Es común enfocarnos en objetivos como comprar un carro o lograr un ascenso en el trabajo. El camino para lograr lo que más deseamos tiene varios elementos que atender en el proceso. Aunque no todos resultan agradables, son necesarios si queremos llegar al destino. Podemos ver cada tarea como un obstáculo que debe ser eliminado o como un puente que nos permite llegar al otro lado.
Ahorrar dinero para comprar un carro no es tan fácil. Mientras que nuestros amigos gastarán en fiestas y otros placeres, quizás tengamos que quedarnos en casa. Igualmente en la oficina, para lograr un mejor puesto, es posible que sea necesario trabajar horas extras e inclusive algún fin de semana. Algunas personas carecen de disciplina en lo que se trata de ahorrar el dinero para comprar el carro o trabajar más para obtener un ascenso en el trabajo. Otras harán los sacrificios necesarios, pero maldecirán cada uno de ellos por considerarlos obstáculos en su camino. Hay un tercer grupo, el de de privilegiados, que están dispuestos a tomar acción para lograr lo que quieren y disfrutar el proceso.
Llegar a la meta es un gran logro, disfrutar el camino un grandioso regalo.
Veamos otro ejemplo. Planear una boda y hacer que todo esté perfecto para ese día de ensueño, puede ser algo estresante y hasta en parte agonizante. Hay que buscar el salón, contratar la música, escoger las flores, preparar el cortejo, hacer la lista interminable de invitados, confirmar asistencia, escoger los recuerdos para los invitados, comprar la bebida y manejar los presupuestos; hasta llegar al momento más delicado de escoger el vestido y el pastel. Esto, y mucho más, es lo que representa organizar y programar un evento de tal magnitud. Estas tareas pueden ser motivo de un alto nivel de estrés, o por el contrario pueden covertirse en una oportunidad de disfrutar el armar con paciencia toda la estructura para ese gran día. Pueden ser vistos como una ocasión para compartir e interactuar con muchas personas involucradas en el bello proceso de iniciar esa nueva etapa de vida.
¿Te has fijado que diariamente tenemos oportunidad de elegir la cantidad y calidad de interacciones que tenemos con otras personas?
Aunque todos somos diferentes y algunos trabajos exigen más contacto con los demás que otros, nuestro humor se ve afectado por nuestras interacciones con otros seres humanos. Si tratamos a las personas con quienes nos cruzamos como si fueran piedras en el camino, indudablemente percibirán nuestra energía y su reacción será negativa. Si por el contrario, viéndolos a los ojos, sonreímos y preguntamos lo que necesitan con amor y simpatía, probablemente responderán con alegría y así disfrutaremos más el proceso.
Es común que existan dos personas trabajando en una misma compañía, con responsabilidades y remuneración similares pero con percepciones de vida completamente diferentes. Uno puede estar descontento con cada acontecimiento y el otro contento con todo lo que ocurre, tomando cada ocasión como una oportunidad para crecer y ser mejor.
NO hay “trabajos” ideales que hagan excepcionales a las personas, sino “personas” ideales que hacen que el trabajo sea extraordinario. Al fin y al cabo, la felicidad no depende de lo que hacemos, sino más bien, de cómo lo hacemos. La vida es una gran caminata que se dirige a un mismo destino; disfrutar del proceso en cada paso nos alegrará infinitamente el camino.
∞ Rob McBride ∞
LL III 47