“¿Qué es lo más importante que debo saber de la vida?” preguntó el discípulo al maestro.
El maestro sonrió y dijo, “Es mejor que lo busques y que lo encuentres con tu propia experiencia,” comenzó. “Quiero que vayas por el mundo en busca de lo más importante y que me traigas la respuesta en cinco años.”
Al cabo de los cinco años llegó el discípulo y colocó diez libros frente al maestro. “He resumido lo que considero que sea lo más importante que debo saber de la vida en estos libros.”
El maestro tomó uno y pasó su mano por el cuero fino que encerraba las páginas de sabiduría. Lo abrió y revisó sus páginas. “Has hecho muy bien hijo y te prometo que leeré cada uno de estos volúmenes con mucho cariño, pero es demasiada información. Quiero que vayas nuevamente por el mundo y que en cinco años regreses con algo más conciso y preciso.”
El discípulo obedeció y al cabo de cinco años regresó, aunque esta vez con un solo libro que colocó en frente del maestro, quien lo abrió y comenzó a leer varias partes. Sonrió y le comentó, “Nuevamente has hecho un excelente trabajo hijo y te estás llegando a la respuesta de lo que estamos buscando. Aún así, sigue siendo demasiada información. Quiero que seas más conciso hijo. Ya sabes qué hacer.”
A los cinco años llegó nuevamente el discípulo, esta vez con una sola hoja que colocó con mucho cariño en frente del maestro quien levantó el papel y lo leyó con detenimiento. Después de haber leído el escrito, sonrió y dijo, “Has aprendido mucho y veo que te vas acercando.”
Ahora visiblemente molesto, el discípulo contestó, “¿Acercando? ¿Cómo puede ser que aún no está satisfecho maestro? ¿Qué debo hacer?”
“Quiero que condenses lo más importante de la vida en una sola palabra,” respondió el maestro nuevamente con una sonrisa.
A los cinco años llegó el discípulo que ya se había convertido en un hombre exitoso y le dijo al maestro, “Creo que ya tengo la respuesta maestro.”
“A ver hijo, ¿cuéntame primero como llegaste a la respuesta?”
“Llegué bastante rápido a la conclusión de que lo más importante en la vida es ser feliz pero eran dos palabras. Luego después de varios años aún no lograba la respuesta. Fue entonces que pensé en cada una de nuestras conversaciones y llegué a la respuesta que me usted me había dado desde un principio. La felicidad está directamente relacionada con nuestra actitud y nuestra actitud se evidencia en nuestra expresión.”
El maestro siguió escuchando con mucho interés a la explicación de su discípulo.
“¡Maestro, lo más importante en la vida es S O N R E I R !”
El maestro sonrió y estaba contento…
∞ Rob McBride ∞
LL III 3