Como el viento, la oportunidad casi siempre está presente pero rara vez es muy evidente. A veces se nos acerca sigilosamente como una suave brisa, mientras que otras nos puede derribar con su fuerza.
La mayoría de las veces estamos sumergidos en nuestros propios pequeños mundos, prácticamente sin darnos cuenta de su presencia. Algunos aprovechan con éxito su poder para mejorar su suerte en la vida, mientras que otros lo resisten, prefiriendo mantenerse firmes donde están, pocas veces considerándolo como más que una molestia. Muchos de nosotros nos quejamos de nuestra falta de oportunidades, sin embargo, están disponibles para todos los que estén dispuestos a usar su fuerza para llevarlos a lugares que jamás pensamos ser posibles.
Como un velero que usa el viento para ir de un lugar a otro, nosotros también podemos aprovechar de él para movernos de donde estamos. La mayor parte del tiempo, como un barco anclado en un puerto, subimos y bajamos con la marea, buscando refugio de su fuerza cuando los vientos se vuelven demasiados fuertes. Sin embargo, si jugamos bien nuestras cartas, nos puede llevar a lugares lejanos y a nuevos espacios asombrosos, si tan solo estamos dispuestos a desplegar nuestras velas y utilizar su fuerza.
Como un marinero que aprende a navegar por el océano aprovechando el viento, nosotros también podemos aprender a utilizar la oportunidad para nuestro beneficio, en lugar de simplemente luchar contra ella. Si bien podemos tomar una oportunidad antes de estar preparados para ella, estar listos para ella nos permite mejorar el uso de su poder. La oportunidad adecuada sin la preparación adecuada puede llevarnos a un mar vasto e interminable, o inclusive dejarnos varados en alguna isla en el medio de la nada.
Desde el momento en que nacemos, hasta nuestros últimos días, los vientos del cambio y la oportunidad nos llevan de aquí para allá.
¿Alguna vez has pensado en esto?
Los libros de historia están llenos de historias de aquellos que pasan de la pobreza a la riqueza aprovechando las oportunidades de manera eficaz, sacando de ellas el mayor provecho. También encontramos relatos de algunos que nacen en el regazo de lujo y con oportunidades aparentemente infinitas, pero que terminan varados contra las piedras de alguna costa desconocida que no llega a ninguna parte.
¿Qué marca la diferencia?
La vida no tiene favoritos. A todos nos dan 24 horas del día y 365 días del año para hacer lo que queramos, aunque a menudo no creemos que sea así. Lo cierto es que podemos permanecer como estamos, resistiendo los vientos del cambio y de la oportunidad que se presentan para llevarnos a lugares desconocidos, o podemos llenar nuestras velas con su fuerza para que nos lleven a donde siempre hemos querido ir. Si bien muchos se mantienen firmes, negando ceder a su poder, otros aprovechan la oportunidad fluyendo con él, en vez de resistirlo.
Muchos dicen que la suerte es cuando la oportunidad se encuentra con la preparación. También es el caso cuando los vientos de cambio nos llaman a sucumbir a su fuerza omnipresente. Si tomamos una oportunidad antes de estar debidamente preparados, podemos terminar en otro lugar, aunque bien es cierto que también aprendemos algo en el intento. Por el contrario, estar debidamente preparados para la oportunidad para cuando se presente nos puede llevar a nuevos y emocionantes puertos en lugares exóticos e interesantes.
La vida nos brinda oportunidades todos los días, pero de nosotros depende si nos lleva a la frustración y al fracaso, o al éxito fabuloso y extraordinario. En lugar de resistir los vientos del cambio y de la oportunidad, podemos prepararnos para ellos y así aprovecharlos, para que nos guíen a lograr nuestro mayor deseos.
∞ Rob McBride ∞
18 dic 2021
LL V 17