La adversidad es fundamental en el proceso de la selección natural y es necesaria para crear más vida y prosperidad. En la naturaleza, el viento de la adversidad funciona como purificador del aire, limpiándolo y esparciendo semillas provenientes del reino vegetal. El rol principal del viento en el proceso reproductivo es perfecto en su propia imperfección.
En alas del viento, semillas son esparcidas hasta lejanos lugares, donde luego de conseguir su nuevo hogar, comienzan el proceso de la germanización. Echan raíces y comienzan su búsqueda del sol. Cuando el viento hace su papel y sopla con determinación, las plantas recién nacidas se aferran a la tierra. Es una lucha a muerte, las más débiles son arrancadas del suelo y botadas a un lado, mientras que las más fuertes echarán raíces aún más profundas.
Asimismo, el viento de la adversidad tiene un rol similar en nuestras vidas. Si no fuera por las pruebas y los desafíos, el avance del ser humano sería muy limitado. Somos fortalecidos por los obstáculos encontrados en nuestro camino. La inclemencia del tiempo nos ha estimulado a confeccionar ropa. La existencia de depredadores nos ha obligado a fabricar armas para defendernos y la necesidad de cruzar ríos, mares y llegar a otras latitudes en menor tiempo nos ha llevado a inventar todo tipo de medios de transporte.
Los que jamás enfrentan el fuerte viento de la adversidad, suelen convertirse en seres que comen, respiran y se reproducen sin realmente experimentar el placer de vivir. Los que han superado dificultades desarrollan un instinto particular para no sólo sobrevivir, sino para florecer en cualquier circunstancia.
La diferencia entre una persona y otra no radica en lo que puede ser observado físicamente, sino más bien en lo que ha experimentado. El éxito no pertenece a quien se le ha dado mucho y pierde poco, sino a quien se le ha dado poco y ha alcanzado mucho. Aquél que ha luchado para lograr lo que tiene, sabe que es capaz de perder todo y comenzar de nuevo. Al contrario, aquél que comienza con mucho y pierde algo se le dificulta rebotar de la adversidad.
La vida no consiste en tener una buena mano y protegerla, sino en tomar la que nos ha sido dada y jugarla de la mejor manera. El viento de la adversidad no es un impedimento en nuestro camino sino una fuerza que forma nuestro carácter y nos permite enfrentar la tormenta y volar en las alas del éxito.
∞ Rob McBride ∞
LL III 37