Dentro de nuestras necesidades más básicas, se incluyen: un techo para protegernos de los elementos, comida para la barriga y la procreación para asegurar la supervivencia. Si esto fuera lo único que necesitáramos, ya muchos estaríamos hechos y derechos, pero no necesariamente satisfechos.
Piensa por un momento en tu propia situación, si tienes un techo para cubrirte, comida para alimentarte, y sexo para divertirte, ¿qué más podrías necesitar? Para tener estas tres necesidades cubiertas en su totalidad, se requiere de inteligencia financiera para manejar las primeras dos y de inteligencia emocional para gozar de la última.
Más allá de estas tres necesidades básicas, ¿cuáles otras debemos satisfacer?
Ropa para cubrirnos, amigos para reírnos, familia para consentirnos y mucho amor para esparcir sobre todo lo que hacemos, también son muy importantes. En el caso de estos elementos, también requerimos de inteligencia financiera para manejar bien la primera y de inteligencia emocional para movernos como pez en agua en las últimas.
Si pensamos en la esencia de la vida, ¿qué más necesitamos que un techo, comida, sexo, ropa, familia, amigos y el amor?
Hemos sido entrenados para <<necesitar>> mucho más, incluyendo algunos de los siguientes:
Un mejor teléfono, aunque tengamos un <<vergatario>>
Una televisión con una pantalla plana, de muchas pulgadas
Un reloj cuyo valor es el de una casa pequeña, en algunas aldeas
Una tabla último modelo con alta resolución, y por supuesto, wifi
Un Ferrari rojo que anda a 280 kph, a pesar de ser eso un exceso de velocidad
Una casa con una piscina grande, y diez habitaciones, para nuestra familia y amigos
Ojo, no digo que estos artículos no sean deseables, sólo te pregunto:
¿Qué costo estás dispuesto a pagar por algo que no sea 100% necesario?
Por un momento, jugaré el Abogado del Diablo en cuanto a nuestras <<Necesidades Básicas>>.
Al fin y al cabo un teléfono <<bruto>> realiza la misma llamada que uno <<inteligente>>
Una televisión del siglo pasado aún muestra una imagen, aunque no sea tan nítida
Un reloj común y corriente muestra la misma hora que uno mucho más caro
La computadora de toda la vida aún se conecta, aunque eso sí, algo lenta
Hay transporte que nos puede llevar a prácticamente cualquier lugar
Tener una casa con techo, aunque sea alquilada, es una bendición
Para asegurar que me mensaje para ti sea bien claro; cualquier objetivo, bien sea material o espiritual puede ser válido. De hecho, me parece que tener en una mansión con una piscina grande, un Ferrari rojo, una tabla de último modelo, un reloj de lujo, una televisión que cubre la pared y un teléfono de los más novedosos, debe ser una sensación muy sabrosa y además fabulosa. Pero vuelvo y te pregunto:
¿Qué costo estás preparado a pagar para adquirir todo esto?
Todo tiene un costo, aunque no siempre en dinero. El costo del éxito en el mundo de los negocios le ha costado a más que uno su familia, y su matrimonio. El costo de ser tramposo para avanzar, le ha costado a otros muchos años en la cárcel. Todo en extremo puede ser malo. Pasar todo el tiempo con la familia, sin jamás trabajar, puede tener el costo de no tener suficiente comida para comer.
Es una cuestión de un balance delicado al que tenemos que llegar entre el trabajo y el placer. Lo ideal es convertir nuestro trabajo en nuestro placer, y así de esta manera, no tener que trabajar jamás. En nuestro andar lo mejor que podemos hacer día tras día, es valorarnos más por lo que SOMOS que por lo que TENEMOS y darle nuestro mejor esfuerzo.
∞ Rob McBride ∞
LL IV 9