Haz el bien y no mires a quien. Muchos sabemos este refrán aunque ponerlo en práctica no siempre es tan fácil.
Nuestros instintos tienen un solo objetivo, reproducirse y seguir existiendo. Frecuentemente, este deseo de colocar nuestras necesidades primero es imprescindible para sobrevivir. Un león en la selva que deja que los otros leones coman primero no va a durar por mucho tiempo y pronto será historia. Aún así, no vivimos en la selva y ¡tampoco somos leones!
Como seres humanos tenemos el don de una mente maravillosa que nos permite analizar y pensar en distintas alternativas. La persona que sólo piensa en sí mismo puede lograr mucho a costa de los demás. Aún así, es probable que viva una vida vacía y carente de lo más bonito que ofrece la vida.
Afortunadamente, hay otra manera de lograr todo lo que nosotros queremos. Esto incluye dinero, fama, relaciones y cualquier otra cosa material o emocional. La clave es ser útil a los demás. Es una ley que tarde o temprano nunca falla, cuando nosotros damos, recibimos.
Piensa en la analogía de un bumerang. Cuando nosotros lo tiramos, se devuelve. Aunque en teoría esto funciona, para los que han jugado con un bumerang, ¡en la práctica no siempre es así! Si no sabemos tirar el bumerang, el resultado puede ser indeseado. Si lo tiramos mal puede ser que rompa un vidrio o le pegue a alguien en la cabeza. Cuando aprendemos a manejar el bumerang, podemos mejorar los resultados.
En muchos casos damos bien o mal sin darnos cuenta de lo que estamos haciendo. Simplemente forma parte de nuestras acciones diarias y lo hacemos sin intención. En este caso lo más probable es que el bumerang que lancemos llegue a un lugar desconocido porque no sabemos lo que estamos haciendo.
Al contrario, con el pasar del tiempo y la experiencia, es frecuente que demos bien o mal conscientes de lo que estamos haciendo. Sabemos por ejemplo que si recogemos nuestra basura después de estar en un parque que la próxima persona que llegue encontrará un lugar lindo. De la misma forma sabemos que si dejamos la basura, la próxima persona que llegue encontrará un lugar desagradable. También es cierto que existen personas que ni siquiera piensan dos veces en recoger su basura. No actúan necesariamente por ser malos, sino porque no han aprendido otro comportamiento.
Todos somos humanos y todos cometemos errores. ¡Ojala pudiéramos prevenir todos los males que causamos! Los errores que cometemos sin querer no son los más dañinos, sino los que ejecutamos conscientemente que alguien se va a perjudicar por lo que hayamos hecho. Cuando sabemos que estamos haciendo mal, no cabe duda que tarde o temprano regresará el bumerang para pegarnos en la cabeza con toda su fuerza.
De la misma forma, es posible hacer cosas buenas sin darnos cuenta que son buenas. En este caso tiramos el bumerang y llega con un buen efecto a alguien aunque no sea nuestro objetivo. Lo mejor es hacer el bien conscientemente sabiendo que en el camino el bumerang afectará a otros positivamente antes de regresar a nosotros con un impacto positivo.
Las acciones positivas que podemos dar al mundo suelen ser “baratas” y no es necesario gastar mucho dinero o mucho esfuerzo. Aun así, su efecto se multiplica sobre nuestra vida y las de los demás incrementándose exponencialmente. Tirar el bumerang haciendo el bien sin mirar a quien es la mejor forma de recibir algo bueno, barato y bonito.
∞ Rob McBride ∞
LL II 11