Con el paso del tiempo nos damos cuenta que además de nuestros conocimientos actuales, siempre habrá algo más que podamos aprender. El saber que somos capaces de alcanzar no tiene límites. Seguramente si existiera una manera de saber todo sobre un determinado tema el día de hoy, para mañana habría algo nuevo que aprender. El dinamismo del pensamiento y del conocimiento va mucho más allá de lo que podemos imaginar.
Supongamos que estamos en el medio del bosque en una noche oscura. Encendemos una fogata para dar luz y calor. El área que está siendo alumbrada por el fuego representa lo que nosotros conocemos y sabemos. Es lo que está más cerca y a la mano. Lo que está fuera de la zona iluminada es un territorio oscuro y desconocido. Es justamente en esa área desconocida, la que se encuentra más allá de lo que podemos ver y percibir, donde encontramos las respuestas a las interrogantes más importantes de la vida. Por eso es imprescindible iluminar la zona que ha permanecido a oscuras.
Nuestro sistema educativo nos enseña a memorizar “cosas” y eso nos permite dar luz sólo a una zona limitada. Para traspasar la oscuridad con una luz brillante tenemos que aprender a Pensar y Crear. Vivimos en una era, en la cual podemos conseguir información sobre cualquier tema en cuestión de segundos con un simple “click”. Sin embargo eso limita la construcción de nuestros pensamientos y el desarrollo de la potencia creativa que todos tenemos.
Por más que podamos saber sobre algún tema, es importante retarnos a pensar en lo siguiente:
¿Por qué realizamos algo de una manera?
¿Qué es lo que realmente queremos lograr?
¿Qué nos falta por aprender sobre este tema?
¿Quiénes pueden apoyarnos a lograr nuestros objetivos?
¿Dónde podemos encontrar esas personas?
¿Cómo podemos mejorar lo que hacemos?
¿Cuándo debemos comenzar?
Así como pasamos por un túnel oscuro para luego ver la luz, del mismo modo nuestro conocimiento viene a oscuras, con mucha incertidumbre y a la vez con mucha posibilidad. Cuando comenzamos a pensar y crear diferentes maneras de hacer nuestras tareas―hasta las más rutinarias―alumbramos aquello que antes no podíamos ver por la oscuridad. Nuestro poder creativo no tiene límites. Siempre habrá algo más para descubrir y aprender.
∞ Rob McBride ∞
LL III 32