Hay elementos que podemos controlar y elementos que están fuera de nuestro alcance. Es esencial influir y cambiar lo que está dentro de nuestro poder y tolerar aquello que se nos escapa de las manos.
Muchos nos preocupamos por el clima. Nos conviene estar pendiente de cambios climáticos para lograr más control sobre nuestras actividades. A su vez, no podemos cambiar el clima. En vez de dejar que elementos desconocidos influyan sobre nuestro proceder, es preferible ajustar nuestra actitud a los factores bajo nuestro control.
Somos dueños de nuestra actitud y tenemos el poder de establecer una buena o mala actitud todos los días. Utilizando el ejemplo anterior, es fácil culpar al tiempo por nuestro humor. Sin embargo, no importa si hay sol o lluvia, podemos estar contentos y satisfechos en ambas situaciones.
Nuestra capacidad de tolerar lo que no podemos influir nos libera de la obligación que muchos sentimos de cambiar nuestro entorno. Somos participantes y a su vez, no responsables por lo que ocurre en nuestro alrededor. En muchos casos las cosas son como son y es imposible cambiarlas. Darnos cuenta de este simple hecho nos permite tener más paz y tranquilidad.
De la misma manera, hay situaciones donde podemos influir positivamente sobre nuestro ambiente. Tenemos el poder de cambiar y ajustar el mundo que nos rodea. Tomar la iniciativa y acción para efectuar un cambio positivo es una de las experiencias más bellas que podemos tener. Nos enriquece aprovechar de estas oportunidades cuando se presentan. Por otra parte, sabiendo que no podemos cambiar todo, nos anima a enfocarnos en aquellas cosas que están dentro de nuestro poder.
Habrá personas que pensarán de otra forma distinta que la nuestra y seguirán otra visión del mundo. En vez de tratar de convencerles que tenemos razón, podemos escucharlos atentamente e intentar de entender cuál es la razón por la que piensan de una u otra manera. La tolerancia implica que otra persona puede tener una opinión que difiere de la nuestra sin que sintamos la necesidad de persuadirlos de que están equivocados.
La tolerancia nos conduce a escuchar más y hablar menos. Generalmente, nos encanta hablar sobre nosotros mismos. Cuando escuchamos completamente a otra persona sin juzgarla o criticarla, le concedemos un regalo extraordinario.
La muerte, la enfermedad y la injusticia son elementos difíciles de comprender. Podemos influir sobre la intensidad, frecuencia y duración de muchos factores desagradables en nuestras vidas y es beneficioso luchar contra ellos con nuestro mayor esfuerzo sabiendo que el tiempo permite sanar las heridas por más profundas que sean.
Cuando toleramos y aceptamos aquellos elementos que no podemos cambiar, nos energizamos con fuerza para efectuar e influir sobre lo que está dentro de nuestro poder.
@RobMcBride