The road we take is influenced by many factors. Analyze each option carefully and then go with your heart.
∞ Rob McBride ∞
SS VIII iii 22
Lighthouse of ✌️ 🙏 ❤️ / Faro de ✌️ 🙏 ❤️
The road we take is influenced by many factors. Analyze each option carefully and then go with your heart.
∞ Rob McBride ∞
SS VIII iii 22
El camino que tomamos se influye por muchos factores. Analiza cada una con cuidado y luego sigue tu corazón.
∞ Rob McBride ∞
SE VIII iii 22
Considera este día como un nuevo comienzo y haz lo que tiene que ser hecho. Cada día es una nueva oportunidad para comenzar de nuevo.
∞ Rob McBride ∞
SE VIII iii 21
Consider this day as a new beginning and do what must be done. Each day is a new opportunity to begin again.
∞ Rob McBride ∞
SS VIII iii 21
Stop and consider everything for which you can be grateful. There’s no doubt it’s a plateful.
∞ Rob McBride ∞
SS VIII iii 20
Toma una pausa y considera todo por lo cual puedes agradecer. Seguro será más de lo que imaginas.
∞ Rob McBride ∞
SE VIII iii 20
Many of us yearn for them and not all of us get to enjoy them…
What are the golden years and what can we do to get to them without having to wait so long?
Traditional thought contemplates working 40 or 50 years in a company in order to have a retirement, allowing us to live the last years of our lives in peace and tranquility. While in the history of humanity this concept is relatively new, it is much like chasing after a pot of gold at the end of the rainbow. During our working lives we want to get there, to that ideal state of not having to work; but the closer we get, the farther it seems to be and when we think we have gotten there, it frequently goes away.
Although it might sound improbable and difficult to do, how about retiring right now? The word “jubilare” in Latin means to “shout with joy”, and this same word in romance languages also means to retire. I propose we begin express joy starting right now, instead of waiting so many years to do so.
Traditionally, people worked until their health permitted. When they could no longer work due to sickness or physical limitations, their family or friends helped them subsist. It wasn’t until the 18th century when the idea of giving a monthly stipend to people who reached a certain age was introduced. In the 19th century several companies began giving their employees a pension after a required number of years of service.
In 1883, the German Chancellor, Otto Von Bismark announced the payment of a pension to Germany’s citizens when they reached the age of 65. It was a direct response against the rising popularity and power of the Marxist movement in his country. And so, Germany became the first country to offer a payment allowing people to live well in their golden years.
Is it necessary to wait until 65 years of age to express joy and enjoy the rest of our lives?
What can we do to shout with joy before getting to the age which for so many signifies the golden years?
The primary thing we need to do is to enjoy what we are doing now, and this isn’t always easy. For 17 years, as a financial consultant, I helped many people plan for their golden years by establishing a solid economic base allowing them to do so. In all that time, it seemed interesting to me that my clients’ happiness wasn’t determined by their profession, their job, or the amount of money they made, rather by their attitudes towards what they were doing. I met people with many titles, professionals, who made a lot of money, who were some of the most miserable souls I have known. I met others with no fancy titles, humble jobs, making little money who were some of the happiest people I’ve met.
Our “Golden Years” can begin now with a positive attitude toward our work, our colleagues, ourselves and our environment. Our attitude toward what we do is fundamental. If you don’t like what you are doing or where you are right now, begin planning to do something else. In a nutshell, I love the way Facundo Cabral expresses the thought:
“Do only what you love and you will be happy. Those who love what they do are blessedly condemned to success, which will come when it should come, because what should be, will be and will come naturally.”
Enjoying each moment can convert you into a person filled with constant joy. This will allow you to “retire” and “shout with joy” giving and give a shine to your years, making them golden, without having to wait so long.
∞ Rob McBride ∞
LL IV 32
Muchos los anhelamos y no todos llegamos a disfrutarlos…
¿Qué son los años dorados y cómo podemos llegar a ellos sin tener que esperar tanto?
El pensamiento tradicional contempla trabajar por un lapso de 40 a 50 años en una empresa para poder tener una jubilación que nos permita vivir los últimos años de nuestra vida en paz y tranquilidad. Sin embargo, en la historia de la humanidad este concepto es relativamente nuevo, guardando similitud al cuento del tesoro que se encuentra al final del arco iris. Durante nuestra vida laboral muchos deseamos llegar a ese lugar deseado, en el que vamos a estar bien sin necesidad de trabajar, pero entre más avanzamos en años, más lejos parece estar, y cuando pensamos que al fin llegamos, frecuentemente se va.
Aunque podría sonar poco probable y difícil de hacer, ¿qué tal jubilarse desde ya? La palabra “jubilación” viene del verbo en latín “jubilare” que significa “gritar de alegría”. Propongo que comencemos a expresar nuestra alegría desde ahora mismo, en vez de esperar tantos años para hacerlo.
Tradicionalmente, las personas trabajaban hasta que la salud les permitía hacerlo. Cuando ya no podían más, por alguna enfermedad o limitación física, sus familiares o amigos les ayudaban a subsistir. No fue hasta el siglo XVIII cuando surge la idea de dar un estipendio mensual a las personas que ya contaban con cierta edad. En el siglo XIX varias compañías comenzaron a dar una pensión a sus empleados después de haber cumplido con un número determinado de años de servicio.
En el año 1883, el canciller de Alemania, Otto Von Bismarck anunció el pago de una pensión a sus ciudadanos cuando llegasen a la edad de 65 años. Fue una respuesta populista en respuesta directa contra los Marxistas, quienes en aquél momento estaban ganando poder y popularidad en su país. Y así fue que Alemania se convierte en el país pionero en ofrecer un pago que permitiera a las personas vivir bien en sus años dorados.
¿Acaso es necesario esperar a los 65 años para expresar nuestra alegría y disfrutar el resto de la vida?
¿Qué podemos a hacer para que nuestras expresiones sean gritos alegría antes de llegar a esa edad, que para muchos es cuando sus años se vuelven dorados?
Lo principal es disfrutar lo que uno está haciendo ahora, y eso no es poca cosa. Durante 17 años, como asesor financiero, ayudé a muchas personas planificar sus años dorados partiendo de una buena base económica. En todo ese tiempo, me pareció curioso que la felicidad de mis clientes no se determinaba por su profesión, trabajo y ni siquiera de la cantidad de dinero que ganaban, sino por su actitud hacia lo que hacían. Conocí personas con muchos títulos, profesionales muy codiciados y que ganaban mucho dinero, pero que de la misma manera eran miserables. También conocí personas sin títulos universitarios, con trabajos humildes y ganando poco dinero que eran de los seres más felices que he conocido.
¿Cuál es entonces la respuesta?
Nuestros “Años Dorados” pueden comenzar desde ya con una buena actitud hacia nuestro trabajo, nuestros colegas, nosotros mismos y nuestro entorno. Nuestra actitud hacia lo que hacemos es fundamental. Si no te gusta lo que estás haciendo o dónde estás ahora, comienza a planificar para hacer algo diferente. Me parece que Facundo Cabral resume este concepto:
“Haz solo lo que amas y serás feliz. El que hace lo que ama está benditamente condenado al éxito, que llegará cuando deba llegar, porque lo que debe ser, será y llegará naturalmente.”
Disfrutar cada momento puede convertirte en una persona llena de júbilo constantemente. Eso te permitirá llegar a “jubilarte” y podrás darle el brillo a tus años, convirtiéndolos en dorados, sin necesidad de esperar tanto tiempo.
∞ Rob McBride ∞
LL IV 32