Lunar Letter / Pensamiento => Realidad

Nuestro pensamiento dominante crea nuestra realidad recurrente.  Hace más de 50 años Earl Nightingale, en su excelente programa de audio “El Secreto más Extraño,” manifestó…

 “Nos convertimos en lo que pensamos.” 

Si queremos lograr algo, sencillamente tenemos que poner el poder de nuestro pensamiento a trabajar en ello.  Claro es que luego tenemos que poner acción al pensamiento, pero primero tenemos que asegurarnos que estamos pensando bien para no quedar mal.

Si analizamos el día a día de la gran mayoría de nosotros, realmente no “pensamos” tanto.  Nos levantamos y comenzamos una rutina que generalmente requiere poco de esta maravillosa mente que todos tenemos.  Cepillarnos los dientes, bañarnos, hacer el café y llevar los muchachos al colegio realmente exige poco pensamiento.

Cuando llegamos al trabajo, lo más común es también entrar en una rutina que suele ser más automatizado que cualquier otra cosa.  Saludar a nuestros compañeros, revisar los correos y planificar nuestro día son tareas que en algunos casos podemos hacer casi dormidos y habitualmente las hacemos con poco entusiasmo.  En algunas empresas a veces dudamos si los empleados están vivos o muertos.  No hace falta mover el muerto a la morgue porque la empresa ya se ha convertido en un cementerio sonámbulo donde los muertos caminan como si tuvieran poderes mágicos.

Cuando surge un “problema” o un desafío es cuando comúnmente solemos comenzar a pensar en alternativas que requieren de algún esfuerzo especial.  Irónicamente, el momento en que tenemos que comenzar a pensar y utilizar nuestra mente es el mismo momento en que nos quejamos y jugamos el rol de la víctima declarando a todos los que estén dispuestos y/o no tan dispuestos a escucharnos declarar sobre lo difícil que es la vida y “¡Pobre de mí!”

La gran mayoría de los avances tecnológicos y mejoras personales vienen como resultado de lo que inicialmente parecieron obstáculos o retos que requirieron un poco de pensamiento para resolver.  El proceso del pensamiento para un cambio radical puede venir de preguntas como las siguientes:

¿Qué puedo hacer para desarrollar el tipo de relación que quiero tener?

¿Cómo puedo hacer para entender e instruir a un adolescente que tiene sus hormonas disparadas a millón?

¿Cuándo voy a comenzar a crear un nuevo camino que me dirige a una nueva dirección que me lleva a un mejor destino?

Son incalculables las preguntas que nos permiten “sacar la chicha” a esa masa en nuestras cabezas de aproximadamente un kilo y medio que es la clave para crear lo que queremos.  Los que han logrado mucho son los mismos que han pensado primero en lo que quieren y luego han tomado acción positiva para lograrlo.  Los que han logrado poco son los mismos que generalmente no utilizan su mente para pensar en nada más allá de lo que van a comer en la próxima comida o el próximo programa que van a ver en la televisión.

Nuestra mente es una maquina maravillosa que obedece las instrucciones que le damos.  Le decimos, “Necesito más abundancia y amor en mi vida,” y mágicamente comienza a generar ideas sobre lo que podemos hacer para obtener más abundancia y más amor.  Le decimos, “Necesito un carro o una casa,” y en un instante imágenes de autos y casas vienen a la mente conjunto con una cantidad infinita de ideas que nos puedan permitir lograr nuestro objetivo.  Somos el resultado de nuestros pensamientos tanto en lo positivo como también en lo negativo…

¿Cuáles son los pensamientos que van a dirigir tu camino?

∞ Rob McBride ∞
LL III 18

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