La tenacidad es nuestra capacidad de seguir en un trabajo o en una tarea hasta lograr los resultados deseados. Nuestra persistencia es vital para lograr nuestras metas y nuestros objetivos.
Obstáculos y dificultades generan una inclinación de darse por vencido. Impedimento e inconveniencia determinan nuestro carácter y definen nuestro camino. Nuestra reacción a la adversidad crea poder o fomenta vulnerabilidad. Enfrentar un problema con tenacidad implica percibir dificultades como desafíos y no como obstáculos.
En la naturaleza, la perseverancia y la persistencia siempre ganan. Un río no tiene concepto del tiempo. Si toma un día, un mes o un siglo para sobrepasar un obstáculo, sigue en su cauce. No se obstina de ser desviado y no se queja porque es demasiado dificultoso. Simplemente sigue a pesar de los impedimentos que encuentra.
Podemos aprender mucho del río que se adhiere a su cauce. Lo que ocurre en la vida no es ni bueno ni malo, simplemente es. Engendremos cualidades a los eventos dependiendo de nuestra experiencia y nuestro punto de vista. Cuando analicemos los instantes más bellos que hemos vivido, frecuentemente ocurren después de los momentos más complicados. En estos casos la tenacidad nos lleva a tener experiencias más intensas e inspiradoras.
La tenacidad en el trabajo puede ser la diferencia entre lograr éxito y tener que buscar otro oficio. Todo es difícil antes de ser fácil. El maestro de carpintería tiene que aprender y cometer errores para elevar su nivel. El aprendiz observa, escucha y practica antes de tener la habilidad de crear una obra maestra.
El deseo de aprender de cada situación nos permite ser más tenaces. Cuando vemos un problema como una oportunidad para aprender, el objetivo se cambia y el propósito se convierte en un reto a lograr. No envejecemos por edad sino por espíritu y nos mantenemos jóvenes mientras estamos creciendo y aprendiendo.
La tenacidad no es innata sino aprendida. Se aprende a ser tenaz con los éxitos y los fracasos. Cuando dejamos una tarea, aprendemos a darnos por vencidos. Cuando perseveramos, aprendemos que la tenacidad paga dividendos extraordinarios.
La educación, el conocimiento y la inteligencia son elementos que contribuyen a nuestro éxito. Si no agregamos el ingrediente de tenacidad nos quedamos cortos de nuestros deseos. Para lograr nuestros objetivos es imprescindible tener la fuerza de voluntad de persistir en las situaciones más difíciles.
La tenacidad nos permite utilizar la totalidad de nuestros recursos para lograr nuestros objetivos a pesar de los obstáculos que crean desvíos en nuestro camino.
@RobMcBride