Podemos aprender de todo. Aún teniendo la infinita inteligencia del ser humano podemos aprender de las cosas más sencillas. La tierra provee un mecanismo maravilloso que propicia la vida en todas sus formas. Aunque no siempre presenta una vía fácil, suministra lo necesario para la abundancia.
Tomemos el ejemplo de un árbol que comienza como una semilla que a su vez es el resultado de un proceso “perfecto” de fertilización. La semilla cae al suelo cerca de su progenitor o embarca en un vuelo a otro lugar sobre las alas del viento. Cuando llega a su destino inmediatamente encuentra adversidad en varias formas. Frecuentemente, termina siendo comida para un pájaro u otro animal. En el mejor de los casos, la lluvia y el viento proveen justo lo que se requiere para que la semilla inicie un largo viaje que culmina en un árbol grandioso.
Los primeros días y semanas de la vida del árbol son críticas para su crecimiento. Un animal puede terminar el proceso arrancando el árbol de sus raíces de una buena vez. De la misma forma, una tormenta puede acabar con el arbolito en un instante. Por más extraño que parezca, son estas mismas adversidades que dan fuerza al árbol. El árbol que crece sin la adversidad del viento no logra establecer un sistema fuerte de raíces que le permita sobrevivir las dificultades por venir.
A través de todo, el árbol persevera en las situaciones más adversas y de hecho se fortalece con cada nueva adversidad. Aunque bien es cierto que el árbol no piensa y no es tenaz por voluntad, si lo es por naturaleza. Nosotros podemos aprender de esta tenacidad para superar situaciones de desafío en nuestras propias vidas.
Solemos pensar que la adversidad que nos acecha en cada instante como algo negativo que tenemos que aguantar y tolerar. Huimos de la incomodidad buscando refugio en lo cómodo. Sin embargo, son estas adversidades que nos moldean como personas. Los que nunca han enfrentado a la adversidad frecuentemente viven una existencia sin significado y sin emoción. Aunque algunos quisiéramos vivir con un poco menos significado y emoción, ¡son éstas las que forman una base sólida que nos permite seguir adelante a pesar de cualquier adversidad!
Miles de árboles nos rodean y cada uno de ellos es especial con su propia historia de supervivencia. De la misma forma cada uno de nosotros es especial. Todos somos el producto de una selección natural que contempla una serie de adversidades que hemos sobrevivido. Son éstas las que definen lo que somos hoy. En vez de huir de la adversidad, podemos tener La Tenacidad de un Árbol y verla como nuestro mejor aliado para fortalecernos en este viaje maravilloso.
∞ Rob McBride ∞
LL II 6