Viene un momento cuando tenemos que decir, “Luces, Cámara, ¡Acción!” Todos somos actores en la vida. William Shakespeare lo expresó de esta manera:
“Todo el mundo es un escenario,
Y todos los hombres y mujeres meros actores:
Tienen sus salidas y sus entradas;
Y un hombre en su vida juega muchos roles…”
Cada día que salimos de nuestras casas por la mañana somos actores. Aunque nuestros roles sean diferentes, todos estamos en la mira de los demás. Algunos somos vendedores, otros doctores, abogados, ingenieros, docentes o un sin fin de otras ocupaciones y profesiones. Mientras que es sano e importante ser en armonía con lo que sentimos y hacemos, al mundo no le importa si nos sentimos bien o mal. Lo esencial es nuestra “actuación” en un momento determinado.
Veamos un ejemplo. Cuando un paciente entra a una intervención quirúrgica, no le importa si el cirujano está bravo con su esposa, tiene un desafío económico y le duele el estómago. ¡Lo único importante para el paciente es que haga bien su trabajo! Obviamente el rendimiento del doctor va a ser distinto dependiendo del día y las circunstancias. No obstante, más vale que se levante de su vaivén emocional para cumplir con su paciente.
Lo mismo ocurre con todos nuestros trabajos. Mientras que nuestros seres queridos y amigos más cercanos pueden ser de gran apoyo en un momento de dificultad, al resto del mundo no le importa lo que estamos sintiendo o experimentando. Imaginemos la siguiente situación. Un cliente entra a un concesionario de autos y le pregunta al vendedor, “¿Cómo estás?” Imagina si el vendedor respondiera, “A mi hijo le va mal en el colegio, no me han pagado mis comisiones desde el mes pasado, el dueño de mi apartamento me lo ha pedido y estoy deprimido.” ¿Realmente nos interesa saber tantos detalles?
Aunque esta es una exageración, es frecuente mostrar estas mismas palabras a través de nuestro lenguaje corporal y actitud hacía la vida. No hace falta que preguntemos a una persona, “¿Cómo te sientes?” En la gran mayoría de los casos, es obvio por su comportamiento y forma de ser cómo se está sintiendo. Incluso para las personas que más conocemos, sabemos inmediatamente como se sienten.
Como todos, he aprendido muchísimo de mis padres. Mi linda mamá falleció en paz y tranquilidad el 18 de octubre. Como resultado, he reflexionado sobre lo que he aprendido de ella. Mientras que fueron muchas cosas, la más valiosa es aprender que viene un momento cuando tenemos que levantarnos diciendo, “Luces, Cámara, ¡Acción!” y salir al escenario con brío y confianza.
Todos somos actores en la vida. No siempre vamos a sentirnos bien. No todo en el mundo es, “bello, bonito y barato.” No es realista pensar que siempre vamos a estar motivados y energizados. Sin embargo, los que logran sacudirse y salir al escenario con una sonrisa y una excelente actitud los que van a lograr hazañas extraordinarias. Seamos super estrellas cuando salimos al escenario con un esfuerzo constante de dar nuestro mejor trabajo en este maravilloso teatro que llamamos vida.
∞ Rob McBride ∞
LL II 29