¿Has sentido alguna vez la sensación de que todo el peso del mundo está sobre tus hombros?
Creo que todos hemos experimentado eso de vez en cuando. Problemas a nivel político y socio-económicos abundan en las noticias locales y a nivel mundial. Una inflación galopante, disturbios sociales y desacuerdos políticos que parecen irreconciliables suelen ser el pan de cada día para muchos.
Frente a estos múltiples desafíos, ¿qué podemos hacer?
Mientras que cada circunstancia es diferente, y no hay una sola respuesta que sirva para sanar todos los males; podemos comenzar con enfocarnos en llegar hasta la próxima curva. La vida es como un camino con rectas interminables, curvas peligrosas, subidas pronunciadas y bajadas profundas. Cada tramo que nos toca andar puede parecernos un sueño dorado o una pesada pesadilla.
Ante esto, lo mejor que podemos hacer cuando la dificultad se presente en el camino es enfocarnos en llegar hasta la próxima curva. Aunque decirlo resulta ser muy fácil, a veces puede ser sumamente difícil lograrlo. Sin embargo, consideremos que el recorrido de mil kilómetros comenzó con un solo paso en el camino y la única parte en la que podemos dejar nuestra huella es aquella que está directamente debajo de cada pisada.
Podemos añorar y hasta obsesionarnos con el hermoso final del camino y solo vivir para imaginar como sería llegar allá, pero insisto, lo único que podemos realmente vivir es lo que está aconteciendo en este momento, ahora. Es común angustiarnos por lo que ya pasó y preocuparnos por lo que viene, pero la verdad es que la única acción que podemos realizar es la de este momento. Ninguna angustia podrá cambiar lo que ya está hecho, y preocuparnos por algo que no ha llegado es un vano ejercicio que nos lleva directo a la frustración.
Al concentrarnos en llegar a la próxima curva en el camino, andaremos más livianos, comprendiendo que podemos dejar hecho lo que hecho está y reservar el mañana para mañana. Cada día con su afán. Dediquemos nuestro esfuerzo a lo que tenemos en nuestras manos, nuestro hoy. Vendrán días de esos en los que solo daremos uno o dos pasos, y habrá otros cuando sintamos que vamos en reversa. Pero luego tendremos de esos días cuando todo va “viento en popa” y podremos avanzar más en el camino, casi sin tocar el suelo.
Mantenernos de pie, viendo hacia el frente, dando un paso a la vez, perseverando uno tras otro es la mejor manera de llegar más lejos. ¿Has pensado alguna vez en la cantidad de gotas necesarias para llenar un río? Cada una, por si sola e individualmente, no tiene mucho impacto pero al unirse, crean ríos majestuosos y lagos magníficos.
Concentra tu esfuerzo en lo que puedes hacer hoy para llegar a donde quieres estar mañana, tomando cada día los pasos necesarios para llegar. Recuerda que Roma no se construyó en un día y la vida no es un evento aislado, sino un conjunto de hechos que conforman el camino. Haz lo que está dentro de tu poder para manejar cada situación que surge y al dar tu mejor esfuerzo a diario. Llegaremos de manera más placentera y menos cansados a donde queremos estar, al enfocar nuestro presente en llegar hasta la próxima curva en el camino.
∞ Rob McBride ∞
LL IV 22