Normalmente pensamos del tiempo como algo lineal pero…
¿Qué dirías si el tiempo tuviera tres dimensiones?
Cuando puedas, y si es posible en este instante, cierra tus ojos y recuerda a una persona específica.
¿Cuánto tiempo transcurrió para que pudieras ver el rostro de esa persona?
Podemos tener personas presentes en un instante; aunque estén vivas o muertas, en el cuarto de al lado o en otro lugar del mundo.
Veamos la segunda parte de la prueba:
Con esa misma persona en quien pensaste, imagina un evento o momento importante vivido.
¿Cuánto tiempo tomó para que percibieras no sólo el lugar sino también los olores, el ambiente y cada color?
Este proceso es inmediato y ocurre en milésimas de segundos.
Ahora hagamos lo siguiente: pensemos en ¿qué ocurre cuando ya no vivimos? ¿Termina el tiempo o sigue? Y nosotros, ¿seguimos o cesamos?
Hay muchas respuestas al respecto y al final entenderemos la correcta; mientras tanto, ¿qué pasa con el tiempo en relación a nosotros cuando ya no estamos?
Si hay algo cierto en la vida, es que de la misma manera que llegamos sin nada, nos iremos igual, pero ¿luego qué? Esa es la pregunta…
Propongo que cuando ya no estemos corporalmente podamos aún estar presentes. Piensa ahora por un momento en un ser querido que ya no está.
¿Cuánto tiempo tomó?
La barrera del tiempo se traspasa en un instante. Vienen recuerdos de la sonrisa de nuestra madre, un consejo de nuestro padre, la risa de una tía o de tantos otras memorias trayendo ese momento al presente.
Nuestra mente es una maquina maravillosa, que supera cualquier cosa que podemos imaginar. El tiempo se convierte de dos a tres dimensiones cuando nuestra mente trae algún acontecimiento del pasado al presente.
Muchos están preocupados por lo que pasará cuando termine este viaje maravilloso que llamamos vida y pasemos a otra realidad desconocida. Sin embargo, podemos crear nuestra propia eternidad en este momento, esculpiendo instantes que serán recordados por nuestros seres queridos en algún momento futuro.
¿Cómo podemos hacerlo?
- Leemos a nuestros hijos
- Escuchamos con atención a nuestra pareja
- Reconocemos que cada quien es un mundo
- Aconsejamos a un nuevo empleado que necesita orientación
- Llamamos a nuestros seres queridos y preguntamos, “¿Épale, cómo estás?”
- Nos damos cuenta que aún siendo uno más en el mundo; somos el mundo para alguien
Nadie tiene todas las respuestas de la vida, demos nuestro mejor esfuerzo día tras día para asegurar que nuestra existencia perdure en la eternidad y que sea tridimensional.
∞ Rob McBride ∞
LL III 34
Por cierto…
¿Épale, cómo estás? : )