Lunar Letter / Estira tu Mano

Uno de los deseos más importantes del ser humano es su deseo de ser reconocido. Por cada persona que se va a la cama con hambre, hay miles que van a la cama con el deseo de ser tomados en cuenta. Con el corre corre del día a día, frecuentemente se nos olvida, que es tan fácil dar alegría a otra persona.

Nos enseñan desde pequeños que debemos establecer metas y objetivos; que debemos trabajar muy duro para lograr ser exitosos. Llenamos nuestras cabezas con fórmulas y frases que prometen ser la clave para ser personas más productivas. Normalmente estos conocimientos nos dirigen a una actividad que de alguna forma nos da sustento y provee nuestras necesidades básicas.

Lamentablemente, en demasiados casos no enseñamos a nuestros jóvenes a ser “gente.” Aunque nos enseñan que hacer, no siempre captamos el cómo hacerlo. Como si fueran robots que salen de una fábrica nuestra juventud sale de la escuela y de la casa con mucho conocimientos sobre el mundo, aunque poco sobre la importancia de las relaciones humanas.

¡Ojala pudiese yo cambiar todo esto con unas breves líneas en este boletín!

Reconozco mis limitaciones y las de los demás. Entre más tiempo ruedo en este maravilloso camino que llamamos vida, más me doy cuenta de la importancia del contacto con el prójimo. Aunque es importante tener tiempo a solas para reflexionar y pensar, también lo es el compartir con los demás.

Cuando analizo lo que quieren la gran mayoría de los participantes en mis eventos, he llegado a la conclusión que hay una emoción que casi todos deseamos, ¡a menos que seamos masoquistas! Esta emoción es la felicidad. Aunque existan varias maneras de experimentar felicidad, las más fuertes se manifiestan cuando podemos disfrutarlas con otras personas.

Piensa por un momento en todas las personas que has conocido en tu vida. A menos que hayan pasado de esta realidad que llamamos vida a otra realidad que aún desconocemos, todos están haciendo algo en este instante. Están comiendo, conversando, leyendo, tal vez haciendo el amor u cualquier otra actividad.

He pensado en lo maravilloso que sería poder conectarme con estas personas con una simple transmisión de pensamientos y aunque estoy seguro que en momentos lo he logrado, me doy cuenta que podemos conectarnos instantáneamente con cualquier persona y en cualquier instante. Lo único que tenemos que hacer es estirar la mano, pulsar unos botones en un teléfono y como si fuera magia estamos hablando con otro ser en cualquier parte del mundo.

Con la invención de la computadora y de otras maneras de comunicación “virtuales,” frecuentemente se nos olvida que es igual de fácil levantar el auricular del teléfono, marcar unos números y conectarnos en vivo y directo con otro ser humano. Por la manera que más te provoca, una llamada telefónica, una nota personal, un correo electrónico o un abrazo fuerte; alegra el día de los seres que conoces. Estira tu mano hoy y toca el corazón de alguien porque mañana puede ser muy tarde…

¡ Es el Rebote lo que nos Lleva al Tope !

∞ Rob McBride ∞
LL II 1