Category: Lunar Letter (Español)

Rechazamos las palabras “Duelo” y “Dolor” inmediatamente. Nadie intencionalmente atraviesa las aguas peligrosas que estas dos palabras pequeñas implican.

No obstante, el sentido común nos indica que lo más probable es que experimentaremos ambas emociones en algún momento de nuestras vidas. El dolor que sentimos por muchos acontecimientos trae consigo un “duelo”, el cual puede ser superado en mayor o menor tiempo. En algunos casos se supera en una cuestión de segundos o minutos, mientras que en otros toma DIAS, meses o tal vez hasta años.

La idea de mencionar todo eso, no es quedarnos navegando en las aguas turbulentas de la tristeza y el dolor, sino entender su proceso para poder salir de ello lo más rápido posible. Para hacerlo, propongo “Darle DIAS al Duelo”.

Primer Ciclo: Dolor

D epresión
I   ra
A  nsiedad
S  ufrimiento

¿Alguna vez has sentido aquel dolor que te dobla hasta al piso?

De ahí es sólo un pequeño paso para entrar en la nube negra de la Depresión. La Ira y la rabia también nos visitan, sin que las hayamos invitado, y se sientan con nosotros a producir pensamientos tóxicos y en algunos casos hasta violentos mientras añoramos llegar a algún tipo de normalidad. Por supuesto, aumenta nuestro nivel de estrés y la Ansiedad nos envuelve en su manto de Sufrimiento nublando nuestro mundo. Al vernos en el espejo, lo único que vemos es el reflejo desanimado de la persona que una vez éramos.

Es importante saber que primero tenemos que pasar por este ciclo de dolor, antes de poder pasar a la segunda parte, esa que nos permite romper tan dolorosas cadenas.

Segundo Ciclo: Deseo y Determinación

D eseo
I   niciativa
A  ctitud²
S  ubir y S  eguir

Mientras que no elegimos el dolor al que estaremos expuestos, sí elegimos la forma como lo abordamos para liberarnos de sus garras.

Para salir de las preguntas eternas de: “¿Qué hacemos?” y “¿Cómo lo hacemos?”, podemos avivar las llamas de nuestro Deseo interno para cambiar nuestro estado emocional.

La llave que necesitamos para escapar de nuestro dilema puede que sea encontrado en nuestra familia, nuestra religión, nuestro trabajo o tal vez algún otro proyecto. Mientras más nos involucramos en aquello que nos interesa, más avivamos esa chispa que necesitamos para salir de la etapa del dolor y seguir adelante.

Con nuestra mente ya conectada nuevamente con lo que nos impulsa, podemos perseguir lo que en algún momento queríamos. Una luz, antes invisible, ahora brilla al final del túnel dándonos la Iniciativa que necesitamos para liberarnos del dolor. Damos un paso, y luego otro, y otro. Con una excelente Actitud² (al cuadrado), ligado con mucha confianza, pronto podemos decir “sí” nuevamente a la vida, superando la situación, para subir y seguir con una nueva inspiración y con una renovada energía.

Aceptamos lo ocurrido y aprendemos lo que sea posible de ello. Con el tiempo la luz brilla más. Lo que una vez nos doblaba y tumbaba de tanto dolor, puede convertirse en la razón detrás del nuevo vigor para dirigir nuestro destino; y todo comienza “Dando DIAS al Duelo”.

∞ Rob McBride ∞
LL III 50

La vida es como un juego y nuestra felicidad depende de cómo la jugamos. Si la jugamos bien, estaremos felices; pero si la jugamos mal, nos quedaremos bien tristes.

Si nos atrevemos a “jugar” el juego de la vida, podemos buscar y encontrar las mejores estrategias que nos permitan mejorar nuestro desempeño en ella.

Tomemos un ejemplo parecido, pero diferente, de una idea que se llama “Toma Diez para Ganar” de mi amigo y mentor Joel Weldon. En mi versión del juego, la mayor puntuación es de 20 puntos y la menor es 0. Se requieren 10 puntos para “aprobar” y por debajo de 10 significa “reprobar”. En una relación de 2 personas, el máximo que cada una puede aportar es de 10 puntos, lo que representa el 100% de su esfuerzo y por el contrario, 0 puntos es el mínimo, e indica que no hubo ningún esfuerzo de su parte.

Así como la vida, nuestros estados de ánimo tienden a ser cíclicos. Dependiendo de cómo nos sentimos, nuestro aporte puede variar cada día. Algunos días, nos sentimos excelentemente bien y podemos dar mucho; otros días nos sentimos mal, y cualquier esfuerzo nos resulta cuesta arriba.

¿Quieres “ganar” en cualquier relación con otras personas? ¡Bienvenido al equipo! No es fácil, pero si sencillo. Sólo se requiere un mínimo de 10 puntos entre los participantes.

Tomemos el ejemplo de un estudiante y un maestro. Sin embargo, podríamos aplicar este ejemplo a muchas otras relaciones entre las cuales podemos mencionar: vendedor-cliente, jefe-empleado, esposo-esposa, padre-hijo, así como también cualquier otra situación de la que se involucran más de una persona.

Sigamos con el ejemplo inicial. Si tenemos un excelente estudiante, quien constantemente da entre 80 y 90% de su potencial, conjuntamente con un maestro que aporta un porcentaje similar, veremos constantemente que juntos “pasarán la prueba” con excelentes notas (entre 16 y 18 puntos en total).

Del mismo modo, ocasionalmente, este mismo estudiante y su maestro puedan tener óptimos días donde ambos logran aportar 100% de su esfuerzo y juntos pueden conseguir una nota “perfecta”. Son esos “instantes” poco comunes los que particularmente me gusta llamar “Momentos Mágicos”. Son aquellos que acontecen cuando todo parece ser “perfecto”.

Siguiendo el mismo ejemplo, la otra cara de la moneda sería que tanto el estudiante, como el maestro traigan menos de 50% de su potencial. En este caso, no hay duda que fracasarán y reprobarán.

Mientras que hay muchos diferente escenarios posibles, hay algo bien cierto en todos; entre más damos de nosotros mismos, más oportunidad tendremos de “ganar”.

¿Por qué es importante y qué podemos hacer con esta información?

Para aumentar nuestra probablidad de “ganar” podemos aprender a utilizar los “trucos” y técnicas del juego de la vida que nos permite aumentar nuestra probabilidad de “ganar”. Veamos algunos de los más relevantes:

• Aprender más sobre lo que hacemos
• Optimizar nuestro aporte a cualquier situación que involucra a otras personas
• Obtener y mantener una excelente actitud positiva hacia la vida para mantener una buena perspectiva frente los desafíos que encontraremos en el camino.
• Relacionarnos con personas que tengan como estilo de vida dar su mejor esfuerzo y que aprenden de sus experiencias.

En cualquier encuentro que tenemos con otras personas, tenemos dos opciones. Podemos dar nuestro mejor esfuerzo o no hacerlo. Con la primera aumentamos nuestra probabilidad de “ganar” y en la segunda lo más seguro es perder.

Jugar para ganar implica dar nuestro mejor esfuerzo cada vez que nos relacionamos con otras personas. Al involucrarnos con gente que hace lo mismo, no cabe duda que juntos podemos pasar la prueba.

∞ Rob McBride ∞
LL III 49

¿Te has dado cuenta que muchas veces nos quedamos en el “tratar” sin hacer nada?

¿Has “tratado” alguna vez de realizar una llamada telefónica?

Siempre me ha parecido interesante cuando alguien me dice, “Trataré de llamarte la semana que viene para que nos veamos.”

¿Cómo se hace eso?

¿Es posible “tratar” de llamar a alguien?

Llamas, o no lo llamas.  No queda otra alternativa.  Levantas el teléfono y marcas el número, o no lo haces.

Pareciera obvio, ¿verdad?

Sin embargo, es común que nos quedamos en el “tratar” sin jamás tomar acción para lograr lo que deseamos.

¿Por qué ocurre esto con tanta frecuencia?

¿Es un defecto de fábrica o puede ser resuelto?

No es un defecto de “fábrica”, sino más bien un defecto de “práctica”

Hay una solución y aunque no resulta tan fácil, funciona.

Sencillamente, ELIMINA la palabra TRATAR de tu vocabulario.

¿Un poco drástico?

¿Crees que es posible?

¿Habrá algún caso en el que sea mejor “tratar” de hacer algo en vez de “hacerlo”?

Veamos algunos ejemplos:

• ¿Quieres tratar de ser un mejor esposo o esposa?
• ¿Quieres tratar de ser un hijo más atento o un mejor padre?
• ¿Quieres tratar de tener un trabajo que disfrutes y al cual asistas motivado cada día?

Si de verdad quieres lo mejor de la vida, deja de “tratar” de hacerlo y simplemente “hazlo”.

Por alguna razón el lema de Nike, “Just Do It” (Sólo Hazlo), ha tenido tanto éxito por tantos años.  No es suficiente “tratar” de hacer algo, hay que hacerlo.  ¿Qué tal si hacemos un cambio de enfoque con las palabras que

• En vez de “tratar” de ser un mejor esposo, podemos ser un mejor esposo.
• En vez de “tratar” de ser un mejor hijo o padre, podemos serlo.
• En vez de tratar de tener un mejor trabajo, podemos obtenerlo.

Hay poder en las palabras.  Ellas guían nuestros pensamientos y nuestras acciones.  Si digo que voy a “tratar” de ser mejor, será fácil postergarlo.  Si en su lugar digo: voy a “ser” mejor, no me doy otra alternativa que buscar lo necesario para conseguirlo, en lugar de excusas para no hacerlo.

¿Cuántas veces has escuchado decir a una persona: “Comenzaré mi dieta el lunes o dejaré de fumar mañana”?

¡Mañana es un sueño, no existe!  Si no comenzamos a comer mejor hoy, difícilmente lo haremos mañana.  Si no encontramos la forma para dejar de fumar hoy, lo más probable es que sigamos haciéndolo mañana también.

¡No te quedes en el tratar!

• Sé un mejor esposo o esposa
• Sé un padre o un hijo más atento
• Haz la actividad que más te guste y jamás tendrás que “trabajar”

La vida no consiste en añorar hacer algo, algún día, sino en hacerlo hoy.

¿Estás conmigo?

¿Hay algo que realmente quieres hacer?

¿Qué te está inhibiendo hacerlo?

¡Dale un Nike, y hazlo!

Convertimos nuestros sueños y deseos en realidad cuando encontramos salidas a nuestros desafíos y tomamos acción en vez de dar excusas.  Mientras que no siempre elegimos en que lugar del mundo vivimos, podemos influir en las curvas, colinas y rectas de nuestro propio camino.  En la medida que dejemos de “tratar” de andar y coloquemos un pie delante del otro para dar los pasos, disfrutaremos más de esta aventura llamamos vida.

∞ Rob McBride ∞
LL III 48

Aunque todos tenemos la semilla de la felicidad por dentro, a muchos se nos olvida cultivarla y cuidarla.  Nos han educado para creer que la felicidad consiste en tener una buena posición económica, un buen sueldo y una buena casa en un lugar bonito, entre tantas otras cosas materiales.  No cabe duda de que estos elementos hacen nuestra vida más cómoda, y también nos pueden distraer.  Sin embargo, la felicidad no es algo que se puede comprar o vender en la esquina, ni tampoco implica estar en algún lugar específico.  No es posible “encontrar” la felicidad, mucho menos perseguirla.

“No hay felicidad en obtener o tener, sino en dar.”  – Og Mandino

Somos condicionados y entrenados por la sociedad con una avalancha constante de mercadeo, para creer que: no tener el último teléfono, una marca determinada de ropa o cualquier otra pertenencia, eso nos impide ser felices. Las vallas esparcidas por las autopistas de la vida muestran modelos esbeltos, bellos y sonrientes.  El mensaje es que si vestimos, comemos y tomamos lo que ellos visten, comen y toman, seremos felices

Ahora la pregunta es:

¿Realmente necesitamos alguna prenda, comida o bebida específica para ser felices?

¡La respuesta es un rotundo NO!

Aunque es la economía depende de la venta de artículos de todo tipo, y es importante que las empresas vendan sus productos, ¿cuál es el mensaje subliminal que permea nuestra mente en todo momento?

Es importante como sociedad evaluar cuál será el efecto de estos mensajes a largo plazo.

Tener dinero es bueno y deseable, no sucio y deplorable.  El dinero y sus equivalentes nos permiten comprar prendas útiles y bonitas; alimentos nutritivos y hasta antojos.  Mientras que es sabroso tener estas cosas, NO es imprescindible tenerlas para ser felices.

Hay personas en el mundo que son muy felices sin nunca haber usado una prenda de marca, probado una exquisita comida o tomado una bebida determinada.
Sin embargo, mucha gente está convencida de que no podría ser feliz si carece de ciertos productos.

¿Qué tal si nos dejaran en una isla desierta en el medio de la nada?

¿Sobreviviríamos?

¿Cómo cambiarían nuestros paradigmas sobre lo que necesitamos para ser felices?

Por muchos años la vida en este planeta transcurrió perfectamente sin televisores, computadoras y teléfonos, los cuales han sido introducidos al mercado apenas en el último siglo.  Sin embargo, hoy en día para algunos, tener un teléfono “bruto”, de los que sólo reciben y hacen llamadas, es una causa de infelicidad.

Nos hemos convertido en una sociedad “desechable” donde tanto las cosas como las personas, en vez de ser arregladas, son botadas y abandonadas en el camino.  La gran ironía es que muchos buscan la felicidad tratando de lograr, comprar y hacer más con menos; lo que frecuentemente genera más estrés que felicidad.

En este mundo donde la infelicidad abunda por no tener cosas materiales, lo que podemos hacer pare ser más felices es incrementar lo que damos tanto en calidad como en cantidad.  Al estar enfocados en mejorar la situación de los demás, dándoles nuestra amistad, tiempo y buen ejemplo; experimentamos gran felicidad en lo más profundo de nuestro ser.  Al dar lo mejor de nosotros, recibimos el mejor regalo de todos… Aquel que se recibe por el hecho de “dar”.

∞ Rob McBride ∞
LL III 46

En el corto tiempo que he tenido el placer de andar por esta vida, me he dado cuenta que no es el lugar lo que hace la diferencia, sino la persona.  Lo que quiero decir con esto es que solemos pensar que es el “lugar o la circunstancia” lo que nos permite ser o no ser felices.  Sin embargo, he descubierto que es la “persona” que somos lo que nos permite ser contentos.

He conocido personas que:

• ocupando altos puestos empresariales, ganando mucho dinero y viviendo en los lugares más espectaculares del mundo, son prisioneros de su propia rigidez.
• viviendo en las condiciones más humildes del planeta, logran vibrar con gratitud por cada regalo que la vida les ha dado.
• ganando mucho dinero, haciendo un trabajo digno y viven en sitios maravillosos alcanzan el equilibrio necesario para estar muy contentas.
• subsistiendo de casualidad en las peores de circunstancias, se levantan y maldicen cada día de su existencia.

El dinero no puede comprar la felicidad pero sí puede distraernos con diversión en el proceso.  Sin embargo, insisto que no es el lugar, sino la persona lo más importante.

Vivo en un país donde la pregunta de rigor entre muchos es “¿Cuándo te vas y pa’ dónde?”  Mientras que no culpo a quien quiera irse en búsqueda de mejores oportunidades, más seguridad o cualquier otra motivación; es importante saber que seremos la misma persona a donde vayamos.
Mientras que podemos marchar de algún lugar que nos desilusiona, no podemos huir de las batallas internas que nos limitan.

“La vida es un espejo y me da el reflejo de mi propio alma.”  – OgMandino

Es fácil huir de la sociedad, de nuestros amigos y hasta de nuestra propia familia; pero más difícil es huir de nosotros mismos.  La gloria suele ser de aquellos que toman camino menos transitado, aquellos que enfrentan la adversidad y superan situaciones difíciles para forjarse en los líderes de hoy y mañana.

Para algunas personas, la definición del éxito incluye trabajar toda una vida escalando posiciones que derivan en asumir más responsabilidades, tener casas más grandes y manejar autos más lujosos.  Pasan la vida trabajando y ahorrando, jubilándose a los 65 años, para entonces comenzar a disfrutar su vida, si es que ya no es muy tarde.

Para otros, el énfasis consiste en disfrutar cada momento y cada instante del andar.  Luchan por la dignidad y se entregan a una causa noble.  Existen sociedades que no cuentan con planes de jubilación o de seguridad social para cuidar a la gente de edad avanzada.  En estos lugares son los propios hijos los que se encargan de cuidar a los padres cuando éstos ya no pueden hacerlo.

Solemos ver el mundo en blanco y negro, perdiendo de vista los diferentes matices de gris.  Podemos vivir bien en cualquier lugar que estemos.  Soltemos las cadenas que nos limitan al pensar que es el lugar lo que nos va a hacer feliz y seamos felices donde estemos y como estemos.

Una de las definiciones del éxito que más me gusta es:

El éxito es hacer lo que quieres, donde lo quieres, con quienes quieres y cuando lo quieres hacer.

El éxito no se determina por una cantidad de dinero, alguna posesión o una posición en la vida; sino por quienes somos y lo que representamos.  Podemos ser el cambio que queremos ver en el mundo haciendo aquello que nos inspire a volar con las águilas en vez de quedarnos contemplando el cielo desde el suelo.

∞ Rob McBride ∞
LL III 45

En nuestro anhelo de alcanzar un mejor mañana, solemos empeñarnos en buscar las respuestas más importantes, cuando en realidad son las preguntas lo fundamental.

PoQueQue  QuiDoCo  CuaCua, es una frase que he inventado para recordar cada una de las preguntas que nos pueden dirigir hacia lo que más deseamos.

Hagamos unos ejemplos con la aplicación práctica de estas interrogantes:

 

¿POR QUÉ estás en este mundo?

¿QUÉ es lo que más quieres hacer?

¿QUIÉN puede ayudarte a lograrlo?

¿DÓNDE está lo que más quieres?

¿CÓMO superar la dificultad para llegar allí?

¿CUÁLES son tus alternativas?

¿CUÁNDO vas a comenzar?

Yogi Berra decía:  “Si no sabemos hacia dónde vamos, llegaremos a otro lugar.”  Para no llegar al lugar equivocado, debemos tener claro hacia dónde vamos.  Al hacernos mejores preguntas logramos mejores resultados.

Veamos otro ejemplo relacionado con dar un buen servicio al cliente:

¿POR QUÉ debes dar un buen servicio al cliente?

¿QUÉ puedes hacer para dar más de ti en tu trabajo?

¿QUIÉN conoces que trata al cliente cómo quisieras hacerlo tú?

¿DÓNDE puedes aprender a optimizar tu atención al cliente?

¿CÓMO darás un buen servicio a tus clientes?

¿CUÁLES serán tus estrategias?

¿CUÁNDO vas a comenzar?

Tanto para nuestros objetivos personales como laborales, podemos encontrar mejores respuestas con mejores preguntas; ya que pensar que lo sabemos todo es sólo el comienzo del fin.

¿Cómo vas en tus relaciones interpersonales?

Nuestra vida está formada por relaciones con otras personas, queramos o no.  Supongamos que tienes algún roce con alguien por un mal entendido, de esos que ocurren frecuentemente.  Utilicemos nuestras palabras mágicas en esa situación, y veremos como se ilumina el camino de la solución.

¿POR QUÉ hubo el roce?

¿QUÉ fue lo que realmente te molestó?

¿QUIÉN te puede ayudar a resolverlo?

¿DÓNDE puedes encontrar una solución?

¿CÓMO vas a resolver el inconveniente?

¿CUÁL va a ser tu plan de acción?

¿CUÁNDO lo vas a hacer?

Como te has dado cuenta, en cada uno de los ejemplos, la última pregunta es la misma.  Después de responder las preguntas más importantes de nuestras vidas, y con un diagnóstico más claro, tenemos que tomar acción.  Los sueños se tejen en el pensamiento y se cristalizan en el hacer.

∞ Rob McBride ∞
LL III 44

La vida es un camino conformado por los pasos que damos.  Cada tramo tiene su etapa y cada espacio su momento.  Como seres humanos, lo usual es querer librarnos de las piedras y los obstáculos que nos impiden el paso, sin embargo de no tenerlos, viviríamos una existencia vacía y sin delicia.

En nuestro camino tenemos momentos en que pasamos por jardines llenos de brillantes colores y maravillosos olores, y otros donde nos sumergimos en la tinta negra de la oscuridad, borrando cualquier rastro de nuestra dignidad.  Cuando estamos en el interior de un largo y oscuro túnel, buscamos una luz que nos permite salir de la toxicidad de nuestros propios pensamientos y así ver la luz del día nuevamente.

Sin embargo, también puede ocurrir que habiendo luz del sol y siendo de día, pasamos por instantes oscuros, en los que pareciera que toda luminosidad se opaca ante los pesados males que atormentan nuestro ser.  Sentimos que nuestra luz interna se extingue.  Estando en la inmensa profundidad de una tenebrosa oscuridad, tropezamos con la pregunta que todos quisiéramos responder:

¿Qué podemos hacer?

Hagamos el siguiente ejercicio:

Piensa en tu pasado recordando algo que te molestaba, pero que ya está resuelto. Despréndete del hoy con todas sus implicaciones y preocupaciones, y vuela a otro tiempo, ese en que tal vez pensabas que la mejor solución era acabar con todo y salir de este mundo con un boleto directo, sin paradas y a toda prisa.

¿Te has sentido así alguna vez?

Es algo que casi todos hemos sentido en un momento determinado.  No obstante, para aquellos que no han sentido la profunda desolación de la desesperación, les será casi imposible apreciar la serenidad de la despreocupación.

Siguiendo con el ejercicio, experimenta ahora lo que sentiste y viviste en aquél momento.  Si la solución fue de tu agrado, lograste ver la luz que tanto anhelabas al final del túnel.  Aún en el caso contrario, con un resultado indeseado, lograste percibir una luz diferente al final del camino.  Quizás no fue la luz que esperabas y posiblemente en el camino recibiste una luz distinta, llevándote a otro túnel con otro destino.

En el camino encontraremos luces que abren puertas de maravillosos lugares con muchos colores, así como también otras que nos dirigen a caminos tenebrosos y llenos de nuevos peligros.  La variedad del color de la luz que nos guía es infinita.  En nosotros está el decidir, si seguiremos una luz que nos ilumina y nos guía hacia la comprensión y alegría; o si seremos seguidores de un reflejo que nos conduce sin remedio hacia emociones de tensión y pesadilla.

En cualquiera de los casos, siempre hay una luz al final del túnel, aún cuando no siempre es la que imaginábamos.  Una de estas luces se observa cada amanecer en el horizonte; es la misma luz que se ha mantenido constante desde el día de nuestro “alumbramiento” a esta vida.  Es un privilegio apreciar la luz del sol brillante que cotidianamente sube y nos brinda la energía tan necesaria para salir de profundos túneles y llegar a lugares bellos y hermosos.

∞ Rob McBride ∞
LL III 43

Con amor, la vida es mucho mejor. Nuestra vida frecuentemente se centra en lograr más y llegar más lejos. En esa carrera nos vemos obligados a sortear muchos obstáculos, olvidando con frecuencia que esto que llamamos vida no tiene por qué ser tan difícil, sino que más bien puede ser fácil. Anhelamos muchas cosas, pero hay una llave que nos permite abrir la puerta a lo que más deseamos.

Esta llave es el amor porque a través de él, podemos enfrentar hasta el más grande temor y borrar el rencor. Envolver todo en amor nos permite vivir mejor.

“Trataré al día como se fuera Navidad y seré un repartidor de regalos. A mis enemigos, les daré el regalo del perdón; a mis oponentes, la tolerancia; a mis amigos, una sonrisa; a mis hijos, un buen ejemplo y envolveré cada regalo con un amor incondicional.”

– Og Mandino

Cuánta sabiduría hay en estas pocas palabras. Cosechamos lo que sembramos. Al sembrar el amor en el corazón de los demás, también recogeremos frutos que tendrán amor. Frecuentemente, solo pensamos en el amor como algo romántico o para compartir con familiares y amigos; pero hay muchas maneras de transmitir el amor a través de actos de amabilidad, aleatorios y perpetuos, siendo generosos y dejando el egoísmo de lado en nuestro trato con los demás.

Veamos un ejemplo práctico:

Dos niños, se crían juntos y se vuelven amigos. Comparten tanto la escuela como la universidad, estudiando la misma carrera. Por lo que llamamos casualidades de la vida, y causalidades también, ingresan en la misma compañía y son contratados para desempeñar cargos similares. Después de muchos años uno desarrolla mucha confianza en sí mismo a través de sus habilidades, ascendiendo hasta la más alta posición dentro de la organización. El otro se queda estancado, amargado y conflictivo ocupando un puesto parecido al de sus inicios.

¿Cuál es la diferencia entre los dos?

Como todos hemos aprendido, la actitud de cada uno juega un rol fundamental en su desarrollo profesional y personal, pero hay otro factor determinante para que se den esos resultados. En este ejemplo, el que logró mucho más éxito hizo las cosas de buena gana y con amor, mientras que el otro simplemente las hizo por obligación y como parte de su labor.

¿Qué podemos hacer para ser más efectivos?

Propongo hacer todo desde el amor, porque nos permite lograr lo que más deseamos en vez de quedarnos fríos y estancados.

• Cuando veamos algo sucio en el camino, ¿qué tal limpiarlo, no porque sea nuestro trabajo u obligación sino por y con amor?
• Cuando alguien necesite nuestra ayuda en cualquier circunstancia, ¿qué tal ayudar, no esperando algún tipo de remuneración, sino porque nos nace del alma?
• Cuando un cliente nuestro esté insatisfecho por cualquier razón, ¿qué tal prestarle atención y ofrecerle una solución en lugar de someterlo a tanta negatividad?

El amor es poderoso y con él podemos mejorar las relaciones con nuestros clientes, colegas, vecinos y familiares, a través de cada gota de amor que destilemos. Cuando comenzamos a escuchar a los demás desde el amor en nuestro corazón y envolver nuestros sentimientos y acciones desde ese mismo amor, todo se pone mejor.

∞ Rob McBride ∞
LL III 42

* Dedico este Lunar Letter a mi bella hija Chantalle y su nuevo esposo Mario… Les deseo una vida llena de mucho amor…