Sentirse motivado, inspirado y como si fuéramos a conquistar al mundo es un tremendo objetivo. Aunque habrá momentos en que estamos desmotivados, sin inspiración y sintiendo el peso del mundo sobre nuestras espaldas.
Cuando estamos al borde del abismo y con la derrota a cuestas, nos sentimos ansiosos, angustiados y es ahí que es preferible montarse en una ola de inspiración. La derrota y la angustia son amenazas que nos acechan, esperando la oportunidad de mandarnos directo a un ciclo vicioso de dolor y desconsuelo.
Nadie llega a volar como las águilas sin tener primero que atravesar aunque sea una vez al borde del abismo. Lo común es que el éxito excepcional llegue cuando nos enfrentemos a eventos que restan nuestra energía y destruyen nuestro deseo y no con la ausencia de adversidad.
Lo bueno de estar al borde del abismo es que en cualquier momento, estaremos de vuelta.
¿Cómo es esto posible?
Pensemos por un instante en los momentos más desafiantes de nuestra vida. Todos hemos pasado por situaciones adversas que han puesto a prueba nuestra paciencia y perseverancia. Llega un momento durante cada uno de estos acontecimientos que es cuando llegamos al borde del abismo.
Y si la situación sigue empeorando, es que sencillamente aún no hemos llegado al borde del abismo. Cuando las cosas no pueden empeorar, llegará el momento en el ciclo que mejorarán.
Así que, lo bueno de estar al borde del abismo es que podemos ¡regresar mejor que antes!
La próxima vez que alguien te moleste porque estás al borde del abismo, puedes verle directamente a sus ojos y decirle:
¡ No me moleste, estoy al borde del abismo, pero lo superaré !
¡ Es el Rebote lo que nos Lleva al Tope !
∞ Rob McBride ∞
LL I 29