Tendemos a soñar con tener una vida “ideal”, sin embargo ese estado idílico puede ser distinto para cada uno. Mientras que algunos ya han logrado su sueño, o se están aproximando, otros recién están comenzando su aventura. En cualquiera de los casos, debemos mantenernos firmes a la hora de soñar y flexibles en nuestros planes para lograrlos.
Nuestros sueños comienzan desde la niñez, cuando es muy fácil imaginar que seremos policías, bomberos, bailarinas, doctores, astronautas, así como también una plétora de otras profesiones. Mientras crecemos, vamos formando una visión del mundo y nuestros sueños frecuentemente cambian. Nos encontramos en el camino con “buenas personas” que con “sabios consejos” llenos de “buena intención”, se encargan de hacernos saber que jamás alcanzaremos lo soñado. 
A causa de eso, decidimos cambiar el rumbo de nuestros anhelos a algo más “razonable, seguro y menos arriesgado”. Esto termina volviéndonos esclavos del miedo.
No obstante, mientras que las excusas abundan y nos encanta buscar culpables, nosotros somos los únicos con el poder de dirigir nuestro futuro.
¿En alguna oportunidad quisiste hacer algo diferente a lo que estás haciendo ahora?
Si eres como la gran mayoría de nosotros, has tenido varios cambios de planes en el camino. 
Si has logrado mantenerte firme con tus deseos y tu dirección, ¡te felicito! Son pocas las personas que pueden seguir el ritmo de su propio tambor, independiente de lo que dicen los demás.
¿Acaso hay algo de malo en querer ser astronauta, o cualquier otra profesión con la cual soñamos de niño?
Si miramos a nuestro alrededor, hay muchas personas que hacen lo que nosotros una vez soñamos hacer. Siguiendo con el ejemplo del astronauta, seguramente llegar a serlo no es nada fácil, pero sí es posible. De hecho, hay unas cuantas personas que han sido lanzadas al espacio y la mayoría han regresado para contar el cuento. Por tanto, si ellos han podido hacerlo, nosotros también lo podemos hacer. Aunque tal vez no hay nadie en nuestra ciudad, estado o país que haya sido un astronauta, podríamos ser el primero.
Cualquiera que sea el sueño, existe por lo menos una manera de lograrlo. Como bien lo dijo Walt Disney:
“Si puedes soñarlo, puedes lograrlo.”
Como analogía, podemos imaginar que nuestra meta fuera hacer “cumbre” en el pico de una gran montaña. Para llegar allí, puede que haya un camino suave y más frecuentado, pero éste no tiene que ser necesariamente nuestro trayecto. Pensemos en cualquier pico de cualquier montaña que conocemos. ¿Cuántas maneras hay para llegar a la cima? Desde el punto de vista matemático las posibilidades son infinitas.
Puede que hayan tormentas deteniendo nuestro paso, trayectos requiriendo un equipo especial, subidas exigiendo mayor esfuerzo y caminos interminables. Sin embargo, si nuestro sueño está firme en mente y tenemos un propósito firme de llegar a la cima, siempre existirá una forma de hacerlo. Importante es no “perdernos” en el viaje y ser congruentes e íntegros en el camino.
Muchas veces cambiamos nuestros sueños de acuerdo al tiempo, el ambiente y la opinión de los demás. 
Aunque flexibles con nuestros sueños, muchas veces nos mantenemos rígidos en nuestras acciones y seguimos inconmovibles con nuestras mismas rutinas. Como resultado acumulamos cansancio y frustración.
Es mejor ser firmes con nuestros propósitos y sueños, siendo flexibles con los planes que implementamos para lograrlos. Al estar bien con nosotros mismos, tenaces en nuestras acciones, congruentes con nuestros principios y firmes con nuestros sueños; no cabe duda que podemos alcanzar cualquier cumbre que podamos desear.
∞ Rob McBride ∞
LL IV 3