Algunas veces nos sentimos en alta e inspirados, mientras que en otros momentos perdemos nuestra inspiración.
¿Podemos mantener la llama ardiendo todo el tiempo?
Mientras muchos dicen que es posible estar positivo en cualquier momento, la vida es cíclica y habrán momentos cuando estemos menos alegres y energéticos. La clave, entonces, es rebotar de esos momentos difíciles en lugar de buscar saltar de alegría todo el tiempo. Aquellos que son más exitosos en la vida son los que son capaces de ver y enfrentar sus problemas como desafíos y no las personas que parezcan no tener problemas.
Estar motivado e inspirado no es algo que ocurre una sola vez. Debemos continuamente ver nuestros problemas como desafíos en nuestro camino al éxito y la felicidad. La diferencia entre un problema y un desafío es simplemente una percepción. Podemos ver las dificultades como problemas que impiden nuestro progreso, o como desafíos que nos permiten crecer y prosperar.
La inspiración y la motivación crean una llama que nos da calor y sustento, así como hizo para nuestros ancestros hace miles de años. Una vez que el fuego está vivo, debemos avivarlo continuamente para mantenerlo. Mientras tengamos calor en nuestro fuego interno, tenemos esperanza. Una vez que el calor del fuego de la vida se apague, es el principio del fin.
La lluvia, el granizo y la nieve aparecerán en nuestras vidas e impregnarán temporalmente el fuego que arde en nuestro ser. Cuando vemos con claridad nuestro deseo ardiente, nos damos cuenta lo importante que es mantener vivo y cuidar esa llama. Problemas y dificultades pierden fuerza y mueren mientras aprendemos a alimentar diariamente nuestro deseo ardiente.
Diversos elementos han inspirado y motivado a cada uno de nosotros. No hay remedio rápido, ni receta específica que funcione para avivar la llama de todos. Para algunos será la religión, para otros leer un libro y para otros será darse cuenta de la importancia de enfrentar los desafíos de la vida para cuidar a nuestros hijos. Cada uno de nosotros tenemos un impulso interno que usamos para motivarnos cuando estamos en un bajón.
Continuamente debemos avivar el deseo ardiente que quema en nuestro interior, para poder así rebotar de los momentos más difíciles de la vida. Cuando intensificamos con consciencia el calor dentro de nosotros, forjamos nuestro destino y determinamos nuestra dirección.
∞ Rob McBride ∞
LL I 27