Lunar Letter / Rompecabezas

La vida es como un rompecabezas…

Desde que nacemos, vamos armando nuestra obra de arte. Al principio somos un conjunto de piezas sin sentido y sin dirección. Nuestra familia, nuestros amigos y nuestro entorno van formando los límites y los bordes.

Cada situación y cada circunstancia que vivimos forma parte del rompecabezas, todas las piezas van encajando poco a poco. Los colores se componen de los participantes y los acontecimientos del día a día. El resultado final va cambiando, dependiendo de cada pieza que se coloca a diario en el cuadro. Los que tienen más importancia y presencia en nuestras vidas aumentan en tamaño y se convierten en protagonistas de nuestro cuadro de vida.

El progreso de algunas áreas puede quedarse estancado por mucho tiempo. Por ejemplo, alguien que entró a nuestra vida puede quedarse distante y aislado de todos los demás. Con el tiempo formará parte del fondo o se destacará como actor principal. Entre más atención prestemos a cada persona y a cada aspecto de nuestra vida, más resaltará en nuestra obra de arte.

Parte por parte vamos armando nuestro cuadro. Nuestro lienzo comienza en blanco cuando nacemos y la última pieza se coloca el día que partimos de esta realidad que conocemos a otra realidad aún desconocida.

Pensamientos y acciones llenos de rencor y odio plasman colores oscuros y opacos.

Pensamientos y acciones llenos de amistad y alegría plasman colores bellos y brillantes.

Nosotros determinamos cuáles serán las personas y las actividades que tomarán un rol más significativo en nuestra obra de arte. Estos pueden ser familia, amigos, colegas, vecinos, trabajo y diversión. Todos están allí en nuestro cuadro.

¿Cómo te gustaría que sea tu obra de arte?

¿Cuáles serían los colores y las imágenes que le den vida?

¿Cuáles serían las personas y las situaciones que tomen un rol principal?

Lo más bello de la vida es que nosotros vamos creando nuestra obra de arte todos los días con nuestros pensamientos y nuestras acciones.

Es importante saber que las personas que predominan en nuestra reflexión y atención no necesariamente tienen que estar con nosotros físicamente. Tomemos un ejemplo…

Piensa por un momento en una persona que amas con todo tu alma pero que no está contigo en este instante. Ahora, cierra tus ojos y piensa en su sonrisa, sus gestos y su risa…

En un milisegundo traemos esta persona a nuestra realidad. Sus consejos, su amor y su presencia están con nosotros cuando queramos. Estas personas también forman parte de nuestra existencia.

Creamos nuestra propia realidad armando nuestro rompecabezas. Procuremos armarlo con las mejores piezas posibles. En nuestro día a día podemos dar nuestro mejor esfuerzo para pintar colores bellos y brillantes. Podemos asegurar que las personas y los elementos que queremos que predominen en nuestro cuadro sean las piezas recipientes de nuestro tiempo, energía y esfuerzo.

∞ Rob McBride ∞
LL III 11