¿Has notado alguna vez que llevamos nuestro propio clima por dentro?
A veces nos sentimos brillantes y soleados, otras tenues y sombríos. El clima exterior puede influir, y a menudo lo hace en la forma en que nos sentimos por dentro, pero este no es necesariamente el caso, ni tiene por qué serlo.
Hay días en los que nos despertamos con ánimo, celebrando el día y listos para trabajar; y otros cuando todo lo que realmente queremos hacer es cubrirnos la cabeza con la cobija y quedarnos en cama. Muchas circunstancias influyen en nuestro propio clima interno, incluyendo nuestra salud, nuestras emociones, el clima afuera y el clima dentro de quienes nos rodean. Es más, podemos pasar de sentirnos verdaderamente fabulosos a absolutamente terribles en un instante.
¿Qué hay detrás del clima que tenemos dentro?
¿Por qué es tan variable y qué podemos hacer para mejorarlo?
Similar al clima exterior, el nuestro está en un estado de cambio constante. La presión barométrica indica cambios en el clima, para bien o para mal. Así también nuestros propios pensamientos y emociones indican hacia dónde se dirige nuestro clima interno.
Todos tenemos diferentes detonadores que afectan cómo nos sentimos. Algunas personas pueden hacer daño a otras, engañar, robar y tal vez incluso matar a otras, sin sentir ni una gota de remordimiento; mientras que otros estarán destrozados durante días por causa de una pequeña discusión. Algunos de nosotros podemos cambiar nuestro clima interior en un abrir y cerrar de ojos, mientras que otros dan muchas vueltas tambaleados a su voluntad.
Ninguno de nosotros somos iguales. No hay una respuesta sencilla que funcione para todos. Sin embargo, ofrezco algunas ideas para optimizar tu propio clima por dentro:
Llena tu mente con ideas y pensamientos positivos.
Comprende que solo porque está lloviendo afuera, no hace falta llorar por dentro.
Toma en cuenta que por terrible que sea tu clima interior, la esperanza se renueva con cada nuevo día.
Haz ejercicio y come bien para dar a tu cuerpo la energía que necesita para optimizar tu propio clima interior.
Rodéate de personas que son soleadas por dentro, ofreciéndoles algo de nuestro sol cuando están abrumados.
Decide ser un termostato, siendo el dueño de tu propio clima; en lugar de un termómetro, no más reflejando la temperatura del ambiente.
A medida que cambia el clima exterior, también el medio ambiente cambia. Después de la lluvia viene el sol, después del invierno viene el verano, después de la oscuridad viene la luz. Quizás nosotros también podamos aprender a comprender que las lecciones más duras de la vida a menudo traen consigo las lecciones más importantes.
Si bien esto es mucho más fácil decirlo que hacerlo, podemos influir positivamente en nuestro clima interior. El viento, la humedad y la temperatura afectan el clima exterior. Cuando nos damos cuenta de que nuestra salud, nuestras emociones y, sobre todo, nuestros pensamientos, crean nuestro propio clima interior, podemos manejar mejor nuestro clima para que sea brillante y soleado, en vez de oscuro y sombrío.
∞ Rob McBride ∞
26 de mayo de 2021
LL V 12