La lucha que en estos momentos se libra por el poder en Venezuela, es la misma lucha que ha ocurrido desde el comienzo del tiempo en el reino de la naturaleza.
El poder suele ser algo que nosotros, los seres humanos, en algún momento codiciamos. Puede que no haya entre nosotros alguno lo suficientemente maduro para aceptarlo, o quizás seamos más bien muy temerosos para admitirlo; pero todos hemos querido tenerlo y/o usarlo aunque sea por un rato.
No es común que la persona que tiene el control decida soltarlo sin pelear. Es sabroso ser el que manda. Que todos brinquen cuando digas, “Brinca” y canten cuando digas, “Canta” suena sabroso. Un estilo de liderazgo autoritario puede que logre los objetivos deseados a corto plazo, e inclusive consolide el control, pero a la larga suele dejar muchos descontentos con el proceso. Hay también otras maneras de ejercer el control y poder, de una forma más sutil, pero el resultado en todos los casos es igual. A la hora del cambio de poder, hay resistencia pero la ley natural elige el ganador sin piedad o perjuicio. El que sea más fuerte y adaptable al cambio gana y el perdedor huye buscando refugio, si es que puede.
Los cambios en el poder han sido frecuentes y constantes históricamente. Ningún imperio ha permanecido para siempre. El más joven y ambicioso reta al más experimentado y poderoso hasta lograr su cometido. Mientras que el que tiene el poder logra combatir a sus enemigos con la fuerza y el apoyo de sus aliados, mantiene el control. Cuando ya no puede más con la arremetida de su rival, bien sea a través de una grieta en su armadura o por una gran batalla, simplemente lo pierde, y entonces el poder reposa en el más fuerte y adaptable.
La lucha por el poder en Venezuela acapara el interés del mundo en este momento y tal como suena el río, lo que ocurra promete ser histórico. Debido al avance de las comunicaciones modernas, ahora millones de personas están pendientes en todas partes, y pueden ser testigos de primera mano de los acontecimientos diarios que mantienen al país al filo del punto de quiebre.
Las preguntas en la mente de tantas personas ahora son:
¿Logrará el régimen actual consolidar su poder y seguir, o habrá una fisura que permita derrumbarlo y cambiarlo por una nueva vanguardia?
¿El pueblo estará ganado a la idea de dejar su cómoda posición y a su vez luchar trabajando honestamente por un país que nos necesita?
¿Si se logra un cambio en el poder, los nuevos estarán preparados para manejar un país donde hay tanta división?
Éstas y otras preguntas surgirán en el camino. Sin duda veremos como la naturaleza toma su cause, dejando que el más fuerte y el que mejor se adapte sea quien resulte vencedor en esta lucha por el poder.
∞ Rob McBride ∞
LL IV 24