La adversidad es nuestra mejor amiga para prosperar y crecer. Piensa por un momento en los hechos más gratificantes de nuestras vidas. Graduarnos, casarnos, tener hijos, obtener el trabajo deseado, lograr una venta importante, resolver un problema difícil o superar una situación complicada. Es posible que hayamos tenido estas experiencias sin tener que cruzar por el peligroso río de la adversidad; pero cuando logramos hechos importantes a pesar de la adversidad, valoramos aún más estos acontecimientos.
Siendo este el caso, ¿Por qué escapamos de la adversidad? Preferimos lo cómodo y lo conveniente. Buscamos lo que es conocido y concreto. La adversidad exige que pensemos y exploremos alternativas fuera de lo común. Sin embargo, vemos a través de nuestras propias vidas que superar situaciones inciertas crea más satisfacción personal.
La vida es como el rebote de una pelota. A veces estamos arriba y otras estamos abajo. Nuestra capacidad de rebotar de la adversidad define nuestro carácter y crea nuestro camino. Una de las formas más contundentes de rebotar de una situación complicada es saber que cuando la superamos, sentimos el orgullo de haber realizado una tarea importante.
Vivimos en un mundo donde la adversidad nos enfrenta como un tigre con los colmillos afuera todos los días.
¿Cuál será nuestra reacción frente ella?
¿Dar media vuelta y correr o enfrentarla con un cuchillo entre los dientes?
Hay momentos cuando seguramente la mejor respuesta sería, ¡salir corriendo lo más rápido posible! Aún así valdría la pena tomarse un momento para reflexionar y pensar en las alternativas. Una manera de colocar una situación en perspectiva es efectuar lo que me gusta llamar <<la prueba del viejito>>.
¿Cómo nos sentiremos cuando estemos viejos y reflexionemos sobre la decisión que tomamos en aquel entonces?
¿Estaremos orgullosos de nuestra decisión de haber huido o sería preferible saber que tuvimos el valor de enfrentar la adversidad?
La adversidad nos da la oportunidad de crear nuestro propio camino y volar como las águilas en vez de arrastrarnos como las ratas.
Al final…
¡Es el Rebote lo que nos Lleva al Tope!
∞ Rob McBride ∞
LL I 15