando sea necesario. El otro, por el contrario, si llega a tiempo es un milagro, su mejor esfuerzo lo invierte en evitar cualquier tipo de asignación que le puedan hacer y se va de prisa al terminar la jornada. 

Aunque con algunas excepciones, es muy probable que el primero escale posiciones dentro de la empresa y tenga un buen desempeño a donde vaya. Si el segundo se quede por mucho tiempo en el mismo trabajo es un milagro y lo que es más lógico, termine perdiendo su puesto. Claro está, en que hay momentos cuando el que trabaja con diligencia no logra su objetivo, y otros obtienen lo que no se merecen (como los que actúan con mala intención, por ejemplo), pero esos casos son la excepción y no la regla.

Mientras que no somos responsables por el lugar donde nacimos, o bajo cuales circunstancias vinimos a este mundo, somos responsables de lo que ocurre después. Somos propensos a proclamar nuestras victorias, sin embargo cuando se trata de desaciertos y errores, somos aún más propensos en buscar culpables y nos encanta señalar de eso a nuestros padres, colegas, o cualquier otro chivo expiatorio sobre quien descargar el peso de nuestra situación actual. Lo cierto es, que ese alguien responsable o culpable, no es otro que ese que vemos en el espejo al levantarnos cada mañana.
La ecuación de la causa y el efecto es simple, y va más o menos así:

  • Aquellos que se esfuerzan por estudiar, son los los que están preparados y los que no, simplemente se quedan en la ignorancia
  • Aquellos que son entusiastas, son los que encuentran piedras preciosa en cualquier lugar que pisen; otros más bien solo identifican obstáculos
  • Aquellos que se levantan con el sol y trabajan hasta que baja, ganan con su esfuerzo el pan diario; los que se quedan en la cama, esperan recibir todo sin hacer nada
  • Aquellos que siembran buenas semillas día tras día, cosechan abundancia; otros que siembran semillas malas, se pudren y apestan
  • Aquellos que buscan las oportunidades de la vida, las encuentran aún en lugares y formas insospechadas; los que van con los ojos cerrados no las encuentran jamás

Recibimos de la vida lo que le damos. Vivir con amor, compasión, confianza y solidaridad tendrá como resultado efectos favorables y deseables. Mientras que vivir con odio, rabia, celos y egoísmo, es un camino seguro a un efecto fatal. Tan cierto como que el día sigue a la noche, cosecharemos mañana las semillas que sembramos hoy, porque cada causa tiene un efecto.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 17