Lograr lo que más deseamos en la vida es una cuestión de enfoque. Donde concentremos nuestra atención, recursos y actividad determina los resultados que obtenemos.
Aunque sabemos que esto es así, no siempre nos enfocamos en lo que más deseamos. Frecuentemente, el día a día con su turbulencia nos lleva a otros destinos. Como es el caso de navegar un barco en alta mar durante una fuerte tormenta, es imprescindible mantener nuestra mano firme en el timón para asegurar que no lleguemos a otro destino.
El viento de la vida sopla duro y a veces llega con la fuerza de un huracán. Por eso es común desenfocarnos de lo que más anhelamos. Un ejercicio sencillo y poderoso consiste en anotar todas las actividades y el tiempo necesario para realizarlas durante un día. Cuando analizamos los resultados, es común darnos cuenta que nuestro tiempo se disipa en actividades que no tienen nada que ver con nuestros objetivos.
La gran mayoría de nosotros tenemos claro lo que queremos en la vida. Cuando consideramos lo que hacemos, no siempre coincide con lo que aspiramos. Es allí cuando podemos cambiar nuestro enfoque y así asegurar los resultados que deseamos.
Sentarnos y dedicar un tiempo específico para lograr un objetivo no es nada fácil. Entre las demandas de nuestra familia, nuestro trabajo y los demás, ¿cómo es posible enfocarnos en una sola cosa?
La misma tecnología que ha sido responsable para aumentar la productividad de las personas y las organizaciones es ahora un obstáculo para lograr enfocarnos en una actividad específica. A cada rato viene un mensaje de texto, una llamada por teléfono, un mensajito por MSN Messenger, una solicitud para ser amigos de alguien por Facebook, una llamada referente a un pago inesperado y una infinidad de otras distracciones.
Si no lo cuidamos, nuestro tiempo se desliza por nuestros dedos cumpliendo los intereses de los demás. Si bien muchas de estas actividades crean placer y nuestro poder de comunicar con otro ser en cualquier momento es increíble, es importante preguntar, “¿A qué costo?”
Cuando estamos enfocados en satisfacer las necesidades de un cliente específico, generalmente lo logramos. Cuando estamos enfocados en realizar ejercicio físico, vemos los resultados en nuestro cuerpo y en nuestra energía. Cuando estamos enfocados en cortejar a una persona que nos interesa, logramos que nos presten más atención. Cuando estamos enfocados en realizar cualquier actividad, damos pasos gigantescos para su realización.
No es la vida, ni las demás personas que nos obstaculizan para lograr lo que más queremos. Es una falta de enfoque para dedicar el tiempo necesario para su obtención. La próxima vez que sintamos que la vida se nos desliza por los dedos como la arena del tiempo, apaguemos el celular, cerremos el correo electrónico y salgamos del Messenger. Así podemos tomar el timón de la vida y tomar acción para dirigir nuestra dirección porque lograr lo que más deseamos es una cuestión de enfoque.
∞ Rob McBride ∞
LL II 24