¿Alguna vez has considerado cuántas cosas hace nuestro cuerpo sin que siquiera lo pensemos?
El corazón late, los pulmones respiran y el resto de nuestro cuerpo hace lo suyo a medida que realizamos nuestras acciones diarias. Me parece fascinante cómo se hace todo esto. Somos capaces de caminar erguidos sin caernos, comer y digerir nuestra comida, la mayor parte del tiempo sin darnos cuenta de todo lo que nuestro cuerpo hace para realizar las tareas más simples. Sin embargo, todo esto se hace de alguna manera, generalmente sin nuestro conocimiento.
Propongo que debemos tener pequeños hombres por dentro que se encarguen de todas estas cosas. ¿Te acuerdas de la biología? Supongo que estos pequeños hombres en realidad se llaman células, pero para mí ciertamente parecen un montón de trabajadores moviéndose en un esfuerzo coordinado con un sólo objetivo: mantenernos vivos y bien.
Sabemos que tenemos muchos tipos diferentes de células. A veces trabajan en armonía una con otra, y otras en oposición. Algunas de nuestras células mantienen nuestras funciones vitales, otras están en el cerebro, controlando virtualmente todos nuestros pensamientos y acciones. Otras están en el torrente sanguíneo y otras en la piel. Cada una de éstas células está en un proceso constante de evolución y cambio; muy similar al proceso de nuestra propia vida. A medida que nacen nuevas células de las existentes, las más antiguas mueren o ya no son viables. A través de todo este magnífico concierto de acción entre nuestras células, somos en gran parte inconscientes de todo lo que está sucediendo, pero su canto continúa por dentro 24 horas al día, 7 días a la semana, cuando estamos despiertos y cuando dormimos, desde el día en que nacemos hasta el día en que morimos.
Imagino que son trabajadores, cada uno perteneciendo a una parte diferente del cuerpo. Algunos de nuestros pequeños hombres están en los órganos vitales, asegurando que cada uno siga haciendo lo suyo. Muchos de ellos están en el cerebro, probablemente conformando distintos comités para nuestras emociones, acciones y otras funciones básicas. Otros trabajan en la superficie del cuerpo, formando barreras protectoras contra intrusos y luchando contra enemigos, a su vez promoviendo la coagulación de la sangre para evitar que nos desangremos si nos cortamos con algo.
Cuando consideramos todo lo que los pequeños hombres por dentro hacen por nosotros, ¿no crees conveniente hacer nuestro mejor esfuerzo para mantenerlos saludables, permitiéndoles hacer mejor su trabajo? ¿No es la comida que comemos, las cosas que bebemos, el aire que respiramos y los pensamientos que guardamos lo que les da a nuestros pequeños hombres los “nutrientes” que necesitan para funcionar a su máximo rendimiento?
Me parece que a menudo complicamos demasiado los asuntos de la salud. Si hemos aprendido algo en nuestra existencia aquí en el planeta, es que parece haber un gran esquema dirigiendo todo que proporciona a cada ser vivo lo que necesita para sobrevivir.
En nuestro caso, la comida, el agua, el aire y los pensamientos son lo que nuestros pequeños hombres necesitan para prosperar. Si bien no siempre es posible, ¿qué tal si nos alimentamos con cosas que crecen del suelo, vuelan, nadan o andan caminando por ahí? ¿Es necesario ingerir tantos químicos?
Cuando tratamos nuestros cuerpos como si fueran templos, ejercitándolos y sólo permitiendo que entren cosas buenas, nuestra capacidad para combatir las enfermedades físicas y mentales, como también la negatividad, se vuelve mucho más fuerte que si los llenamos con tanta basura y propaganda.
∞ Rob McBride ∞
29 de enero de 2021
LL V 9