El tiempo lima asperezas o afila durezas…
Un recién nacido es como un trozo de arcilla cuando llega al mundo. Algunos son grandes, otros pequeños; algunos son más oscuros, otros más claritos; algunos son más delicados, otros más duritos. Su entorno, sus padres, sus amigos y sus profesores inician la importante labor de esculpirlo, convirtiéndolo con el tiempo en una obra de arte.
Al principio, la arcilla es suave y manejable luego es trabajada y expuesta al medio ambiente endureciéndose y así determinando su forma. De la misma manera, nuestra moral, nuestro carácter y nuestros principios se moldean como resultado de las experiencias vividas, dando paso a nuestra propia obra de arte.
Cada acontecimiento que ocurre en los minutos, horas y días de nuestra vida, son los cinceles que tallan nuestra escultura. Nuestra actitud frente a cada situación, limará nuestras asperezas o afilará durezas.
Tomemos el ejemplo de dos hermanos. Ambos se crían en el mismo lugar, con los mismos padres e iguales circunstancias. Por naturaleza cada uno es diferente y tiene su propio carácter. Aunque sus experiencias de vida sean muy similares, cada uno será moldeado como una obra de arte distinta de acuerdo a sus perspectivas.
Uno de ellos enfrenta el desafío con brío, mientras que el otro se queda dormido ante cualquier lío. Uno siempre busca una nueva oportunidad, mientras que el otro ve todo como una calamidad. Uno recibe un consejo con agrado, mientras que el otro se enfada al ser reforzado. Uno sube y sigue mientras que el otro se cae y solo gime.
¿Cuál es la diferencia entre estas dos personas?
La diferencia no es económica, ni sociológica. Para algunas personas las dificultades sirven para limar sus asperezas, mientras que a otras simplemente afilan sus durezas. Es por eso que encontramos a personas muy avanzadas en edad semejantes a piedras preciosas que han sido bien pulidas por los desafíos de la vida. Aunque algunas cosas les pueden perturbar, no dejan que nada les robe su paz interior. Sin embargo, hay otras personas de la misma edad, con problemas similares y parecen ser piedras picadas, tan afiladas que son capaces de cortar a cualquiera que se les acerque o les roce.
La vida está llena de circunstancias que al final serán muy parecidas para todos. Experimentaremos el éxtasis de la victoria, así como también la agonía de la derrota. Sentiremos la gran sensación de amar, como también conoceremos la decepción. Sin embargo, nuestra obra de arte dependerá de cómo asumimos cada una de estas circunstancia.Podemos dejar que la adversidad fluya suavemente por nuestro ser limando nuestras asperezas o rechazarla con rabia afilando nuestras durezas.
∞ Rob McBride ∞
LL III 40