Decidí…

Y así después de esperar tanto, un día como cualquier otro decidí triunfar…

Decidí no esperar a las oportunidades sino yo mismo buscarlas,

Decidí ver cada problema como la oportunidad de encontrar una solución,

Decidí ver cada desierto como la oportunidad de encontrar un oasis,

Decidí ver cada noche como un misterio a resolver,

Decidí ver cada día como una nueva oportunidad de ser feliz.

Aquel día descubrí que mi único rival no eran más que mis propias debilidades, y que en éstas, está la única y mejor forma de superarnos,

Aquel día dejé de temer  a perder y empecé a temer a no ganar,

Descubrí que no era yo el mejor y que quizás nunca lo fui, me dejó de importar quién ganara o perdiera, ahora me importa simplemente saberme mejor que ayer.

Aprendí que lo difícil no es llegar a la cima, sino jamás dejar de subir.

Aprendí que el mejor triunfo que puedo tener, es tener el derecho de llamar a alguien “Amigo”.

Descubrí que el amor es más que un simple estado de enamoramiento, “el amor es una filosofía de vida”.

Aquel día dejé de ser un reflejo de mis escasos triunfos pasados y empecé a ser mi propia tenue luz de este presente;

Aprendí que de nada sirve ser luz si no vas a iluminar el camino de los demás.

Aquel día decidí cambiar tantas cosas… aquel día aprendí que los sueños son solamente para hacerse realidad, desde aquel día ya no duermo para descansar…

Ahora simplemente duermo para soñar!

~ Walt Disney

Create a Destiny…

If you create an act, you create a habit.  If you create a habit, you create a character.  If you create a character, you create a destiny.
 
~ Andre Maurois

Lunar Letter / A Time for Everything

There is a time for everything and everything has its time…

Recently, while thinking about all things which occur in our lives, I realized many are considered “good” or “bad,” “right” or “wrong.” As I analyzed the meanings of each, I readily understood there is neither good nor bad; right nor wrong. Instead, there are so many different shades of grey.

Depending on the circumstances “good” can be “bad,” and “bad” can be “good.” At other times “right” can be “wrong” and “wrong” can be “right.”

Frequently we say, “Why do I have to go through this difficult time?” Nevertheless, there is a time for everything and everything has its time. Based on this idea, I began a word play and the following phrases flowed through my fingers.

A time to work,
a time to play…

A time to challenge,
a time to accept…

A time to celebrate,
a time to congratulate…

A time to trust,
a time to doubt…

A time to be alone,
a time to be social…

A time to move,
a time to stay…

A time to laugh,
a time to cry…

A time for yin,
a time for yang…

A time to be,
a time not to be…

A time to talk,
a time to listen…

A time to fly,
a time to crawl…

A time to create,
a time to destroy…

A time to eat,
a time to digest…

A time to invigorate,
a time to calm…

A time for me,
a time for you…

A time to teach,
a time to learn…

A time to give,
a time to take…

A time to go,
a time to stop…

A time to simplify,
a time to complicate…

A time to dream,
a time to act…

A time to project,
a time to reflect…

A time to win,
a time to lose…

A time to succeed,
a time to fail…

A time to write,
a time to read…

A time to nurture,
a time to be nurtured…

A time to be bold,
a time to be meek…

A time to plant,
a time to harvest…

A time to flow,
a time to change…

A time to live,
a time to die…

A time to Rock,
a time to Roll…

I shared part of this idea on my blog and a friend told me, “Rob, this is just like what it says in The Bible!”

“A time to live, a time to die…” seemed to ring a bell and quick search on the internet led me to Ecclesiastes 3: 1-8

For everything there is a season, and a time for every matter under heaven:
A time to be born, and a time to die;
A time to plant, and a time to pluck up what is planted;
A time to kill, and a time to heal;
A time to break down, and a time to build up;
A time to weep, and a time to laugh;
A time to mourn, and a time to dance;
A time to throw away stones, and a time to gather stones together;
A time to embrace, and a time to refrain from embracing;
A time to seek, and a time to lose;
A time to keep, and a time to throw away;
A time to tear, and a time to sew;
A time to keep silence, and a time to speak;
A time to love, and a time to hate;
A time for war, and a time for peace…

What I had expressed, was in fact, a twist on thoughts I had previously heard and which were eloquently written thousands of years ago in The Bible. The words jumped out at me! I reached for the nearest bible and read the entire chapter of Ecclesiastes. The following words burned in my brain and danced before my eyes. Ecclesiastes 1: 9–10

What has been will be again, what has been done will be done again; there is nothing new under the sun.

Is there anything of which one can say, “Look this is something new!” It was here already, long ago; it was here before our time. As I read, I was faced with a truth so old, so tested and so evident. Knowledge is universal. The knowledge which comes from others and from me is simply the knowledge of the universe which flows through us.

What, you may ask, is the relevance of all of this and why should it matter?

As I wrote the lines for “Time for Everything,” I realized the same train of thought could go on forever. We can take any emotion, thought or event and by phrasing it together with its opposite, we find there is, in fact, a time for everything.

The next time you wonder why you are going through a difficult time; remember this is the time for that particular thought, emotion or event. More importantly, it is happening at precisely the right time. The question we should ask is: “What can I learn from this situation?” rather than “Why do I have to go through this situation?” Be it “good” or “bad,” “right” or “wrong,” there is a time for everything and everything has its time.

∞ Rob McBride ∞
LL II 22

Lunar Letter / Un Momento para Todo

Hay un momento para todo y todo tiene su momento…

Recientemente reflexionaba sobre los acontecimientos de la vida. Me dí cuenta que normalmente los calificamos como “buenos” o “malos,” “correctos” o “incorrectos.” Mientras analizaba el significado de cada uno, concluí que no hay ni buenos ni malos; correctos ni incorrectos sino una gran gama de tonalidades grises.

Dependiendo de las circunstancias lo que es “bueno” puede ser “malo,” y lo que es “malo” puede ser bueno. En otros momentos lo que es “correcto” puede ser “incorrecto” y lo que es “incorrecto” puede ser “correcto.”

Con frecuencia exclamamos, “¡No quiero que esto ocurra!” No concuerdo con esta angustia porque hay un momento para todo y todo tiene su momento. En base a esta idea comencé a escribir juegos de palabras que fluían de mi mente a mis dedos.

Tiempo para trabajar,
tiempo para jugar…

Tiempo para retar,
tiempo para aceptar…

Tiempo para vivir,
tiempo para morir…

Tiempo para confiar,
tiempo para dudar…

Tiempo para estar solo,
tiempo para compartir…

Tiempo para celebrar,
tiempo para felicitar…

Tiempo para reír,
tiempo para llorar…

Tiempo para yin,
tiempo para yang…

Tiempo para avanzar,
tiempo para permanecer…

Tiempo para hablar,
tiempo para escuchar…

Tiempo para volar,
tiempo para arrastrar…

Tiempo para ser,
tiempo para no ser…

Tiempo para comer,
tiempo para digerir…

Tiempo para agitar,
tiempo para calmar…

Tiempo para crear,
tiempo para destruir…

Tiempo para enseñar,
tiempo para aprender…

Tiempo para dar,
tiempo para recibir…

Tiempo para mí,
tiempo para ti…

Tiempo para simplificar,
tiempo para complicar…

Tiempo para soñar,
tiempo para actuar…

Tiempo para proyectar,
tiempo para reflejar…

Tiempo para ganar,
tiempo para perder…

Tiempo para triunfar,
tiempo para fracasar…

Tiempo para escribir,
tiempo para leer…

Tiempo para nutrir,
tiempo para ser nutrido…

Tiempo para ser extrovertido,
tiempo para ser introvertido…

Tiempo para fluir,
tiempo para cambiar…

Compartí la idea en mi blog y una amiga me dijo, “Rob, ¡este es parecido a lo que dice en La Biblia!” Lo que pensé que había creado tan espléndidamente ¡había sido expresado elocuentemente hacía miles de años.

Hice una búsqueda en el Internet de la frase:

“Tiempo para vivir, tiempo para morir.”

Encontré el libro de Ecclesiastes 3: 1-8

Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol:
Un tiempo para nacer y un tiempo para morir,
Un tiempo para plantar y un tiempo para arrancar lo plantado;
Un tiempo para matar y un tiempo para curar,
Un tiempo para demoler y un tiempo para edificar;
Un tiempo para llorar y un tiempo para reír,
Un tiempo para lamentarse y un tiempo para bailar;
Un tiempo para arrojar piedras y un tiempo para recogerlas,
Un tiempo para abrazarse y un tiempo para separarse;
Un tiempo para buscar y un tiempo para perder,
Un tiempo para guardar y un tiempo para tirar;
Un tiempo para rasgar y un tiempo para coser,
Un tiempo para callar y un tiempo para hablar;
Un tiempo para amar y un tiempo para odiar,
Un tiempo de guerra y un tiempo de paz.

¡Las palabras se salieron de la pantalla mientras las leía! Tomé La Biblia y leí el libro completo de Ecclesiastes. Las siguientes palabras se grabaron en mi mente mientras bailaban frente a mis ojos. Ecclesiastes 1: 9-10

Lo que fue, eso mismo será; lo que se hizo, eso mismo se hará: ¡no hay nada nuevo bajo el sol!
Si hay algo de lo que dicen: “Mira, esto sí que es algo nuevo”, en realidad, eso mismo ya existió muchísimo antes que nosotros.

Mientras leía, me enfrenté con una verdad antigua, probada y evidente. El conocimiento es universal. Las ideas que vienen de otros y de mí son simplemente ideas del universo que fluyen a través de nosotros.

Puedes estar preguntando, “¿Cuál es la relevancia de todo esto para mi vida y por qué es importante?”

Mientras escribía las frases de “Un Momento para Todo,” me di cuenta que estas analogías son infinitas. Podemos tomar cualquier emoción, pensamiento o acontecimiento y al colocarlo junto a su opuesto, encontramos que hay Un Momento para Todo.

La próxima vez que estés pasando por un momento difícil recuerda que ese es el instante preciso para esa emoción, pensamiento o acontecimiento. Está sucediendo justo cuando tiene que ser. La pregunta que debemos postular es, “¿Qué puedo aprender de este momento?” en vez de, “¿Por qué tengo que pasar por este momento?” Ya sea “bueno” o “malo,” “correcto” o ¿incorrecto,” hay un momento para todo y todo tiene su momento.

∞ Rob McBride ∞
LL II 22