Todos queremos ser felices.
Aunque este “gran” descubrimiento podría parecer obvio, lo que no es tan obvio es cómo llegar a este estado ideal.
Todo lo que hacemos se relaciona con nuestra búsqueda de la felicidad. La pareja que escogemos, el trabajo que elegimos, nuestra decisión de tener o no hijos e inclusive las personas con quienes nos relacionamos. En el camino estas decisiones frecuentemente parecen ser equivocadas y en vez de traer felicidad, traen angustia y agonía.
¿Qué pasó?
¿Realmente fue una elección errada o hay algo más allá que ha ocurrido? No son “las cosas” o “las personas” que provocan “infelicidad”, sino nuestra percepción sobre lo que está aconteciendo. No obstante, hay tres características que nos permiten ser más felices en cualquier situación. Procuremos tener las siguientes características.
SALUD: Una persona saludable tiene mucha más posibilidad de ser feliz. Esto no implica que una persona con mala salud no sea capaz de ser feliz, sino que ser sano propicia la felicidad. Cuando comemos bien y realizamos ejercicio físico con regularidad, nuestra energía y ánimo cambian inmediatamente de una manera positiva. Para lograr metas y objetivos es imprescindible contar con los recursos necesarios para su obtención. Mientras que algunos de estos elementos están “fuera” de nuestro control, muchos están “dentro” de nuestro control. Cuidar nuestro cuerpo como si fuera un templo sagrado y no una ruina destruida nos da fuerza, vigor y valor para lograr lo que más deseamos.
SABIDURÍA: El sabio tiene problemas como cualquier otra persona. Lo que le hace diferente a los demás es que logra ver el mundo desde otra perspectiva. Los desafíos son constantes desde nuestra primera respiración. Los que logran ver los obstáculos como una parte normal y corriente de la vida logran fluir en vez de resistir. El que continuamente se entrega a saber más sobre su mundo y su persona descubre rápidamente que es una búsqueda sin fin. Aquello que desconocemos siempre supera a lo que conocemos. Aún así, el poder y valor de una idea no tiene límite. Cuando estamos dispuestos a crecer constantemente, la vida se convierte en una aventura a disfrutar en vez de un cargo a cumplir.
PROSPERIDAD: Si podemos elegir entre ser “próspero” o “pobre,” no cabe duda que escogeríamos la prosperidad. Veamos diferentes tipos de prosperidad. A pesar de lo que muchos piensan, la prosperidad material es importante. Cualquier persona que diga que el dinero “no es importante,” no ha ido recientemente al supermercado. Necesitamos la prosperidad material para asegurar que nuestro tiempo en este camino maravilloso sea más placentero. También hay prosperidad interna y ésta no tiene límites. En este instante todos podemos ser más “prósperos” simplemente dando gracias por todo lo que tenemos en vez de lamentar todo de lo que no tenemos. La prosperidad se mide tanto en nuestra cuenta bancaria como también en nuestra cuenta emocional.
Ser feliz es una decisión mas no una obligación. Cuando logramos ser sanos, sabios y prósperos nuestra felicidad fluye y no obstruye.
∞ Rob McBride ∞
LL II 35